Un ejemplo de esto es el Programa HMMWV (High Mobility Multipurpose Wheeled Vehicle). En este programa la Administración estadounidense formó un equipo que colaboró con determinadas empresas para diseñar el vehículo que solucionara las necesidades de transporte ligero sobre ruedas del Ejército. El resultado fue un conjunto de especificaciones, planos, manuales, etc. que pasaron a ser propiedad de la Administración, que es la que pagó el desarrollo.
El conocimiento y la experiencia se mantienen en el organismo adecuado de la Administración, que suelen ser arsenales, bases, etc. en los que hay equipos de ingenieros encargados de la custodia y mantenimiento, control de configuración y otras tareas propias de la ingeniería.
Cuando la Administración americana adquiere estos vehículos a una determinada empresa, lo que en realidad está haciendo es encargarle la fabricación del mismo, de acuerdo con los propios planos de la Administración y por supuesto, con el control de calidad de esta fabricación realizado por la propia administración, que es la que tiene el control de configuración, es la autoridad de diseño, conoce los planos y sabe cómo funciona.
La empresa tiene la responsabilidad de fabricar de acuerdo a los planos, no de que funcione o no funcione el vehículo. En este contexto es posible que en otra ocasión una serie de vehículos se le encargue a otra empresa, o los repuestos, por ejemplo, se encargue a talleres pequeños, para lo cual lo lógico es hacer una colección de planos de fabricación nueva o una colección de planos específica para repuestos si se utilizan tecnologías de fabricación distintas de una pieza determinada.
Procesos de fabricación y series
Para aclarar un poco este asunto, una pieza se puede fabricar por forja para grandes series y mecanizada para series cortas y es muy posible que el plano de fabricación de una misma pieza sea distinto en ambos casos.
En este contexto la base de datos que almacena toda esta información tendrá un código de pieza NSN (NATO Stock Number o National Stock Number) relacionado con múltiples Part Numbers o números de plano, que es lo que ocurre en la base de datos de catalogación de la OTAN, en la que una determinada pieza tiene un código de catálogo OTAN y puede tener varios Part Numbers asociados a diferentes fabricantes.
En este contexto también tiene sentido que los inspectores de calidad tengan acceso a la cadena de suministros completa, ya que son los responsables del funcionamiento del vehículo y al fin y al cabo es su vehículo el que están fabricando, no un producto de la empresa contratista que ha sido adquirido por la administración. Digamos que están subcontratando la fabricación, no están adquiriendo un producto externo.
A nadie extrañará la idea de que siendo los Estados Unidos el país que más aporta a la OTAN, tanto en medios como en estructura, también sea su cultura y manera de trabajar la que tenga más influencia en esta organización y que las normas de calidad AQAP (Allied Quality Assurance Publications) se hayan derivado de las normas de calidad con las que la Administración estadounidense inspecciona sus programas de armamento. Es decir, las normas AQAP proceden de normativa para inspeccionar la calidad en los programas de armamento estadounidenses.
Fabricación y calidad en España
En España las normas AQAP se traducen a las normas PCAL (Publicación Española de aseguramiento de Calidad) y en un principio se aplicaban también a los programas de Defensa, en los cuales se contrataban trabajos de desarrollo a las empresas. Ejemplos de estos programas son el PCGACA (Puesto de Mando de Grupo de Artillería de Campaña) de Artillería de Campaña o el COAAAS (Centro de Operaciones de Artillería Antiaérea Semiautomático) de Artillería Antiaérea.
Los inspectores de calidad del Ministerio supervisaban los trabajos junto con los directores técnicos o los jefes de programa y cuando se realizaba una adquisición cumplían misiones similares que las que tienen los técnicos estadounidenses que encargan por ejemplo la fabricación de un lote de vehículos HMMWV.
En la actualidad las normas PCAL se aplican también a las adquisiciones que hacen los Ejércitos, no de sus productos, sino de los productos cuya propiedad y documentación técnica pertenecen a las empresas, no al Estado Español. Con esto las empresas están obligadas a poner a disposición de la Administración toda la documentación técnica y a abrir por completo la cadena de suministro. ¿Se imaginan ustedes que esto se intentase llevar a la práctica en una adquisición, por ejemplo, de teléfonos Iphone?
De hecho, me atrevo a asegurar que los fabricantes de misiles no abren ni su cadena de suministro ni su documentación técnica a las autoridades españolas cuando venden sus productos al Ministerio de Defensa Español, como mucho les proporcionarán información de ensamblaje y fabricación de determinados componentes, pero no de los esenciales.
En una posterior evolución se publicaron normas específicas para la inspección en el momento de la recepción y en la actualidad estas también han evolucionado a que no solo inspeccionan los bienes en el momento de la recepción si no que permite al inspector de calidad supervisar la fabricación y tener acceso a toda la información técnica, incluidos planos.
Evidentemente la Administración no puede obligar a una empresa a que le suministre los planos de su producto y cuando así lo hacen están rozando o incumpliendo la legalidad. En otras ocasiones se intenta disfrazar la entrega de planos como un requisito técnico, auténtico abuso para los suministradores, ya que nada impide que ese plano pueda acabar en poder de otro posible suministrador.
Lo anterior no es solo un problema para las empresas fabricantes, que tienen que permitir que personas que en el futuro pueden pasar a prestar sus servicios en empresas de la competencia tengan acceso a datos y detalles técnicos de su propiedad, sino también para los inspectores de calidad que lo más que pueden hacer cuando entran en estos detalles es una verificación de que lo que la empresa dice que verifica se haga.
Cualquier otra cosa que intenten hacer es meterse en camisas de once varas, ya que no conocen el funcionamiento del sistema con el detalle suficiente, no han trabajado en él con anterioridad y por muy expertos e inteligentes que sean no entenderán el funcionamiento completo de un componente, en toda su profundidad, por la sola observación del plano.
Además, está el asunto de la catalogación, cuando se intenta que un código OTAN de un componente tenga varios Part Numbers. Si una empresa vende un producto desarrollado por ella misma, lo lógico es que solo exista un solo Part Number para cada componente catalogado y cuando existan varios será porque es un producto comercial o porque el dueño de ese producto, sea el Estado o una empresa ha decidido tener varios fabricantes para el mismo.
Un corolario de lo anterior es que el Mercado y las adquisiciones para la Defensa no tienen un encaje perfecto y nos hace plantarnos varias cuestiones:
¿Pueden tener un Programa de Defensa en el que se hace un desarrollo liderado por el Estado y una adquisición a una empresa el mismo control de calidad? Casi con toda seguridad, en Estados Unidos no se realiza el mismo control de calidad cuando el Estado encarga a alguien que le fabrique sus vehículos que cuando compra vehículos directamente a un fabricante.
Desde luego, en España nos parece un abuso que esto se haga así y es un abuso para las empresas y para los responsables del aseguramiento de la calidad que tienen una tarea imposible. (Karl Kranz)
Foto:Una barcaza del Vehículo de Combate de Ruedas 8x8 Dragón para el Ejército de Tierra en la planta asturiana de Trubia en 2022 (Ministerio de Defensa)
