En una maniobra estratégica que pone de relieve la aspiración del Reino de reforzar y modernizar su arsenal militar, las Fuerzas Armadas de Marruecos han comenzado este mes a recibir los primeros ejemplares del dron de fabricación turca Bayraktar Akinci.
Este paso se enmarca dentro de una sólida alianza estratégica entre Rabat y Ankara, que está redefiniendo el panorama de la defensa en la región. El acuerdo para la adquisición del Akinci supone un importante avance en la defensa marroquí, que integra tecnología de vanguardia en su arsenal. Esta operación se produce tras la exitosa experiencia con los drones turcos del modelo TB2, que entraron en servicio en 2021 y han contribuido eficazmente a la vigilancia de las fronteras y a combatir las amenazas de seguridad en el sur de Marruecos.
Con la incorporación del Bayraktar Akinci Marruecos adquirirá capacidades ofensivas y de reconocimiento avanzadas que potenciarán su superioridad tecnológica en la región. Además, se espera que mejoren las capacidades de disuasión y permitan la ejecución de operaciones precisas contra amenazas potenciales, reduciendo al mismo tiempo los riesgos para el personal y las infraestructuras militares.
Fuertemente armados
Sus características técnicas lo sitúan entre los sistemas más avanzados del mundo, ya que es capaz de volar de forma continua durante 24 horas a una altitud superior a los 12 kilómetros, lo que le permite operar fuera del alcance de la mayoría de los sistemas de defensa aérea de corto alcance. Asimismo, el Akinci puede transportar una carga ofensiva de hasta 1,5 toneladas, que incluye misiles aire-tierra como los cruceros “Çakır” y “SOM” con un alcance de hasta 250 kilómetros, así como misiles balísticos supersónicos IHA-230 con un alcance de hasta 155 kilómetros, capaces de impactar con alta precisión objetivos terrestres y marítimos. Además, está equipado con bombas inteligentes guiadas por láser, entre las que se encuentran los modelos MAM-L y MAM-T, desarrolladas por la empresa turca Roketsan.
El sistema también se beneficia de avanzadas redes de comunicación por satélite, que facilitan la ejecución de misiones de inteligencia en un amplio ámbito geográfico. Próximamente, se prevé que pueda incorporar el radar de exploración electrónica activo MURAD 100-A, desarrollado por la empresa turca Aselsan, lo que aportará una gama aún más amplia de capacidades avanzadas que potenciarán el rendimiento del dron en diversas operaciones aéreas y reforzarán la conciencia situacional. Este radar permitirá que el dron se adapte a una variedad de escenarios operativos y ejecute misiones cada vez más complejas y eficaces, incluyendo tareas de reconocimiento, vigilancia, guerra electrónica y ataques contra objetivos aéreos, terrestres o marítimos.
En cuanto al sistema electro-óptico, aún no se ha precisado si Marruecos optó por el sistema canadiense MX-20 o por el sistema turco ASELFLIR-500 de Aselsan, el cual ha sido exportado a catorce países, entre ellos Azerbaiyán y Croacia. Según declaraciones anteriores del director de Aselsan, el ASELFLIR-500 es capaz de detectar un tanque a una distancia de 80 kilómetros, marcarlo con un láser desde 20 kilómetros y, además, ver a través de la niebla.
Relaciones estratégicas turco marroquís
La relación en el ámbito de la defensa entre Marruecos y Turquía no se limita únicamente a la importación de sistemas de alta tecnología, sino que también incluye el establecimiento de una plataforma industrial de defensa conjunta en la región de Benslimane, en cooperación con la empresa turca Baykar. Esta iniciativa reduce la dependencia de las importaciones y refuerza la industria de defensa nacional a través de la empresa marroquí Atlas, especializada y creada el año pasado por los hermanos Bayraktar para expandirse en el mercado marroquí, especialmente frente a la competencia israelí. Además, se están llevando a cabo negociaciones con Aselsan para transferir y localizar las tecnologías de los sistemas electrónicos avanzados, en un esfuerzo por fortalecer y desarrollar la industria local marroquí.
La adopción del sistema Akinci por parte de Marruecos tiene múltiples dimensiones estratégicas; por un lado, refuerza la capacidad del país para vigilar sus fronteras del sur, que se extienden junto a Mauritania y en las zonas desérticas, donde los desafíos de seguridad son cada vez mayores, y por otro, actúa como un elemento disuasorio ante posibles movimientos militares en un contexto de tensiones regionales con Argelia y el Frente Polisario.
Este paso se produce en un momento en el que Marruecos busca intensificar la cooperación en materia de inteligencia con sus socios de la OTAN, proporcionando datos precisos obtenidos de cámaras y radares de última generación. El AKINCI representa un salto cualitativo en el ámbito de los vehículos aéreos no tripulados, al combinar la capacidad de realizar misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) con la habilidad de efectuar ataques de precisión desde distancias seguras, fuera del alcance de las defensas aéreas. Asimismo, puede operar de manera coordinada con aviones de combate tradicionales, aumentando así la flexibilidad de las operaciones militares.
El sistema Akinci marca una nueva etapa en la modernización de la defensa marroquí, evidenciando la determinación del Reino de adaptarse a las transformaciones geopolíticas y el deseo de fortalecer su capacidad para enfrentar los desafíos regionales. Mientras que este avance destaca la incorporación de capacidades tecnológicas de vanguardia, los retos económicos y técnicos siguen siendo un tema central de debate, planteando interrogantes sobre la sostenibilidad y completa dependencia de la industria nacional en el futuro. (Alex Ribeiro)
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