El T-40 Newén de la Fuerza Aérea de Chile alcanza un 97%, ENAER prepara su certificación y fabricación en serie

En un momento en que la industria de defensa chilena busca reposicionarse en el mapa internacional, la visita de la ministra de Defensa, Adriana Delpiano, a los talleres de la Empresa Nacional de Aeronáutica (ENAER) en la Base Aérea El Bosque marcó este martes 25 de noviembre un paso decisivo. Junto al comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), general del Aire Hugo Rodríguez, y el director ejecutivo de ENAER, Henry Cleveland, Delpiano pudo inspeccionar de cerca el prototipo del nuevo avión T-40 Newén, una aeronave que no solo promete modernizar la formación de pilotos, sino que revive una tradición industrial que parecía dormida hace décadas.

 El acto, que se desarrolló en un ambiente de expectación palpable entre ingenieros y técnicos, no fue solo una formalidad protocolar para los medios de comunicación. Fue la oportunidad para mostrar que el 97% del avance en la construcción de este primer ejemplar ya es una realidad tangible. "Lo que estamos viendo aquí es más que metal y circuitos, es el renacer de nuestra capacidad productiva", comentó Delpiano a los presentes, mientras recorría las líneas de ensamblaje donde cada pieza del fuselaje, forjado predominantemente metálica, pero integra composites avanzados donde se emplean prepregs de fibra de carbono, hablaba de un esfuerzo colectivo que involucra desde liceos industriales de San Bernardo hasta egresados de la Universidad de Chile.

Comandante en jefe de la FACh, general del Aire Hugo Rodríguez, y el director ejecutivo de ENAER, Henry Cleveland mostrando la maqueta del T-40 Newén a la Ministra Adriana Delpiano.

Este proyecto, firmado en octubre de 2022 por un monto de 142 millones de dólares, contempla inicialmente 33 unidades destinadas a la Escuela de Aviación "Capitán Manuel Ávalos Prado". Pero su alcance va más allá de las necesidades inmediatas de la FACh. El T-40 Newén, cuyo nombre evoca la "fuerza" en mapudungún, emerge como el heredero natural del T-35 Pillán, esa máquina legendaria que desde 1985 ha moldeado a miles de pilotos chilenos y de 8 países de América y Europa, acumulando más de 300.000 horas de vuelo. Sin embargo, el Pillán, con sus casi 40 años de servicio, ya no da abasto ante los retos tecnológicos actuales. Aquí entra el T-40 Newén, diseñado para acortar esa brecha entre el entrenamiento básico y el manejo de cazas como los F-16 Fighting Falcon de Lockheed Martin o el Northrop F-5E/F Tiger IIl del inventario FACh, permitiendo transiciones más fluidas y seguras en maniobras, gracias a su avanzados sistemas tecnológicos. 

Lo que hace al Newén un verdadero salto cualitativo no es solo su estructura ligera y resistente, sino el ecosistema que lo rodea. Un cockpit de cristal, con pantallas digitales multifunción que reemplazan los viejos relojes analógicos, permitiendo al piloto configurar todo a su antojo sin perder segundos valiosos. O el sistema HOTAS (Hands On Throttle-And-Stick), que integra botones y selectores para que el piloto gestione los sistemas sin soltar los controles, tal como en un avión de combate moderno. A eso se suma un diseño alar optimizado con winglets removibles, una nueva motorización que mejora la relación potencia-peso, y un paquete de simulación basado en realidad mixta, desarrollado por la filial DTS de ENAER. "No es solamente un avión, es un sistema integral de instrucción", enfatizó el director ejecutivo de ENAER, Henry Cleveland durante la visita, recordando cómo estos subsistemas, desde estaciones de control en tierra hasta herramientas de planificación con realidad aumentada están siendo probados en paralelo para estar listos antes de las primeras entregas.

Ministra Adriana Delpiano observando lo que será la aviónica digital que incorporará el T-40 Newén.

Desde abril pasado, cuando ENAER presentó preliminares avances en la integración de la aviónica desarrollada a medida por la firma estadounidense Astronautics Corporation of America, el ritmo no ha decaído. De hecho, el prototipo ya incorpora pruebas de sistemas periféricos que prometen reducir costos operativos en un 20% comparado con el Pillán, según datos internos de la empresa. Esta actualización, confirmada por fuentes de la FACH, responde a la necesidad de adaptar el diseño a estándares internacionales de bajo ciclo de vida, atrayendo interés de naciones como Egipto, Argelia y hasta Vietnam, donde agregados de defensa han visitado instalaciones chilenas para evaluar exportaciones potenciales.

En cuanto a los plazos, el cronograma se mantiene firme pese a los desafíos logísticos de los últimos meses. El primer prototipo se entregará oficialmente en abril de 2026, con el anuncio de presentar el modelo en FIDAE de aquel año, Asimismo Mauricio Ithurbisquy Déjean, director del Programa NEWEN manifestó que tras los ensayos y validación que deben ser obligatoriamente realizados antes del primer vuelo, nos da como resultado el segundo semestre del 2027 para realizar el primer vuelo del avión T-40 Newén, una vez listo, arranca la producción en serie, con entregas escalonadas que podrían extenderse hasta 2030 con la posibilidad de materializar opciones de exportación. 

Capitán Paris Villavecchia, piloto de pruebas de la FACh, junto al director ejecutivo de ENAER, Henry Cleveland y la ministra Adriana Delpiano. 

Por su parte, el Capitán Paris Villavecchia, piloto de pruebas de la FACh que se formó en la prestigiosa International Test Pilot School (ITPS) de London, Ontario (Canadá). Villavecchia acumula experiencia en más de diez tipos de aeronaves muy distintas, desde los clásicos reactores de entrenamiento Aero L-29 Delfín y L-39 Albatros, pasando por el veterano pero exigente Hawker Hunter T.7A de dos plazas, hasta el anfibio Grumman HU-16 Albatross, el prototipo experimental LX7 Turboprop y el acrobático Sukhoi-29. A eso se suman cientos de horas en simuladores de movimiento completo de Boeing 737-800 NG y 787. Esa combinación de vuelo real en máquinas tan variadas y simulación de alta fidelidad lo convierte en el candidato idóneo para exprimir al límite el Newén durante la intensa campaña de ensayos que se avecina.

El impacto económico de todo esto no pasa desapercibido. Mientras Delpiano recorría el hangar no dejó de resaltar cómo ENAER junto a ASMAR en la Armada y FAMAE en el Ejército actúa como un motor de desarrollo regional. "Esta industria moviliza capitales y forma gente de verdad, desde técnicos de institutos hasta ingenieros que salen listos para competir en el mundo", dijo la ministra, aludiendo a los cientos de empleos de alta calificación generados solo en este proyecto, muchos de ellos en pymes locales que suministran desde componentes electrónicos hasta piezas estructurales. Es un recordatorio de que, en un país donde la defensa a menudo se ve como gasto, iniciativas como esta demuestran que puede ser inversión pura, reactivando una cadena productiva que posiciona a Chile no solo como comprador, sino como productor en el mercado global.

Equipo detrás del proyecto T-40 NEWEN, quienes contribuyen día a día a la Aviación Aeronáutica de Chile.

Para la FACH, el Newén representa algo más profundo, la garantía de pilotos mejor preparados en un contexto geopolítico volátil. "Lo fundamental es la formación, necesitamos aviadores que dominen cualquier máquina, desde un entrenador hasta un F-16", insistió Delpiano, evocando las campañas de instrucción que ya incorporan elementos de la nueva carrera de Ingeniería Aeroespacial, lanzada este año en alianza con la Universidad Adolfo Ibáñez. Y aunque el prototipo aún no alce vuelo, su mera existencia con ese 97% de avance que se palpaba este martes en El Bosque ya vuela alto en las expectativas de una industria que, por fin, despega de nuevo. (Luis Andrés Lautaro)

La Ministra de Defensa Nacional Adriana Delpiano junto al director ejecutivo de ENAER, Henry Cleveland con el T-40 Newén de fondo.