El Ejército Libio muestra como el armamento ruso se ha hecho clave para su defensa

Llamó la atención la exhibición sin precedentes de armas rusas avanzadas, como los drones de fabricación china VT370 y QP537, sistemas modernos de defensa aérea Tor-M1/M2 y Pantsir S1, y el helicóptero de transporte pesado Mi-26.

También participaron en el desfile militar un avión AN-12BK y se exhibieron misiles balísticos tácticos 9K52 Luna-M con un alcance de hasta 70 km, misiles SCUD-B con un alcance de 300 km y lanzacohetes múltiples BM-30 Smerch, además de decenas de camiones KAMAZ y URAL, vehículos blindados VPK-Ural y Tiger 4x4, así como tanques T-55 y T-72 equipados con jaulas de protección y vehículos blindados BTR-80/82, además de vehículos todo terreno estadounidenses Tomcar TX. Esto planteó preguntas sobre la capacidad del ejército libio de Haftar para operar estas tecnologías.

La presencia internacional fue notable, con el viceministro de Defensa ruso, General Yunus-bek Yevkurov, como invitado de honor, lo que confirma la profundización de las relaciones ruso-libias. También asistieron funcionarios de Egipto, Níger, Chad, Mali, Bielorrusia, Sudán, Turquía, Túnez, Palestina, Grecia e Italia.

Haftar pronunció un discurso en el que enfatizó la preparación de sus fuerzas para "actuar cuando sea necesario" y "tener la última palabra en el momento decisivo", considerando que la legitimidad del ejército se deriva del pueblo. Estas exhibiciones coincidieron con disturbios y protestas populares en la capital, Trípoli, contra el Gobierno de Unidad Nacional.

Demostración de fuerza en medio de divisiones e influencias regionales

La masiva parada militar organizada por Haftar en Bengasi conlleva múltiples connotaciones y fuertes mensajes dirigidos tanto a nivel interno como externo, en medio de un escenario libio y regional extremadamente complejo. Haftar busca, a través de esta exhibición, afirmar su control absoluto sobre el este de Libia y demostrar la capacidad de sus fuerzas para imponer el orden y la estabilidad en las áreas que controla, en claro contraste con el estado de agitación que vive la capital, Trípoli.

Sus declaraciones sobre la "disposición del ejército para actuar" apuntan a su ambición de aprovechar el caos en el oeste para imponer su control sobre todo el país. La denominación de la ciudad militar como "Ciudad Militar Mariscal Khalifa Haftar" es un paso simbólico para consolidar su influencia y su legado.

Asimismo, la presencia de alto nivel del viceministro de Defensa ruso y la exhibición por primera vez de armamento ruso avanzado confirman la profundización de la asociación entre Haftar y Moscú. Esta cooperación forma parte de la estrategia de Rusia para expandir su influencia en África a través del proyecto del "Cuerpo Africano", y transformar el este de Libia en un centro de gravedad para sus actividades en la región. Este desarrollo genera preocupación entre los países occidentales, especialmente los de la OTAN, dada la proximidad de la región a sus bases en el Mediterráneo.

Además, la participación de una delegación militar marroquí tiene importantes connotaciones regionales y se considera un mensaje directo al gobierno de Dbeibah en Trípoli y a Argelia, que apoya a las partes contrarias a Haftar. Este movimiento marroquí podría contribuir a avivar la competencia regional por la influencia en Libia, en medio del intento de cada actor regional de apoyar a sus aliados para promover sus intereses. (Alex Ribeiro)