Los distintos países apuestan por modelos de Fuerzas Armadas que se sustentan, en lo que a personal se refiere, en soluciones más o menos válidas, aunque la mayoría de los occidentales optaron por la total profesionalización de sus efectivos desvinculando a su ciudadanía del concepto de la Defensa.
En Italia esta solución parece que está teniendo bastantes problemas para obtener los candidatos jóvenes que permitan cumplimentar las plantillas en un tanto por cierto elevado. Para intentar paliar la situación desde el Ministerio de Defensa italiano se están haciendo esfuerzos y estudios. Uno de estos últimos es el llamado Disposizioni di revisione del modello di Forze Armate interamente professionali que ha surgido, como proyecto de Ley, de su Comisión de Defensa.
Con transformaciones como la que se incluye en el documento anterior, se intenta abordar algún tipo de solución, pues a día de hoy parece casi imposible poder hacer frente a las necesidades de sus ejércitos. Paralelamente, han comenzado a surgir problemáticas críticas como determinados desequilibrios numéricos o en el aumento de la edad media del personal, cuestiones que están claramente identificadas y que se derivan directamente del modelo seleccionado para obtener los recursos humanos que completan las necesidades de profesionalización de las plantillas de las FAS italianas.
Junto a las reseñadas, otras como puede ser el hecho de que para obtener una pensión se halla elevado la edad límite de jubilación hasta los sesenta años; es verdad que en los últimos años, como con la aplicación de la Ley 244/2012 o con decisiones que implicaban que casi la mitad del personal ocupase un determinado puesto de carácter fijo, se ha intentado hacer frente a esas problemáticas.
La actual realidad es que el problema persiste. La opción de ser personal de tropa, cuyo alistamiento debe producirse a la edad máxima de 22 años y con un periodo de servicio activo de sólo 7, no es atractiva para muchos, pese a que se les han dado ciertas garantías de reincorporación a la vida civil y se les reservan muchas plazas en las organizaciones policiales.
Pese a ello, el envejecimiento de las plantillas ya es una realidad. Desde los estamentos políticos, y tras analizar que hay que abordar soluciones determinantes e innovadoras que intenten paliar el problema, se apuesta por revisar el actual modelo profesional de la milicia. Es en el Esercito donde se observa un mayor problema, pues de sus 89.400 componentes hay 66.400 de servicio permanente -lo que equivale a casi un 75% del total- y el resto son voluntarios de dos categorías distintas en cuanto a la duración de su contrato; de este último colectivo, ¼ parte contempla su pase al servicio permanente efectivo.
Se pretende abordar que sólo una parte reducida del personal esté en activo hasta la edad de jubilación y que el resto, sobre todo del colectivo de tropa, sea contratado por un periodo máximo de 12 años para incidir en la necesaria renovación generacional, objetivo que requeriría esfuerzos para que luego puedan integrarse sin dificultad al mundo laboral. Lo buscarían complementar con contrataciones por un periodo de 20-25 años que ya daría lugar a una determinada pensión reducida por parte del Estado.
Serían soluciones que buscarían, siguiendo modelos ya en uso en otros países europeos, limitar el periodo de la tropa y marinería en servicio activo, aunque se les compensaría, sobre todo en el caso de los que estén dos décadas en el ámbito militar, con plazas en estamentos policiales y con remuneraciones que percibirían a partir de un determinado momento de su vida laboral y serían compatibles con otras propias de la actividad laboral normal. Los italianos tienen claro que su problema es grave y están intentando propiciar soluciones antes de que lo sea aún más. (Octavio Díez Cámara)
Fotografía: El estamento militar italiano que requiere más recursos es el Ejército, pues su despliegue y número de unidades así lo definen. (Octavio Díez Cámara)
