El Pentágono ha publicado oficialmente que ha suspendido algunos envíos de armas a Ucrania, principalmente misiles de defensa aérea y municiones de precisión, tras una revisión de sus reservas militares y prioridades estratégicas. La decisión, anunciada el 1 de julio, responde, según la Administración Trump, a la preocupación de que los niveles de stock de ciertos sistemas clave, como los misiles Patriot, Stinger, Hellfire y municiones de artillería de 155 mm, han caído a niveles considerados demasiado bajos para la seguridad nacional de Estados Unidos.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, explicó que la medida es parte de una “revisión de capacidades” para asegurar que la ayuda militar estadounidense se ajuste a las prioridades de defensa nacional. La Casa Blanca, a través de su portavoz Anna Kelly, afirmó que la decisión busca “priorizar los intereses de Estados Unidos” y que “el poderío militar estadounidense sigue siendo incuestionable”.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, autorizó la revisión y la suspensión de los envíos, subrayando que “no se pueden dar armas a todo el mundo por todo el mundo” y que hay que “mirar por Estados Unidos y por la defensa de nuestro territorio y nuestras tropas”.
Aunque el Pentágono no ha publicado una lista detallada de las armas afectadas, medios estadounidenses y europeos informan que la pausa incluye:
- Misiles interceptores Patriot
- Misiles aire-tierra Hellfire
- Misiles tierra-aire Stinger
- Munición aire-aire AIM (usada por F-16 ucranianos)
- Varios miles de obuses de artillería de 155 mm
- Más de 250 cohetes GMLRS y lanzacohetes AT4
Estados Unidos apunta que esta pausa no compromete forzosamente toda la ayuda a Ucrania, y que se están presentando al presidente Trump diferentes opciones para mantener la asistencia militar “al tiempo que se mantiene la preparación de las fuerzas estadounidenses”.
La decisión, a escasos días de la clausura de la cumbre de la OTAN. llega en un momento crítico, con Ucrania enfrentando una intensificación de los ataques aéreos rusos, y ha generado preocupación tanto en Kiev como entre aliados europeos, que advierten que la suspensión podría debilitar la capacidad defensiva ucraniana.
El Pentágono ha evitado precisar si otros envíos de armas seguirán en curso o cuántas unidades están afectadas, manteniendo cierta ambigüedad sobre el alcance total de la medida.







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