Korean Aerospace Industries (KAI) ha comunicado al Gobierno argentino que no podrá suministrarle el avión de combate FA-50, variante de caza ligero avanzado del T-50 Golden Eagle, que quería la Fuerza Aérea desde los tiempos del Gobierno Macri. La razón es el veto de Reino Unido a tal venta, por los componentes de este país que incorpora la aeronave.
Por extrañas razones la Fuerza Aérea Argentina se había volcado con esta opción para intentar recuperar su capacidad de aviación de combate, cuando hay otros modelos en el mercado, como el M-346, el Yak-136 ruso y otros. La Fuerza tiene como prioridad el recuperar una capacidad de combate que en este momento se sustenta solo en un puñado de A-4AR, operativos no por mucho tiempo más, por lo que es perentorio resolver esta carencia.
Como ya informamos anteriormente, esta novela por partes ya tuvo muchos actores, barajándose en su momento opciones de segunda mano, como los Mirage F1 españoles, franceses y jordanos, F-16 de los primeros modelos, los chinos-paquistaníes F-17 y otros varios modelos, como el Kfir con el que casi se firma un acuerdo con IAI (Israel Aerospace Industries) para su compra, anulándola horas antes de la rúbrica del contrato en un vergonzoso acto. Se optó luego por comprar los aviones de procedencia coreana que, siguiendo la tendencia actual, no dejan de ser unos entrenadores avanzados con una capacidad armada limitada.
Hace un par de años, pilotos de la Fuerza Aérea Argentina volaron en esta aeronave y también en la italiana Leonardo M-346, satisfaciendo ambas a los pilotos argentinos.