Uso militar de la escopeta
Revista Defensa nº 231/232 , Julio / Agosto 1997
Tomás Rios, 1 de marzo de 2018
La escopeta ha demostrado su eficacia como arma militar tanto en lucha a corta distancia, en desalojos de trincheras y en combate urbano, como en actuaciones en zonas boscosas densas e incluso en misiones de centinela y conducción de prisioneros. Pero a pesar del reconocimiento de la labor que desempeñan estas armas, pocas fueron las declaradas reglamentarias por las FF.AA. ya que el apego a los hábitos en los Estados Mayores ha sido difícil de vencer.
Las escopetas de uso militar suelen ser modelos comerciales de caza a los que se les aplican ciertas modificaciones consistentes, por lo general, en una reducción de la longitud del arma mediante la sustitución de la culata de madera o fibra por un culatín metálico plegable o, a veces, su sustitución por un pistolete. Otra alteración importante consiste en el aumento de la capacidad del cargador prolongando el de tipo tubular que hay paralelo al cañón (Remington M870 Mark 1), adoptando uno convencional de petaca (Valtro Trusty PM1); o incorporando un sistema de alimentación que recuerda el tambor de un revólver (Striker).
También se diferencian los modelos comerciales civiles de los militares por la longitud del cañón, que en estos últimos van desde los 406 mm. (16”) hasta los 610 (24”). Además, el cañón es cilíndrico, sin chokes (1). Añadamos que el acabado de las escopetas militares suele ser parkerizado mate antirreflejos y algunas utilizan pintura mimetizada. Como única característica de las armas militarizadas diremos que han optado, mayoritariamente, por el sistema de disparo...
Contenido solo disponible para suscriptores
Identificación
Suscríbase
Si no dispone de cuenta Paypal, pague con su tarjeta de crédito o débito