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Sábado, 4 de mayo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

F-35, Eurofighter y Rafale: el gran mercado persa de aviones de combate y los juegos políticos de fondo

Uno de los aviones de combate Dassault Aviation “Rafale” de la Fuerza Aérea de Catar. (foto USAF)

El reciente interés de Arabia Saudí por los aviones de combate franceses Dassault Rafale pone de manifiesto, además del creciente rearme de los países ribereños del golfo Pérsico, que la adquisición de cazabombarderos se usa como un juego de influencia políticas, en un ambiente cada vez más peligroso ante el ataque indirecto de Irán a Israel.

Arabia Saudí habría solicitado oficialmente un estudio del coste detallado al constructor aeronáutico Dassault Aviation para una posible adquisición de 54 aviones de combate Rafale, según publicó el pasado fin de semana el semanario francés La Tribune. Esta operación sería una primera compra, ya que el Régimen saudita podría llegar a dotarse con entre 100 y 200 unidades de estos aviones de combate, según el medio francés.

Por supuesto, esto no significa que vaya a fructificar necesariamente la operación, la petición podría quedarse solo en eso, pero es  también un toque de atención claro a otros proveedores, como a los 4 países europeos que han desarrollado y venden el avión de combate Eurofighter.

En el extremo opuesto a esa visión de mercado con el país árabe está Berlín, que en 2018 daba un paso más en su política de ventas de material de defensa en Oriente Medio, congelando totalmente el suministro de armas a Riad tras el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en Turquía.

Esa decisión del Ejecutivo conservador alemán de Angela Merkel, que mantiene plenamente el actual canciller socialdemócrata Scholz, afecta especialmente a la intención de comprar un segundo lote de cazabombarderos Eurofighter para la Real Fuerza Aérea de Arabia Saudita.

 

De momento en Oriente Medio sólo Israel cuenta con el F-35.  (foto IDF)

En esta tesitura, Arabia Saudita intentó que Washington les autorizase la adquisición del avión de combate Lockheed Martin F-35, petición a la que se sumó Emiratos Árabes Unidos (EAU). Una de las contrapartidas sería el reconocimiento de Israel, condición que cumplió el Gobierno de Emiratos, sin embargo, ante los retrasos y pegas para autorizar la venta,  finalmente optó por encargar a Francia una importante flota de 80 cazas Rafale

 

Arabia Saudita, que estaba en vías de oficializar de forma inminente el reconocimiento del Estado de Israel, lo que hubiese servido para, al menos, intentar la autorización de comprar  de los F-35, se ha encontrado con el golpe de mano de su rival de la orilla norte del Golfo Pérsico, Irán, que ha dinamitado el acuerdo hábilmente a través de sus peones de la franja de Gaza.

El régimen de Teherán, que a su vez está en vías de intentar adquirir aviones de combate de fabricación rusa Sukhoi Su-35, mantiene una alianza con Siria y varias organizaciones terroristas islamistas, está utilizando a estos últimos contra la política de alianzas de Riad de forma maquiavélica.

 

Dos de los Eurofighter de la Real Fuerza Aérea de Arabia Saudita. (foto BAE Systems)

Así, el ataque masivo de los terroristas de Hamás desde la franja de Gaza sobre el sur de Israel, asesinando a unos 1.400 de sus habitantes, provocaba la esperada demoledora respuesta de los israelíes, que alejará durante bastante tiempo el que parecía inminente acuerdo diplomático entre Riad y Jerusalén.

Tampoco favoreció a la posible compra de los F-35 la decisión de la OPEP, de la que Arabia Saudita es una de sus principales lideres, de recortar la producción de petróleo el pasado mes de octubre, algunos legisladores estadounidenses propusieron una ley que abogaba por congelar todas las ventas de armas estadounidenses al Reino.

De aprobarse, dicha legislación podría haber afectado al apoyo logístico y la operatividad de la numerosa flota de los Boeing F-15, incluidos los 84 de la versión SA (Saudi Advanced), que sería el más moderno avión de combate que emplee la Real Fuerza de Arabia Saudita.

Ante esta situación, la compra de los Rafale parece lo más viable para Arabia Saudita, políticamente hablando, aunque desde el punto de vista operativo es una decisión muy a considerar, sobre todo en el apartado logístico, al introducir otro sistema de armas aéreas y de un proveedor con el que nunca se ha trabajado. 

Actualmente la Real Fuerza Aérea Saudí cuenta con una flota de aviones de combate Boeing F-15, Eurofighter Typhoon del Reino Unido y varios veteranos Panavia Tornado, también suministrados hace décadas por los británicos.

Arabia Saudí firmó un memorando de intenciones con el Reino Unido en 2018 para el suministro de 48 Typhoon, que se sumarían a los 72 que adquirió en virtud de un acuerdo firmado ya en 2007, pero que siguen retenidos por el referido veto alemán.

 

Uno de los veteranos F-15C de Arabia Saudita. (foto USAF)

Así, la petición de Riad de un presupuesto por los 54 Rafale sugiere que está tendiendo la mano a Francia, como alternativa a los  Eurofighter adicionales. La petición también podría ser un intento de ejercer influencia, presionando al Reino Unido para que convenza a Alemania de que cambie de postura o se arriesgue a perder una lucrativa venta frente a un competidor tan directo como es Francia.

Esta maniobra, tiene un precedente, cuando Israel se opuso y presionó para que Estados Unidos no vendiera a Arabia Saudí F-15 de las primeras versiones, a finales de la década de los setenta del pasado siglo, hasta entonces la mayor venta de armas estadounidense a un país árabe.

Así, los saudíes iniciaron negociaciones con Francia para comprar Dassault Mirage F1, el principal caza francés de la época, lo que obligó a Washington a reconsiderar su posición y finalmente suministrar a Riad una flota inicial de en torno a 60 F-15C y una veintena de biplazas F-15D.

El vecino Catar también ha encargado casi 100 cazas de 4ª y 5ª generación a tres países occidentales diferentes sólo en los últimos años: Rafale, Eurofighter y F-15QA, con lo que ha logrado un acercamiento a los respectivos de Gobiernos de París, Londres y Washington, que hacen la “vista gorda” al hecho de que en este país del Golfo vivan a cuerpo de rey varios de los lideres de Hamás. (Julio Maíz)

 


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