El fusil Miranda, blindados y una nueva flota de helicópteros de transporte medio: los planes del Ejército de Colombia

El Ejército de Colombia está protagonizando un proceso de transformación profunda. Uno de los elementos más simbólicos es el reemplazo del histórico fusil Galil, fabricado en el país bajo licencia israelí desde los años ochenta, por un nuevo fusil completamente colombiano: el fusil Miranda, desarrollado por la Industria Militar (INDUMIL). Este nuevo modelo, de calibre 5,56 × 45 mm, ha sido diseñado con criterios modernos de ergonomía, precisión y adaptabilidad. Su estructura modular permite configuraciones diversas mediante cañones de 8, 13 y 18 pulgadas, según las necesidades operativas. Cuenta con rieles Picatinny para accesorios ópticos, controles ambidiestros, menor peso y materiales poliméricos de alta resistencia.

Más del 85 % de sus componentes son producidos localmente, lo que marca un punto de inflexión en la independencia tecnológica del país. El Miranda pesa entre 800 gramos y 1 kilogramo menos que el Galil, lo que mejora la movilidad y reduce la fatiga del combatiente en misiones prolongadas. INDUMIL proyecta iniciar la producción en serie en 2026, tras una fase de pruebas con prototipos en unidades del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. El objetivo es reemplazar más de 400.000 fusiles en servicio en un periodo de cinco años, con una producción anual estimada de 80.000 unidades. Además, el bajo costo de fabricación —un 25 % inferior al del Galil ACE— permitirá ofrecer el fusil Miranda en el mercado internacional, posicionando a Colombia como un potencial exportador de armamento ligero en América Latina.

El fusil estándar de las Fuerzas Militares es el Galil, será remplazado por otro de diseño y fabricación nacional en INDUMIL. Foto: Ejército de Colombia.

Blindados ligeros

El desarrollo del fusil Miranda simboliza un cambio estructural en la visión de defensa: pasar de ser un comprador de equipos a convertirse en un diseñador y fabricante. Este enfoque es coherente con la estrategia de autosuficiencia promovida por el Gobierno, que también contempla la construcción de una nueva planta industrial de vehículos blindados ligeros en Sogamoso, Boyacá, con transferencia de un tecnólogo exterior.

Esta instalación, a cargo de INDUMIL, producirá vehículos 4×4 blindados ligeros para las Fuerzas Armadas y potencialmente para la exportación. La iniciativa generará empleo especializado y fomentará el desarrollo de proveedores nacionales de acero, componentes balísticos y sistemas eléctricos. En el futuro, se planea que esta planta pueda fabricar versiones adaptadas para operaciones urbanas y rurales, contribuyendo a la movilidad táctica de las tropas en escenarios de conflicto y apoyo humanitario.

En agosto de este año,INDUMIL emitía una solicitud formal para la creación de un modelo de desarrollo de una alianza estratégica que contemple transferencia tecnológica, ensamblaje y servicio postventa de vehículos tácticos militares livianos y medianos. El proyecto tiene tres fases progresivas que permitirán escalar desde la comercialización de unidades ensambladas en el exterior, hasta el ensamblaje avanzado y la producción local de componentes en Colombia. En la primera fase el aliado estratégico seleccionado  fabricará en su país de origen un total de 50 vehículos tácticos livianos y 20 vehículos tácticos medianos, los cuales serán comercializados por INDUMIL en Colombia y otros países de la región.En la segunda fase, ese aliado estratégico producirá y enviará a Colombia los kits para ensamblaje local de los vehículos. En la etapa final, INDUMIL contará con una capacidad operativa local sostenible con soporte técnico continuo del aliado.

El vehículo táctico liviano será 4x4, con un peso bruto máximo de 12.000 kg y una relación peso-potencia mínima de 20 caballos de fuerza por tonelada. Debe tener una carga útil mínima de 1.500 kg, ya carrozado, y una capacidad de entre 10 y 12 pasajeros. El conductor y el tripulante deben ubicarse en la parte delantera en sillas individuales, mientras que en la parte posterior debe haber al menos cuatro pasajeros por lado, también en sillas individuales. Su motor debe tener una potencia mínima 220 Hp, un torque mínimo 490 Nm y autonomía mínimo 500 km. En cuanto al nivel de protección, la cabina de los ocupantes debe cumplir con STANAG 1, NIJ Nivel III o CEN BR6; los bajos del vehículo deben contar con una protección mínima de Nivel 1 según STANAG 4569, y el motor también debe estar protegido con el mismo nivel según esa norma y estar dotados con RCWS-Sistema de control de arma remota para munición 12,7 mm.

Colombia busca remplazar sus helicópteros de transporte Mi-17 por la imposibilidad de mantenerlos operativos. Foto: Carlos Vanegas.

Respecto al vehículo táctico mediano, un 6x6,  tendrá un peso bruto máximo de 17.000 kg, y la relación peso-potencia debe ser como mínimo de 20 caballos de fuerza por tonelada. La carga útil mínima, ya carrozado, debe ser de 2.000 kg. El vehículo debe tener capacidad para transportar entre 18 y 20 pasajeros. El conductor y el tripulante deben estar ubicados en la parte delantera en sillas individuales, y en la parte posterior deben disponerse al menos ocho pasajeros por lado, también en sillas individuales, su motor debe tener una potencia mínima 296 Hp, un torque mínimo 970 Nm y autonomía Mínimo de 800 km. En cuanto al nivel de protección, la cabina de los ocupantes debe contar como mínimo con Nivel III según NIJ o equivalente CEN BR6. Los bajos del vehículo y el motor deben contar con protección mínima de Nivel 1 conforme a la norma STANAG 4569.

El Ejército de Colombia también proyecta renovar su flota de helicópteros de transporte medio Mi-17,  esta actuación reviste especial importancia por el impacto que tiene sobre la capacidad aérea del Ejército Nacional. Los helicópteros MI-17 son aeronaves multipropósito esenciales para operaciones de transporte de personal, evacuaciones médicas, abastecimiento en zonas de difícil acceso y misiones de rescate. La falta de mantenimiento adecuado compromete su disponibilidad operativa, incrementa los riesgos técnicos y reduce la capacidad de respuesta de las Fuerzas Armadas frente a emergencias o amenazas de seguridad. El incumplimiento de Vertol Systems del contrato suscrito para acometer esas tareas de sostenimiento ha sido otro factor que acelera la necesidad de renovación de estos helicópteros rusos.

Junto a los programas reseñados, adquirir sistemas antiaéreos de corto y mediano alcance y modernizar sus blindados de combate son los otros grandes objetivos del Ejército colombiano. Parte de estos programas podrían desarrollarse en colaboración con empresas extranjeras bajo esquemas de transferencia tecnológica, fortaleciendo así la base industrial militar del país. Asimismo, se estudia la producción local de drones tácticos y la creación de una unidad de vehículos no tripulados para reconocimiento y apoyo en operaciones especiales. (Carlos Vanegas)