En un esfuerzo por resguardar la seguridad en las zonas fronterizas del norte del país, el Ejército de Chile ha intensificado sus operaciones en la región de Antofagasta. La Brigada Motorizada N°1 "Calama", manteniendo un despliegue operativo las 24 horas del día.
El operativo, desarrollado en un entorno desértico de la frontera norte, incluye el uso de tecnología avanzada para reforzar la vigilancia. En imágenes divulgadas por el Ejército de Chile se observa a efectivos militares trabajando con un dron DJI Matrice 30T, que sobrevuela la zona para monitorear posibles movimientos irregulares. Este equipo, diseñado para misiones de seguridad y reconocimiento, destaca por su versatilidad y capacidad de operar en condiciones extremas, lo que lo hace ideal para el desierto de Atacama, conocido por sus temperaturas extremas y terrenos inhóspitos.
El DJI Matrice 30T, fabricado por DJI Enterprise, es un dron de alto rendimiento equipado con cámaras de alta resolución, incluyendo un sensor térmico que permite detectar fuentes de calor a distancia, incluso en la oscuridad. Este modelo cuenta con un zoom óptico de hasta 16x y un alcance de transmisión de video de hasta 15 kilómetros, lo que facilita la supervisión de áreas extensas.
Además, su resistencia al viento de hasta 12 m/s y su capacidad para operar en temperaturas que van desde -20°C hasta 50°C lo convierten en una herramienta clave para operaciones prolongadas en entornos hostiles. Según datos recientes, este dron ha sido adoptado por diversas fuerzas armadas y organismos de seguridad a nivel global, consolidándose como una solución confiable para misiones de vigilancia.
Las imágenes compartidas por el Ejército de Chile también reflejan el compromiso de los soldados en el terreno. En una de las fotografías nocturnas, un efectivo aparece utilizando binoculares desde la caja de una camioneta bajo un cielo estrellado, evidenciando la vigilancia constante en horarios de menor visibilidad. Este despliegue responde a la necesidad de controlar el ingreso irregular de personas, un desafío que ha marcado la agenda de seguridad en la región durante los últimos años, especialmente en zonas fronterizas como las de Antofagasta, Tarapacá y Arica y Parinacota.
El operativo se enmarca en una estrategia más amplia del gobierno chileno para fortalecer la seguridad fronteriza, combinando esfuerzos humanos y tecnológicos. Además de la vigilancia aérea con drones, el personal militar trabaja en coordinación con Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones para realizar controles en pasos no habilitados, siguiendo protocolos que respetan los derechos humanos.
El Ejército de Chile asegura que estas operaciones continuarán de manera sostenida para garantizar el cumplimiento de las normativas migratorias y proteger a las comunidades locales. En un contexto donde la tecnología se ha vuelto un aliado indispensable, el uso del DJI Matrice 30T marca un paso significativo en la modernización de las capacidades operativas de las Fuerzas Armadas chilenas. (Luis Andrés Lautaro)
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