El esperado hito de puesta a flote del segundo submarino para la Armada, el S-82 “Narciso Monturiol” tendrá lugar finalmente tras el verano. Aunque estaba previsto para estos días, por cuestiones de agenda se ha decidido finalmente aplazarla a la vuelta del verano.
Como nos confirman fuentes de Navantia, el astillero que está construyendo los submarinos de la clase S-80 para la Armada, “Igual que sucedió en el caso del S-81 “Isaac Peral”, esta ceremonia es un evento cuyo propósito es el amadrinamiento del submarino y que es independiente de la maniobra de puesta a flote”. Por lo tanto, el aplazamiento de este acto institucional no afecta al calendario de hitos del submarino ni a la maniobra, que tendrá lugar, como estaba previsto, después del verano.
Se está siguiendo un calendario similar al del S-81 aunque previsiblemente con plazos más cortos, tras ir cumpliendo importantes hitos de seguridad como la puesta en tensión, que tuvo lugar en marzo, seguida de otros como el primer embarque de combustible líquido o la primera carga de baterías usando los motores diésel para iniciar luego las pruebas de puerto, las primeras navegaciones este invierno, primero en superficie y luego en inmersión, llegando a la cota máxima.
Si todo progresa según lo previsto, el S-82 “Narciso Monturiol” será entregado a la Armada en el otoño de 2026 y estará operativo a mediados de 2027. Mientras se avanza en la construcción del tercero de la clase, el S-83 “Cosme García”, con las principales secciones listas para su cierre y con el AIP ya instalado, como pudimos comprobar en noviembre.
Los más avanzados de su categoría
Los submarinos S-80 tienen una eslora total de 80,8 metros, un diámetro de 7,3 metros y un desplazamiento en inmersión de alrededor de 3.000 toneladas. Entre sus aportaciones tecnológicas destacan el sistema de combate y control de plataforma de Navantia Sistemas, y un sistema de propulsión anaeróbico revolucionario desarrollado por Navantia que aporta gran sigilo en inmersión, denominado BEST-AIP.
Este sistema de propulsión independiente de la atmósfera le permite obtener energía eléctrica, a partir de pilas de combustible que utilizan tecnología procedente del sector aeroespacial, a cualquier profundidad. Así, podrá permanecer semanas sin salir a cota periscópica, lo que mejora su discreción, principal atributo de un submarino.
El Sistema AIP -bautizado comercialmente por Navantia como BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology)- es una planta de producción de energía innovadora que permite recargar las baterías del submarino mientras este se encuentra en inmersión, evitando realizar maniobras de snorkel periódicas para su recarga donde el submarino es detectable y más vulnerable.
Esta planta se basa en un proceso de reformado de bioetanol -un combustible renovable obtenido a partir de materias primas de origen vegetal- para producir una corriente rica en hidrógeno con la que se alimenta, junto con oxígeno puro, una pila de combustible para producir electricidad de manera discreta.
A diferencia de los equipos ya operativos en otras Marinas, el AIP de Navantia es un sistema de tercera generación puesto que no requiere portar hidrógeno almacenado a bordo, sino que el propio sistema lo genera cuando es requerido, lo que supone una ventaja táctica y de seguridad, incrementando la autonomía estratégica y la capacidad de disuasión del Ministerio de Defensa. Junto a la extensa sensorizacion del submarino, incrementa aún más la seguridad de la dotación y del propio submarino y reduce al mínimo el personal que lo opera. (José Mª Navarro García)
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