El Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), Antonio Piñeiro Sánchez, ha participado en una de las conferencias que, con motivo del VI Congreso Marítimo Nacional, ha organizado la Real Liga Naval Española. Del análisis de lo que expuso a los presentes se deduce con claridad que la Armada, dentro de su proyecto Armada 2050, tiene como objetivo prioritario el preparar a sus unidades para el combate.
En sus palabras, el AJEMA señaló que “lo que sí es creíble es que alguna de nuestras unidades tenga que verse envuelta en un combate de alta intensidad”… “por ello, nuestra preparación está orientada al combate”, aseveró poco después.
Esa necesidad clara por parte de la Armada apostaría a que, dentro de los plazos previstos que se intentará reducir al máximo en un momento económico favorable en lo que disponibilidad de créditos se refiere, se hagan actuaciones concretas y decididas. Señaló que “… la Seguridad era intangible, y ahora es muy tangible” con los acontecimientos vividos en los últimos años; “la Armada tiene la obligación y responsabilidad ante la sociedad civil a la que nos debemos, de implantar una estrategia”; esta última, seguramente estará especialmente detallada en la versión no pública del documento que define a Armada 2050.
“La disuasión -continuó- es un producto de dos factores: la fuerza y la voluntad de emplearla”. Sus explicaciones hablaron, en torno a esta cuestión, de problema que supone “un error, en este mundo tan volátil, o un mensaje mal emitido o mal comprendido, en torno a la disuasión, puede generar un conflicto”. También señaló que es importante la “disuasión para evitar los conflictos, esto es a lo que aspiramos”.
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El AJEMA insiste en la importancia del Arma Submarina como elemento de disuasión, una voluntad que debe progresar pronto para conseguir una segunda serie de S80+ mejorados. (Octavio Díez Cámara)
Tres pasos clave
Todo ello, y de ahí que sea especialmente positivo el hecho de que ya se hayan aprobado la construcción de nuevos buques de combate y que se esté ya en predisposición de seguir avanzando con más cantidad de ellos y con nuevos diseños, requiere, en un momento de “financiación cuantiosa” -dijo el AJEMA- el actuar sobre la base de tres particularidades bien claras y definidas para la Armada.
La primera, es que “debemos tener una fuerte capacidad de proyección del poder naval sobre tierra, por en tierra es donde acontecen las cosas”, una capacidad que hace que la Armada, dentro del contexto nacional e internacional, sea relevante y decisiva. La segunda es “lograr una potente Arma Submarina que es el elemento disuasorio por excelencia”, mientras que la tercera apuesta porque la “Armada sea interoperable y capaz de trabajar con eficacia dentro de la Acción Conjunta española y en el orden internacional”; esto último ya lo hace con despliegues como los “Dédalo”.
Queda clara la voluntad de la Armada, y así lo dejó concretado el AJEMA en sus palabras, de tener aquella capacidad de combate que haga que las capacidades navales españolas sean disruptoras y determinantes a la hora de frenar cualquier eventualidad y acabar con aquellas amenazas que puedan surgir. Un objetivo claro es poder desplegar el poder naval sobre tierra, la Infantería de Marina será la Fuerza que aporte el personal. (Octavio Díez Cámara)
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