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Sábado, 27 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Un escenario de más conflictos y continuidad en Defensa, así despedimos 2023

Este 2023 llega a su fin dejando en herencia al año entrante un escenario aún más convulso que aquel con el que nos despedíamos hace doce meses. A la guerra de Ucrania, que se encamina ya a los dos años de existencia, se sumaba el estallido el pasado mes octubre del conflicto en Gaza, tras el ataque terrorista de Hamás a Israel.

 

A las puertas de Europa se viven dos guerras. La primera fue un revulsivo para accionar los lánguidos presupuestos de defensa; y la segunda la constatación de que la paz es un bien frágil y que esos escenarios de guerra son amenazantemente expansivos. Más allá de las fronteras inmediatas, la tensión creciente entre Estados Unidos y China irá acaparando cada vez más titulares, toda vez el segundo aspira irrenunciablemente al papel de líder global que viene ostentado el primero desde hace más de un siglo.

 

Estar preparado permanente y disuasivamente para el conflicto es pues el estado natural, no queda otra. Con la alteración del status quo mundial, en junio de 2022 la OTAN aprobaba en la Cumbre de Madrid un nuevo Concepto Estratégico, instando a sus miembros a dotarse de los medios necesarios para responder a los desafíos a la seguridad del nuevo escenario. La amenaza rusa que percibe Europa ha sido el resorte que ha catapultado el gasto en defensa.

 

Sin duda así es en Alemania, donde el Canciller Scholz proclamó el Zeitenwende (punto de inflexión), reorientando al país hacia mayores contribuciones a la Alianza, incluido un fondo único de 100.000 millones para comprar nuevo equipo militar. Pero lo fue también para Polonia, que vive un rearme histórico, o para Rumanía, cuya economía ha logrado extraer ingentes recursos para fortalecer su defensa nacional.

 

Mucho del viejo material sustituido, alguno de factoría rusa, de la época de la URSS, acabó siendo enviado a Ucrania, a quien la OTAN también ha suministrado durante estos dos años avanzados sistemas, generando todo el proceso una fuerte tracción al sector industrial de la defensa, que vive claramente un momento de expansión.

 

Los presupuestos del Ministerio de Defensa de España crecían en 2023 tras un largo registro de escasez y falta de previsibilidad que esperemos se enmiende, pues no se trata ya solo de apuntalar el compromiso del gasto del 2 por ciento del PIB en defensa, sino de cómo ejecutar esa inversión, en qué, con quién, bajo qué parámetros y con qué compromisos de estabilidad a largo plazo se van a recuperar, mantener y mejorar las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas. Y en este marco, al cierre de esta edición se confirmaba en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez el mantenimiento de Margarita Robles al frente del Ministerio de Defensa.

 

El país atraviesa un momento muy complicado, fruto de un sistema electoral que ha incorporado siempre a la gestión de la nación a quienes pretenden desmontarla. Es como buscar siempre al fontanero que boicotea el grifo para que venga a arreglarlo… Así las cosas, la decisión de mantener a Robles, de perfil moderado y que en estos años se ha granjeado, sin duda, el respeto de las Fuerzas Armadas, parece la mejor opción. Es claro que la cuestión de la amnistía y derivados no son plato de gusto de la mayoría de la población, Robles es la mejor baza de este Gobierno para que todo fluya con normalidad, dentro del caos normativo al que se encamina España.


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