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Sábado, 18 de mayo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Los retos de la industria de defensa española (III): Estabilidad presupuestaria y financiación

Tras analizar la situación actual de la industria de defensa, la evolución tecnológica en el anterior artículo  y los lentos procesos de adquisición en nuestro país, analizamos otros dos retos a los que se enfrenta la industria de defensa española como son la falta de estabilidad presupuestaria y la dificultad para acceder a la financiación.

Muchos de los desafíos comentados hasta ahora tienen como consecuencia que, de facto, estemos hablando de grandes necesidades de inversión por parte de la industria de defensa. Esto tiene varias implicaciones que merece la pena comentar. La primera, es la necesidad de que haya un marco presupuestario estable, que dé seguridad a las empresas a la hora de acometer las cuantiosas inversiones que son necesarias para responder a los nuevos retos.

Nos enfrentamos al desarrollo y producción de sistemas de largo ciclo de maduración, por mucho que los queramos acortar y es evidente que los ciclos políticos, las legislaturas, son demasiado breves, siendo sus calendarios difícilmente compatibles con el planeamiento, a largo plazo, de las necesidades de las FAS y del sector industrial de la Defensa.

Desde la industria, llevamos mucho tiempo reclamando un pacto de Estado entre los principales partidos que permita sacar, de alguna manera, el planeamiento de la Defensa de los ciclos políticos y electorales, mediante una ley de financiación similar a la que tienen algunos países de nuestro entorno desde hace tiempo; que permita asegurar, de manera razonable, el planeamiento de nuestras FAS y dar certeza a las empresas a la hora de acometer sus inversiones.

Por supuesto, las empresas seguirán haciendo todo lo posible para ampliar sus mercados a través de la exportación, como ya se hace actualmente. El 50 % del negocio de las empresas españolas ya está en los mercados de exportación. Pero, obviamente, estos están sujetos a una competencia feroz y sigue siendo necesario que el mercado nacional aporte una red de seguridad que permita, no sólo disponer de un cliente lanzador para el desarrollo de los nuevos productos que podremos exportar a continuación, sino poder afrontar el esfuerzo financiero necesario para las nuevas inversiones con la máxima certeza.

Y atención a la situación actual en España. Sin duda estamos todos muy satisfechos por el reciente aumento de los presupuestos de Defensa; pero, con el 1,23 % del PIB alcanzado el año pasado, seguimos siendo el tercer país por la cola que menos invierte en Defensa, de entre todos los de la OTAN.

Este año, la intención del gobierno era subir al 1,3 %. Con la prórroga del presupuesto de 2023 para este año, esto no iba a ser fácil de conseguir, con lo que el objetivo de alcanzar el 2% del PIB en 2029 podría estar claramente en riesgo. Por supuesto, confiábamos en que el gobierno pudiera articular algún tipo de medida y, de hecho, así acaba de ocurrir.

Precisamente, en el Consejo de Ministros del pasado martes 16 de abril, se ha aprobado un acuerdo por el que se autoriza la celebración de un acuerdo marco para el suministro de diverso material de refuerzo de nuestras capacidades militares. por valor de 1.129,6 millones de euros. La justificación de esta decisión se basa en la situación internacional de alta volatilidad, incertidumbre e inestabilidad, lo que hace necesario realizar un refuerzo urgente de nuestras capacidades militares al objeto de incrementar la reserva estratégica disponible.

Y a la hora de hablar de esfuerzos financieros, no queda más remedio que poner de manifiesto otro problema al que esta industria se viene enfrentando desde hace tiempo. A pesar de que la guerra de Ucrania está contribuyendo a cambiar muchas cosas y a que, a fecha de hoy, una mayoría de la población ya entienda por fin que la inversión en Defensa es absolutamente primordial para garantizar nuestro modo de vida, nuestros valores y nuestra democracia, seguimos teniendo un reto muy importante de cara a la mejora de nuestra reputación.

Sabemos que hay partidos políticos muy hostiles a la inversión en Defensa, posiblemente porque, entre otras cosas, no estén a favor de defender nuestro modo de vida, valores y democracia que, seguramente, querrían cambiar por otros modelos alternativos. Su posición al respecto, aunque no la compartamos, es evidentemente legítima en una democracia como la nuestra.

También sigue habiendo medios de comunicación tremendamente hostiles hacia la Defensa en general y hacia la Industria de Defensa en particular. Por lo pronto, siempre hablan de industria armamentística o de la venta y exportación de armas, procurando no usar nunca términos como industria de defensa o exportación de material de defensa.

Todo, obviamente, enfocado a hacer más antipática y rechazable a nuestra industria y presentarnos ante la opinión pública como “los señores de la guerra”. Pero como, afortunadamente, disfrutamos en nuestro país de libertad de prensa, sólo nos queda hacer pedagogía al respecto.

Pero, por increíble que parezca, también hay muchos bancos e instituciones financieras, incluidos fondos de private equity y de capital riesgo, muy hostiles al sector defensa. No digamos ya, si encima se trata de empresas de fabricación de armamento, hasta el punto de que muchas empresas del sector tienen enormes dificultades para conseguir financiación en los mercados.

Por cierto, este no es un problema exclusivo de España, también se da en otros países europeos aunque, en algunos de ellos, la guerra de Ucrania ya está provocando un cambio radical al respecto. Lo más sorprendente es que muchas instituciones justifican su actitud negativa haciendo referencia a su responsabilidad social corporativa.

Me llama poderosamente la atención que, en el sector financiero, que es el primero que debería estar encantado de poder desarrollar su negocio en nuestras sociedades libres, democráticas y con economías de mercado que permiten retribuir a sus ejecutivos con bonos millonarios en muchos casos y también pagar cuantiosos dividendos a sus accionistas, se piense que esto de invertir en la Defensa para proteger nuestro modo de vida, valores y democracia, no solamente no vaya con ellos, si no que, por el contrario, piensen más bien que, si dan financiación a empresas de defensa, pueden perder a muchos otros clientes.

Creo que la percepción de la mayoría de la población ha madurado mucho desde hace tiempo, pero mucho más aun en los últimos dos años gracias al señor Putin. En definitiva, muchos bancos e instituciones financieras nos siguen tratando como si fuéramos traficantes de drogas o de esclavos, o nos dedicásemos a la trata de blancas, algo a mi juicio totalmente inaceptable y fuera de lugar.

Es necesario que los gobiernos den directrices claras al sector financiero en este sentido. De hecho, esto ya se está haciendo en algunos países europeos y ya se empieza también a predicar con el ejemplo, como ocurre en el caso de la Unión Europea con el Banco Europeo de Inversiones, que está cambiando sus estatutos para poder financiar inversiones en Defensa. (Carlos Suárez. Presidente del Consejo Asesor del Clúster de la Industria de Defensa, CID)

Fotografía: La ministra de Defensa Margarita Robles visita al personal desplegado en la Agrupación Permanente de la OTAN nº 1 (SNMG1) a bordo de la Fragata F- 102 “Almirante Juan de Borbón” en Helsinki (MDE)

 

 


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