Los aviones Sukhoi SU- 29 que formaron parte de la Escuadrilla de Alta Acrobacia “Cruz del Sur” de la Fuerza Aérea Argentina fueron adquiridos por una firma privada, Aviem Aeronáutica, dedicada la importación, venta y reparación de aeronaves. El lote de la operación consistía en siete aviones, nueve motores, una hélice tripala extra y más de doscientas piezas y partes, todo fue vendido por aproximadamente 230.000 dólares.
Recordemos que, en los noventa, llegaron estos aviones, referentes en el mercado mundial de aeronaves acrobáticas. Los Sukhoi SU-29 con motores ruidosos pero atrayentes, el ala baja y una maniobrabilidad impresionante fueron basados en la cordillerana IV Brigada Aérea, donde conformaron una Escuadrilla de Alta Acrobacia “Cruz del Sur”.
En manos de excelentes aviadores, sus presentaciones llamaron la atención en todo el país. Más tarde, comenzaron los recortes presupuestarios y empezó a cuestionarse su presencia en el inventario cada vez más reducido de una institución que venía en caída. De tal modo, los aviones quedaron estacionados en el Área Material Río Cuarto en un hangar, esperando un mejor futuro.
Hacia comienzos de los 2000, una comitiva técnica rusa comandada por una experimentada ingeniera, viajo al país (dimos cuenta de ello por esos tiempos), a inspeccionar el material. La puesta punto solo requería la actualización de boletines y algunos arreglos técnicos de poca factura y costo, pero ya estaban sentenciados, nadie quería estas aeronaves en una Fuerza que no paraba de ver disminuir sus medios, además la institución no los había pedido, llegaron por una situación política y decisión superior. Por años estuvieron en la oscuridad de un depósito, finalmente la FAA decidió subastar todo lo que había quedado.
Según los nuevos adquirentes, hay dos máquinas que están en condición de regresar al vuelo rápidamente y el objetivo es la conformación de una nueva escuadrilla de alta acrobacia en el país, no en vano esta aeronave es una de las top del exigente mercado acrobático. Esperamos como tantos miles de entusiastas, volver a apreciar su inmensa capacidad en manos de talentos voladores. (Luis Piñeiro / Foto FAA)
