El Ejército Nacional de Colombia ha comenzado a recuperar gradualmente la operatividad de su vital flota de helicópteros rusos Mi-17, tras la firma de un contrato de mantenimiento con la empresa estadounidense Vertol Systems, cuya ejecución inició oficialmente en enero de 2025. La primera aeronave intervenida, un Mi-17 MD con matrícula EJC-3390, ya ha realizado exitosamente su vuelo de prueba y se encuentra nuevamente en servicio activo.
Este esfuerzo forma parte de una estrategia para devolver a la línea de vuelo una porción significativa de los 20 helicópteros Mi-17 que conforman la flota del Comando de Aviación del Ejército. Actualmente, cinco unidades se mantienen operativas y se espera que otras tres se integren antes de mediados de año, seguidas por tres adicionales a finales de 2025. Con ello, se alcanzaría la reactivación de la mitad de la flota, clave para el transporte de tropas, logística en zonas de difícil acceso y respuesta a emergencias en todo el territorio nacional.
El estado crítico de la flota Mi-17 se remonta a 2022, cuando al menos diez helicópteros quedaron inactivos en la base militar de Tolemaida, debido a la imposibilidad de realizar mantenimientos mayores y a la escasez de repuestos. La causa principal: la ruptura del contrato con la empresa rusa Joint Stock Company National Aviation Service (NASC S.A.), que hasta entonces se encargaba del mantenimiento de estas aeronaves.
Según la Embajada de Rusia en Colombia, el Ministerio de Defensa colombiano suspendió unilateralmente el contrato en marzo de 2022, citando preocupaciones sobre la seguridad del proceso, dado que los helicópteros debían ser enviados a Rusia. Aunque se intentó reactivar el acuerdo a principios de 2023, este fue nuevamente detenido en febrero del mismo año.
El eje del conflicto radicó en la inclusión de NASC S.A. en la lista de sanciones de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, lo que prohíbe cualquier relación financiera o comercial con la compañía. Esta inclusión, producto del conflicto entre Rusia y Ucrania, imposibilitó a Colombia continuar con el contrato vigente, ya que trabajar con NASC pondría al país en riesgo de violar sanciones internacionales.
Rusia, por su parte, negó en su momento que el conflicto en Ucrania estuviera relacionado con el impasse, afirmando que la situación era puramente contractual y técnica. Además, Moscú señaló que ofreció alternativas, como realizar las reparaciones en Colombia o traspasar la ejecución del contrato a una empresa nacional, propuestas que no prosperaron.
El gobierno colombiano, sin embargo, defendió su decisión, explicando que las restricciones internacionales, como el bloqueo en el sistema bancario SWIFT y la inclusión en la Lista Clinton, hacen inviable cualquier vínculo con NASC.
El Mi-17, un peso pesado de origen ruso
Los helicópteros Mi-17 son aeronaves de transporte medio de origen ruso, reconocidas por su gran versatilidad, robustez y capacidad de operación en condiciones extremas. Fueron adquiridos por Colombia a principios de los años 2000, convirtiéndose en piezas clave para operaciones militares y humanitarias.
Con su capacidad de transportar Hasta 36 soldados totalmente equipados o 4,000 kg de carga interna o 4,500 kg de carga externa y con un techo de servicio: 6,000 metros, el Mi-17 es ideal para misiones de despliegue rápido, transporte táctico, evacuaciones médicas, lucha contra incendios, abastecimiento aéreo en áreas remotas y operaciones especiales en terreno selvático o montañoso como el Colombiano. (Carlos Vanegas)
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