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Las Fuerzas Armadas españolas en la escena internacional

Revista Defensa nº 480, abril 2008

Solo quien tenga de la mente humana una idea arbitraria, tachará de paradoja la afirmación de que las legiones romanas, y como ellas todo gran ejército, han impedido más batallas que las que han dado (Ortega y Gasset).

La presencia de las Fuerzas Armadas (FAS) españolas en la escena internacional, particularmente tras la guerra fría, lo ha sido más en operaciones de paz y ayuda humanitaria que con otro tipo de actuaciones. Las operaciones de paz no son exclusivamente militares, pero la participación de las FAS suele ser pre­pon­derante. Parafraseando a Dag Hammarskjold en 1956, las operaciones de mantenimiento de la paz no son tareas para soldados, pero estos son los únicos capaces de realizarlas. No es menos cierto, como recuerda el general Feliú Ortega, que para las FAS españolas las operaciones en el exterior sirvieron de estímulo para acelerar la reestructuración del Ejército.

 

España nunca había realizado un esfuerzo militar, ni tenido una voluntad política tan continuada como con las operaciones de paz. La profesionalización de la tropa favoreció la implantación del modelo, al poder disponer de la misma con mayor permanencia, aunque la reducción de unidades haya sido drástica y no exenta de problemas. En el Siglo XIX se producen la expedición del Marqués de la Romana a Dinamarca; en 1808; a Italia para apoyar al Papa Pio IX en 1849, pasando por Conchinchina, México, Santo Domingo, hasta llegar a las guerras de Cuba y Filipinas y las campañas del Protectorado español de Marruecos. En el XX, destacamos el apoyo en febrero de 1960 tras el terremoto de Agadir (Marruecos) y la Guerra de Vietnam, con un equipo voluntario del Cuerpo de Sanidad Militar.

Pero la integración en diversas estructuras multinacionales de seguridad y defensa ha servido de catalizador de la proyección exterior de las FAS, que a su vez ha supuesto un redimensionamiento y modernización de los ejércitos y la Armada y la evolución de los conceptos de seguridad y de defensa. Con ello se pone fin al aislacionismo de la época del general Franco, una tendencia iniciada con la política de recogimiento de Cánovas del Castillo durante el primer sexenio de la Restauración. El 30 de mayo de 1982, España ingresa en la OTAN; en 1988 se adhiere al Tratado de Bruselas de la UEO (Unión Europea Occidental; en 1985 entra en la Unión Europea (UE) y firma el Tratado de Lisboa de 2007, e igualmente es parte de la OSCE (Organización de Seguridad y Cooperación Europea).

Operaciones de paz de primera y segunda generación

Las primeras operaciones de paz pretendían impedir la escalada de un conflicto o evitar una tragedia humanitaria, sin abordar las raíces del conflicto. Son las misiones de primera generación, que se mantendrían hasta 1989. Se inician con observadores internacionales desarmados, como la UNTSO en Palestina, en 1948; y la UNMOGIP en Cachemira en 1949. La participación española comienza en diciembre de 1988 cuando se solicitó a nuestro Gobierno un equipo de oficiales para integrarse en UNAVEM I (7) y UNAVEM II (9). Casi simultáneamente la ONU aprueba una asistencia a la misión UNTAG y España participó con un grupo aéreo formado por 11 aviones y hasta 81 efectivos.

Foto: Embarque en un avión de carga de un 4x4 Iveco LMV “Lince” camino de la operación en Mali (foto EMAD).

La evolución de las operaciones de paz de las Naciones Unidas se produce en los años noventa. El fin de la guerra fría supone un punto de inflexión y son el mecanismo preferido por el Consejo de Seguridad para la protección de la población civil. El excesivo optimismo sobre el funcionamiento del citado Consejo llevaría a Boutros Ghali a implantar su Programa de Paz. La ONU emprende misiones más ambiciosas, de segunda generación, con un enfoque integral, que incluye los aspectos político y policial. Aparece el componente civil de las operaciones de paz y se produce un cambio radical en las mismas. El ejemplo más claro lo constituye UNPROFOR.

Durante este periodo se inicia la participación de España en operaciones  en América Central. Cuando nacen las misiones en ésta zona se solicitó nuestra actuación en Nicaragua (ONUCA) de 1989 a 1991 (98 observadores); elecciones en Haití (UNAVEH) en 1990-91 (9); El Salvador (ONUSAL) en 1992-95 (101) y Guatemala (MINUGUA) 1994-2002 (16). Eran misiones de verificación y supervisión de los acuerdos para el desarme, y dos generales españoles ostentaron la jefatura de las misiones ONUCA y ONUSAL. La primera operación en Irak fue de bloqueo y embargo, también primera vez que participaron fuerzas navales españolas en una de Naciones Unidas, dirigida por UEO.

Tras el alto el fuego, se inicia la Provide Confort, para crear un enclave kurdo y garantizar la seguridad de los refugiados. España participa –Operación Alfa Kilo– con un total de 764 efectivos. El éxito de la agrupación Alcalá demostró la capacidad del Ejército de Tierra para proyectar unidades a grandes distancias y con corto preaviso. Bosnia Herzegovina representó una prueba de fuego para la capacidad de mantener un esfuerzo importante y sostenido en el exterior. Tras la muerte del mariscal Tito y la fragmentación territorial, La CEE acuerda iniciar la Misión de Observación Política en la antigua Yugoslavia (EUMM)(1) de carácter civil, pero la mayoría de los observadores eran militares.

foto: Proyección de helicópteros CH-47D de las FAMET a Afganistán. La misión en el problemático país asiático exigió el despliegue de estos medios (foto Julio Maíz).

La Fuerza de Protección de Naciones Unidas (UNPROFOR) comenzó en febrero de 1992 y en junio amplía su mandato y los efectivos para incluir a Bosnia Herzegovina. Las FAS inician la Operación de Ayuda a Bosnia (Alfa-Bravo). La contribución sería de una Agrupación de hasta 1.000 miembros, más apoyos logísticos, observadores (UNMO) y oficiales y suboficiales integrados en el Cuartel General de Sarajevo. Aviones españoles apoyaron las acciones terrestres de UNPROFOR con las Operaciones Joint Endeavour y Joint Guard, organizadas de forma conjunta por la OTAN y la UEO.

Operaciones de paz de tercera y cuarta generación

Después del punto álgido, en 1993-94, las operaciones se reducen por las dificultades de gestión y de financiación. Experiencias trágicas como la crisis de las zonas seguras en Bosnia, o del genocidio en Ruanda, pusieron en evidencia la necesidad de establecer mandatos humanitarios, incluyendo la protección coercitiva. Nacen las llamadas operaciones de tercera generación, cuyo mandato incluye autorización para el uso de la fuerza, en el marco del Capítulo VII de la Carta. El protagonismo pasa a organizaciones como la OTAN. La misión en Bosnia, la más importante y larga de las que España ha emprendido, es un claro ejemplo de operación que comienza como ayuda humanitaria en una zona en conflicto armado, va evolucionando hacia mantenimiento de la paz, posteriormente hacia imposición de ésta, para luego convertirse en una de estabilización.

Foto: Varios LMV “Lince” del Ejército de Tierra se disponen a cumplir una patrulla en Líbano. Como operan en una misión de la ONU, los vehículos van pintados de blanco (foto Julio Maíz).

La OTAN, tras resolución del Consejo de Seguridad, crea la Fuerza de Implementación (IFOR) que sustituye a UNPROFOR. En diciembre de 1996 finaliza el mandato de IFOR y se inicia la fase de estabilización (SFOR), aumentando los contingentes civiles, y la policía internacional de la ONU. Hasta agosto de 2000 se sucedieron trece rotaciones de brigadas españolas, SPABRI I a la XIII, que serían sustituidas por agrupaciones (SPAGT) XIV a XXIII. La Armada española participó en la Operación Sharp Guard para el embargo naval en el Mar Adriático. En diciembre de 2004, se pasa a la Althea de la Unión Europea. En 2007 se organiza la Unidad de Repatriación, primera constituida para el repliegue logístico fuera nuestras fronteras. Más de 46.000 militares españoles han participado en la misión de Bosnia-Herzegovina.

En 1999, la Alianza desplegó en Kosovo la Fuerza Internacional de Seguridad (KFOR), para vigilar el cese de las hostilidades y adiestrar a los componentes de las nuevas fuerzas de seguridad locales. Alrededor de 22.000 militares españoles contribuyeron entre junio de 1999 y septiembre de 2009 a su pacificación. Un año después de producirse la declaración unilateral de independencia de Kosovo, el Gobierno decidió dar por finalizada la misión de las tropas españolas. La Administración apoyó la invasión de Irak en 2003 y puso a disposición de Estados Unidos sus bases aéreas, pero no participó en la Guerra. Un contingente para ayuda humanitaria es transportado por el buque de asalto anfibio, con un contingente de entre 900 y 1.000 personas. Fue la misión que ha generado un mayor rechazo en la población española.

La misión de las FAS en Afganistán es la más compleja de todas en las que se ha intervenido. Inicialmente se participó en la Operación Libertad Duradera, con apoyo médico, aviones de transporte, buques y helicópteros. La mayor aportación de nuestro país, sin embargo, se produjo en el marco de la ISAF (International Security Assitance Force). El 31 de diciembre de 2014 finaliza ésta y comienza formalmente la Misión Resolute Support (Apoyo Decidido) de la OTAN.

En su informe sobre la caída de Srebrenica, Kofi Annan sostiene la existencia de graves fallos institucionales. El Secretario General de la ONU encargó el Informe Brahimi, de gran importancia para la creación de las operaciones de cuarta generación, cuyo mejor ejemplo es UNIFIL (Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano). El primer contingente español desembarcó en las playas libanesas el 15 de septiembre de 2006, nueve días después de haber sido aprobada la misión por el Parlamento, y continúa participando desde entonces con un contingente que ha superado los mil efectivos. Un general español ya ha ostentado el mando de UNIFIL y su próximo jefe podría ser de nuevo español.

La sociedad española y las misiones de las FAS en el exterior

España está presente en todas las misiones militares de la Unión Europea en el Continente africano, con despliegues en Malí, República Centroafricana, Somalia, Senegal y Gabón, así como en las operaciones navales que tratan de impedir el tráfico ilegal de personas frente a las costas de Libia y la piratería en el océano Índico. La sociedad española apoya mayoritariamente la participación de las FAS en las misiones internacionales de paz, manteniéndose estable a través de los años, con un valor aproximado del 84 por ciento. La sociedad civil aplaudió la primera misión en Irak en apoyo al Kurdistán y UNPROFOR en Bosnia, con lo que las Fuerzas Armadas alcanzaron un gran prestigio. La Libertad Iraquí de 2003, fue rechazada por la oposición política y los medios de comunicación.

foto: Un militar español vigila la pasarela que montaron los zapadores en Mostar tras destruir los croatas el puente del Siglo XVI (foto Ejército de Tierra).

Fuerzas Armadas españolas participan en 15 misiones en el exterior con más de 2.600 militares y guardias civiles desplegados en cuatro continentes. Este despliegue se ha prorrogado hasta diciembre de 2018. España tiene un papel importante en EUTM Mali (hasta 292 efectivos). Los destacamentos del Ejército del Aire en Senegal y Gabón mantendrán cincuenta efectivos en cada caso. La Armada participa en la Operación EUNAVFOR Atalanta de lucha contra la piratería en el marco de la Unión Europea (375 efectivos) y EUNAVFOR MED Sophia contra las mafias de tráfico de migrantes procedentes de Libia (250).

La contribución a misiones de la Alianza Atlántica, se centra en Presencia Avanzada Reforzada (más de 300 efectivos) y una batería de misiles antiaéreos Patriot en Turquía. En la Coalición Internacional contra el Daesh en Irak se participará en la etapa de estabilización (hasta 480). En UNIFIL, en el caso de ser aceptado un candidato español al Mando durante el periodo 2018-20, se incrementarían los efectivos hasta los 750 y ocasionalmente a 840 con la incorporación de un buque ligero al componente marítimo. Está previsto el despliegue en el exterior de la Unidad Militar de Emergencias (UME) ante situaciones de grave riesgo, y catástrofes (2).

(1) Posteriormente tomó otros nombres (ECMM y ECMMY).

(2) http://www.defensa.gob.es/misiones/ en_exterior/#ConsejoMinistros

Revista Defensa nº 480, abril 2008

 


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