La necesidad de equipar, en un entorno que a futuro se contempla más peligroso y cambiante, a los cazabombarderos del Ejército del Aire y del Espacio con nuevas armas con las que contrarrestar a todo tipo de amenazas en vuelo ha derivado en un reciente acuerdo industrial.
Acabamos de conocer que España participa junto a Suecia, Italia y Alemania -que es la nación líder del proyecto- en el objetivo de desarrollar la variante mejorada Block II del misil aire-aire IRIS-T (InfraRed Imaging System-Tail/Thrust Vector Controlled) que ya se encuentra en servicio en el Ejército del Aire y del Espacio equipando a los cazabombarderos EF-18 Hornet y EF-2000 Eurofighter.
El programa se va a desarrollar por parte de la compañía alemana Diehl Defence, que lidera la fabricación de esta arma aire-aire de corto alcance, y en su consecución participan otras compañías de los cuatro países interesados en el misil IRIS-T Block II. Para avanzar, ya se ha rubricado un primer acuerdo –lo que se hizo a finales de diciembre- entre la Oficina BAAINBw (Bundeswehr Equipment, Information Technlogy and In-Service Support), que gestiona las adquisiciones militares de las Fuerzas Armadas alemanas, y Diehl Defence; es una primera fase para apuntalar un desarrollo a corto plazo en el que España también participa y que tendrá sus frutos en unos pocos años.
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La compañía española Sener estuvo una década fabricando elementos para varios miles de misiles IRIS-T, setecientos de ellos para el Ejército del Aire y del Espacio. (Octavio Díez Cámara)
Lo que se pretende es mejorar las prestaciones del misil aire-aire IRIS-T, que entre sus capacidades aporta la posibilidad de dispararlo contra un objetivo que se encuentre detrás de la trayectoria propia sin variar esta última, de forma que se le haga más letal, más capaz para afrontar amenazas complejas e incluso que tenga un mayor alcance. En ese proceso evolutivo sería bueno apostar por estandarizar el misil en otras funciones, como las propias de la Defensa Antiaérea disparándolo desde lanzadores en tierra y equipando con su versión de largo alcance a unidades del Ejército de Tierra.
Sabemos que el consorcio liderado por Diehl Defence ha producido, desde su introducción ahora ya hace dos décadas, más de 5.000 misiles IRIS-T para trece clientes diferentes que lo han integrado en numerosos aviones de combate de diferentes características. El Ejército del Aire y del Espacio recibió, a partir de un contrato valorado en 247 millones de euros, una cifra que se dijo era de 770 misiles -700 reales y 70 de prácticas-, un arma que gracias a su avanzado buscador infrarrojo con espoleta de proximidad asistida y su gran ojiva explosiva es capaz también de desarrollar cometidos para la lucha anti-misil.
El IRIS-T aporta como novedad una gran capacidad de maniobra gracias al empuje vectorial que aporta su propulsor. No obstante, parecería que el Ejército del Aire y del Espacio estaría ya trabajando en mejoras sobre los misiles IRIS-T Block I que recibió, -así se afirma en el número de enero-febrero de su revista oficial cuando se habla de los avances conseguidos en 2024- y de los que la compañía española Sener fue responsable de la fabricación, entre los años 2004 y 2014, de las alas o del sistema de control de vuelo. (Octavio Díez Cámara)
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