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Viernes, 19 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Uruguay estudia vender el águila del acorazado alemán Graf Spee y obtener recursos para la Armada

El Ministerio de Defensa convocó a los partidos con representación parlamentaria para analizar, junto a autoridades de la Cancillería, el mejor destino para el águila del mascarón de proa del acorazado alemán “Graf Spee”, hundido en 1939 frente a costas uruguayas tras la Batalla del Río de la Plata. Los dirigentes de la oposición destacaron la apertura de la cartera para dialogar sobre el tema, que también será abordado con otros actores y entidades involucradas. Alemania ,desde hace años, ha solicitado y obtenido que la reliquia no se exhiba y permanezca en los depósitos del Comando de Fusileros Navales, aduciendo temor a que pudiera ser objeto de veneración por parte de grupos neonazis.

Las autoridades ministeriales de Uruguay escucharon las opiniones de representantes de los partidos sobre el camino por seguir ante un tema sensible y de carácter histórico, como fue el papel  de Uruguay en la primera derrota marítima del nazismo en la Segunda Guerra Mundial, en ocasión de la Batalla del Río de la Plata que derivó en el hundimiento del acorazado Admiral Graf Spee en diciembre de 1939. Aparentemente ,al menos la oposición, sugeriría que cualquiera sea la alternativa económica seguida, el producto que se vaya a obtener sea destinado a las arcas de la Prefectura Nacional Naval.

Por disposición de la Justicia, el Estado tiene la propiedad del águila y de diversos elementos que son producto del hundimiento del Graf Spee. En ese sentido, desde el Ministerio de Defensa se buscan alternativas para no seguir almacenando en unidades de la Armada Nacional estos elementos rescatados y de alto valor histórico. Al respecto, fueron consultados los diversos partidos políticos sobre  para lograr una solución consensuada que posibilite hacer honor a la posición de Uruguay ante ese hecho. También se escuchará la opinión de otros actores históricos relacionados con estos sucesos, y se realizarán intercambios, a través de Cancillería, con las representaciones diplomáticas de los países involucrados.

Entre los destinos evaluados, se encuentra la posibilidad de su exhibición en Uruguay o proceder a su venta controlada, para lo cual se asegurará cuidado a fin de evitar que sea utilizado como veneración o santuario o con algún otro objetivo que no sea el de la memoria histórica o cultural, y a través de instituciones de prestigio internacional. Tras esta primera conversación el ministerio realizará más consultas a diversos referentes e instituciones.

 Los representantes partidarios coinciden en que, en caso de ser vendido, el destino de los ingresos debería dirigirse al Ministerio de Defensa Nacional. A través de un juicio la Justicia le otorgó al estado uruguayo el 100 % de la propiedad del águila; sin embargo, a quienes realizaron el hallazgo y rescate de la pieza le corresponde el 50 % del crédito de la eventual venta de la pieza. Desde que fue recuperada por operadores privados hace algo más de once años, el águila de bronce que adornaba el acorazado alemán “Admiral Graf Spee” es objeto de agudas controversias. La misma, mide 2,8 metros de alto, pesa 350 kilos, sostiene entre sus garras una cruz esvástica y por su valor simbólico es codiciada por coleccionistas y museos de varias partes del mundo.

Según el empresario local Alfredo Etchegaray, quien formó parte del equipo de exploradores privados que participó en la delicada operación de rescate en febrero del 2006 se han interesado por la pieza, hasta museos del Holocausto de Estados Unidos, Alemania e incluso Israel. En el pasado, se recibieron ofertas por la pieza que iban de los US$ 8 millones a los US$ 52 millones, aunque Etchegaray se inclina por un estimado no mayor a diez millones. 

Se evalúan tres opciones: que se exponga en el museo naval de Montevideo, que se exhiba en un museo dedicado al Graf Spee en la localidad de Sarandí del Yí (población al centro del país donde se trasladó a la mayoría de los tripulantes del barco alemán después de internados en Uruguay) o venderla en un remate

“Todos estamos de acuerdo en que el destino del águila sea académico, porque es un material histórico y la esvástica no es un símbolo solamente nazi”, afirma. En 2006, rescatada del fondo del mar, el águila fue exhibida durante casi un mes en un hotel céntrico de Montevideo pero luego Alemania reivindicó en una nota a la Cancillería uruguaya la propiedad del acorazado y se opuso a la continuación de los trabajos de rescate. En marzo de 2010, de visita en Montevideo, el entonces ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, señaló que su gobierno quería "evitar que los restos de los símbolos del régimen nazi pueda llegar al comercio".

A mediados de diciembre de 1939 el acorazado de bolsillo protagonizó la llamada Batalla del Rio de la Plata, al ser sorprendido por el “Exeter”, el “Ajax” y el “Achilles”, tres naves de guerra británicas que lo acorralaron frente a Montevideo. Para no entregarse a sus adversarios, el comandante Hans Langsdorff decidió el 17 de diciembre hundir, mediante explosiones, al “Admiral Graf Spee” frente a la capital uruguaya, tras aproximarse al cumplimiento del plazo estipulado de permanencia en el puerto de Montevideo, siendo entonces una instalación neutral. La tripulación fue llevada a Uruguay y Argentina.

Unos días después de desembarcar en Buenos Aires, Lagsdorff se suicidó en un hotel, siendo enterrado en esa ciudad con la bandera de su barco. “Sólo a mí me corresponde la responsabilidad del hundimiento del acorazado Almirante Graf Spee. Soy feliz de poder pagar con mi vida cualquier reproche que pudiera hacerse sobre el honor de nuestra Marina”, escribió Langsdorff minutos antes de morir.

Pero el águila no es la única parte del Graf Spee que se sacó del agua en las últimas décadas. El telémetro del acorazado,  es exhibido a la entrada del puerto de Montevideo, mientras sobre la costa, junto a la entrada del prestigioso  Museo Naval puede verse una de las piezas de artillería secundaria de 150mm que perteneció al acorazado, así como en el interior del mismo, uniformes y otros elementos provenientes del navío. (Javier Bonilla)


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