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Jueves, 2 de mayo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Ascensos y pobre aumento salarial en las Fuerzas Armadas de Argentina: un paso insuficiente

El personal castrense percibe bastante menos que una fuerza policial.

El Ministerio de Defensa de Argentina ha oficializado algo más de doscientos ascensos de personal militar de las Fuerzas Armadas que correspondían al ejercicio pasado, 2023. Publicado ya en el Boletín Oficial, el documento lleva las rubricas del ministro de la cartera Luis Petri y, obviamente, del primer mandatario, Javier Milei.

De tal modo, se promovió al grado inmediato superior a todos aquellos que cumplan con los requisitos para ser ascendidos en lo establecido por la Ley para el Personal Castrense 19101. Se trata de promociones que incluyen a las jerarquías del escalafón militar según la institución, desde subtenientes a mayores, en el caso del Ejército, desde alféreces a mayores, en el caso de la Fuerza Aérea, y de guardiamarinas a capitán de corbeta, en el caso de la Armada argentina.

Los ascensos venían demorados desde la administración política anterior y ahora se ha buscado acometerlos sin demora, para no complicar las labores operativas de las instituciones militares. Asimismo, se anunció que el personal recibirá un aumento salarial del 16% que corresponde a la paritaria de la Administración pública.

La noticia no fue muy bien recibida, ya que existía una promesa de actualización de haberes muy importante y una equiparación con los miembros de las fuerzas de seguridad, que reciben remuneraciones más importantes. Fue un compromiso del anterior ministro de Defensa, Jorge Taiana, quien prometió fondos para dicha medida administrativa, que debía concretarse hacia marzo del presente año.

Como tantos otros planes y programas, fueron meras intenciones y pocas concreciones, las Fuerzas Armadas argentinas necesitan obtener mejores remuneraciones que los acerquen a lo cobrado por los efectivos de seguridad y policiales, que ganan bastante más que un soldado. Esta diferencia obstaculiza el reclutamiento en los jóvenes, que prefieren ingresar a una fuerza policial, donde ganarán más y sin las vicisitudes, disciplina y dureza de una fuerza castrense. (Luis Piñeiro)


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