Entre el armamento hurtado se encontrarían 13 ametralladoras antiaéreas Browning M2 .50 y otras 8 de calibre 7.62, siendo éste el peor robo de armamento al Ejército en los últimos 20 años.
Ese tipo de armas, inclusive las ametralladoras Browning M2 .50 están siendo utilizadas en los turbios episodios de copamientos nocturnos de algunas ciudades del interior de Brasil, cómo indican diversos registros gráficos. Una ametralladora Browning M2, que también puede usarse en acciones terroristas, puede llegar a venderse en el mercado clandestino local por unos 55.000 dólares. En Paraguay, donde años atrás se robó alguna ametralladora AA para bandas brasileñas, se cotizarían a cerca de 30.000 dólares .
Casi 500 efectivos militares pertenecientes al Arsenal de Guerra de São Paulo, basado en la ciudad de Barueri, permanecen arrestados, mientras que entre éste y otros incidentes, el Ejército Brasileño está perdiendo credibilidad apresuradamente.
Circulan versiones acerca de diversos sondeos delictivos, principalmente con conscriptos, en ciudades del interior del estado de Minas Gerais intentando la posibilidad de intercambio de armas por drogas. (Javier Bonilla)




