El concepto del submarino S-80 Plus ha mantenido, desde el inicio de su concepción, la disposición de sistemas de lanzamiento de armas y de capacidad de estiba para poder transportar y lanzar misiles con los que hacer frente a amenazas navales y ser capaz de ataques a tierra. Se obtuvo ya hace tiempo la autorización de Estados Unidos para adquirir, con destino a la Armada española, el poderoso misil Tomahawk que es capaz de vuelos muy precisos y muy lejanos, de más de mil kilómetros.
Esta opción, que fue contemplada en su día para los submarinos S-80 Plus de la Armada, perdió pronto fuerza y oficialmente fue desestimada, en parte porque era un vector con capacidad ofensiva estratégica y porque la situación económica no aconsejaba su obtención.
Con el paso de los años, siendo ya el S-81 “Isaac Peral” una realidad en manos de la Armada y teniendo en cuenta que el S-82 “Narciso Monturiol” está ya construido en torno a un 75%, para la Armada es una prioridad que los S-80 Plus tengan, a corto-medio plazo, el potencial real para poder realizar ataques a objetivos terrestres, por lo que su panoplia de armas incorporará, además de torpedos y misiles antibuque, otros misiles que sean capaces de alcanzar objetivos fijos en posiciones terrestres.
Dada la situación presupuestaria y militar actual, parece una apuesta del todo lógica y racional. Su obtención incidirá en un mayor nivel de disuasión de la Armada ante las más variadas amenazas y permitirá una respuesta táctica y estratégica que será especialmente relevante de cara a solucionar diferentes tipos de crisis y de situaciones bélicas.
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Una variante lanzada en inmersión y modificada del NSM podría ser el vector para atacar objetivos terrestres con misiles lanzados desde submarinos. (Octavio Díez Cámara)
Con la decisión positiva de la Armada de incorporar misiles de ataque a tierra a los submarinos S-80 Plus se avanza en hacer que esas plataformas sean un vector discreto de lo más eficaz. Se ha manifestado esa voluntad y seguramente ya se trabaja en ello al más alto nivel. No tenemos constancia sobre qué arma se podría obtener, aunque parece lo más lógico, analizando la situación anterior, que no se opte por los preciados Tomahawk y sí por un vector que puede ser de origen europeo.
Dado que la Armada montará los misiles antibuque NSM en diferentes tipos de buques de superficie, es más que probable que se acabe invirtiendo en el desarrollo de una variante que pueda ser disparada desde los tubos lanzatorpedos de 533mm de los S-80 Plus. También que, de la misma, surja otra con mayor autonomía o más carga explosiva que pueda emplearse en ataques a tierra de alta precisión; hay otras opciones que podrían venir de la mano de compañías como MBDA o incluso de firmas israelíes, aunque no sería lógico diversificar sistemas de cara a ser más eficientes en su obtención, manufactura, mantenimiento e incluso modernización.
La decisión de contar con misiles de ataque a tierra para el S-80 Plus es positiva en todos los sentidos y podría ampliarse para que las fragatas actuales y futuras también puedan obtener esa capacidad, beneficiosa desde el punto de vista táctico y estratégico. (Octavio Díez Cámara)
