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Martes, 19 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La Armada española subasta su “hormiga atómica” en Cartagena

Bajo este cariñoso pseudónimo, dado su pequeño tamaño pero poderoso armamento, se conocen las corbetas de la clase Descubierta. La que fuera la segunda de su clase, la Diana, sale ahora a subasta, según publica el BOE del pasado lunes día 19 de septiembre. El navío, que realizaba las funciones de Buque de Mando de Medios Contra Minas (MCM), había sido oficialmente dado de baja el 28 de mayo de 2015, aunque dejó de navegar ya en 2012 debido a su veteranía y a los recortes económicos de los últimos años que han afectado a la Armada.  

Ahora, a través de la Junta Delegada de Enajenaciones y Liquidadora de Material de Cartagena, Arsenal donde está el M-11, se ha puesto en marcha la subasta con el objetivo de que el licitador ganador lo lleve al desguace y convierta en chatarra. El precio de salida es de 245.312.78 euros, y la subasta tendrá lugar, pasado 30 días naturales de dicha fecha, en la sala de Juntas de la Jefatura de Aprovisionamiento del Arsenal de Cartagena. Si esta queda desierta, se celebraran como máximo tres más, una cada siete días, en las que se rebajaría en cada una el precio un 15% respecto a la anterior.

La por entonces corbeta Diana  fue entregada a la Armada el 30 de junio de 1979. Muy posteriormente, en el año 2001, se transformó a las labores de Buque de Mando de la Fuerza de MCM, labor en la que ha servido hasta que causó baja oficial en la Armada, tras 36 años de servicio, en los que ha acumulado más de 5.000 días de mar y durante los cuales han servido casi 1.500 marinos a bordo. La baja de este especializado medio de la Armada deja un importante vacío que debe ser llenado, ya no solo para poder volver a liderar agrupaciones de medios MCM de la OTAN, sino en clave puramente nacional, para apoyar y aumentar la capacidad de la ajustada Flotilla de seis cazaminas con la que cuenta España, flotilla vital para una nación con 7.880 kilómetros de costa, incluidos dos archipiélagos.

En su momento, la previsora División de Planes de la Armada determinó que el Diana sería sustituido por un BAM (Buque de Acción Marítima) especialmente adaptado al rol. Este plan, que a finales de la pasada década parecía factible, sufrió después los efectos de los draconianos recortes de los presupuestos nacionales, que han afectado especialmente a Defensa, y que han retrasado, de momento sin fecha, la sustitución del navío.

El diseño de las corbetas Descubierta surgió en los años sesenta, durante la Guerra Fría. Ante la posibilidad de que aquella tensión pasase a una fase activa, las marinas militares occidentales se equiparon con numerosas navíos de escolta con los que proteger las vías marítimas entre las naciones europeas de la OTAN y Estados Unidos y Canadá. Por entonces España todavía no pertenecía a la OTAN, pero sí era un aliado preferencial de los Estados Unidos, por lo que el país, que además estaba en pleno proceso de modernización de la Armada, decidió dotarse de dos series de modernos navíos de escolta, las fragatas de la clase Baleares o F-70 y con las más sencillas y con un coste menor del denominado Proyecto F-30, de las que se planeaban construir una docena de navíos de escoltas costeros. Pero, como de costumbre, mandaron los presupuestos,  así que la orden de ejecución se redujo a ocho unidades, más otra que encargó Marruecos. Sin embargo, las dos últimas unidades de la serie no llegaron a entregarse a la Armada, ya que fueron vendidas a Egipto, entrando en servicio en dicha marina árabe en 1984.

Su designación oficial en la OTAN fue la de fragatas ligeras clase F-30, así en sus cascos lucieron los numerales F, de Fragatas, que iban de la F-31 a la F-36, pero, dado su desplazamiento de 1.233 toneladas y de 1.482 a plena carga,todos los tratadistas y la misma Armada siempre las designó como corbetas.

A finales de los noventa, la introducción de las fragatas F-80, permitió ir dando el relevo a las corbetas Descubierta, por los que se decidió darles una nueva vida como patrulleros oceánicos. Así, la entonces Empresa Nacional Bazán (hoy Navantia) empezó los trabajos, entregándose en el año 2000 la cabeza de serie, cambiando su numeral de F-31 por el de P-75. En los siguientes años el resto de los navíos de la clase se transformaron a patrulleros, pasando a ser F-33, F-34, F-35y F-36 a convertirse en los P-76, P-77, P-78 y P-79, aunque siempre conservando sus nombres. La excepción fue la Diana F-32 que en vez de pasar a ser patrullero fue reconvertido a su Buque de Mando de MCM, luciendo el numeral M-11. Pero los años no perdonan y el 30 de junio 2009 se dio de baja el primero de la serie, el Descubierta, baja a la que se sumaba el Diana, y, de haberse cumplido los planes iniciales de adquisición de más navíos de la clase BAM, se hubieran dado la baja los otros cuatro veteranos patrulleros de la clase Descubierta, todavía operativos.

Durante sus primeros años de vida operativa la F-32 se convirtió en uno de los navíos más activos de la Armada, participando en innumerables misiones nacionales e internacionales, tanto al servicio de España como de la OTAN. Destaca su participación en la primera Guerra del Golfo, así, el 31 de octubre de 1990, fue enviada al Golfo Pérsico junto con la fragata Numancia y la corbeta de su clase Infanta Cristina para actuar en las acciones de bloqueo naval y vigilancia del embargo que la ONU impuso a Irak tras invadir éste a su vecino Kuwait el 2 de agosto del citado año. Una vez en la zona de operaciones, tras cruzar el Canal de Suez, la fragata se destacó al Golfo Pérsico, mientras que las dos corbetas se quedaron en el Mar Rojo. Durante la misión incluso llegó a hacer disparos de advertencia contra el carguero iraquí Khawla Bint Al Zawra en aguas del mar Rojo, esta acción y la constante presencia tanto de ésta como de sus gemelas en el escenario, dio un gran prestigio a dichos navíos, que ya por entonces eran conocidas oficiosamente como las “hormigas atómicas”, un personaje de dibujos animados muy popular por aquellos años.

Igualmente en la Navidad de 1990 la cantante Marta Sánchez, que acompañaba al entonces ministro de Defensa, Narciso Serra, dio un concierto a bordo en el puerto egipcio de Safaga. Dos días después protagonizó a bordo de la Numancia en Abu Dabi otra actuación, esta sí televisada, lo que contribuyó a convertir a la cantante de “Soldados del amor”, en una de las figuras más populares del espectáculo en España.  (Texto y fotografía: Julio Maíz Sanz )

Fotografía: El M-11 en Cartagena, junto a dos cazaminas (Julio Maíz Sanz/defensa.com)


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