En una acción conjunta entre las fuerzas policiales antinarcóticos y efectivos de la Prefectura Naval de Uruguay, se incautó en el departamento de Río Negro, al oeste del país, 400 kilogramos de cocaína arrojados desde un avión y horas después una lancha de alta velocidad en la que, todo indica, la droga iba a ser transportada a un navío mercante con destino a Europa.
El propietario de la embarcación fue detenido, además de quienes recibieron la cocaína en el interior, pero no sería la primera vez que esto sucede. Según fuentes muy cercanas al Yatch Club, que albergaba a la misma, en las horas que mediaron entre la captura del estupefaciente y la intercepción de dicha lancha, hubieron varias tentativas de retirarla por mar o remolcada por un vehículo por personas ajenas a su propietario, (ya condenado en un juicio abreviado a 18 meses de prisión). Se trata de una Krause Starcraft 600,de 5 metros de eslora y cuyo motor Mercury estaba repotenciado para cumplir este tipo de tarea.
Meses atrás, por un traslado fracasado de 1.400 kilos de cocaína hacia alta mar, aparecía la carga entera esparcida en las costas del balneario oceánico de La Paloma, a 209 kilómetros de Montevideo, apuntando todas la hipótesis a que este tipo de contrabando se ha venido practicando largamente, dado que Uruguay carece de sistemas VTS o radares portuarios profesionales, lo cual, paradójicamente tuvo hasta 1994, cuando por errores presupuestales se dejaron de actualizar y mantener, anulándose paulatinamente su vigencia.
El país necesita contratar la adquisición de una red de vigilancia costera, cubriendo al menos los principales corredores marítimos, puertos y antepuertos, algo que se viene postergando desde hace al menos 15 años, especialmente durante los anteriores gobiernos. (Javier Bonilla)
