La respuesta, que parece presuponer alguna continuidad represiva y algún mérito para la situación actual de vigilancia marítima vigente, omitió que a excepción de alguna captura producto de sobrevuelos aeronavales, extremamente acotados por la falta de combustible imperante, la mayoría porcede de denuncias particulares, de buques mercantes o deportivos, e inclusive de vecinos de algún balneario fronterizo con Brasil desde edificios de cierta altura, ya que en gran parte, se trata de pesca desarrollada en 4 o 5 millas de la propia costa, además de no detectarse la producida mar adentro.
No se descarta que por estas expresiones, así como por algunas denominadas "desprolijidades" del proceso de adquisición de radares costeros, en el que compiten desde integradoras responsables como Signalis o Cassidian, fábricas consagradas como Gem,y hasta industrias de radares civiles como Kelvin Hughes, con opciones cuestionadas ambientalmente como el Elta 2226, o incluso funcionalmente como las presentadas por una empresa china, junto al ya obsoleto, aparentemente retirado del tema, Lyra 50 o firmas que no fabrican radares costeros ,ni los integran habitualmente, como Aselsan, e incluso a las que ni integran ni fabrican, pero arman "paquetes", el ministro vuelva a ser llamado a sala.
A su vez, la oposición planteó, por primera vez en la historia del país, abrir una moción de censura contra el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, por los fracasos actuales en materia de seguridad, si no responde al pedido de informes solicitado por el diputado opositor Pablo Abdala por sobreprecios de 600.000 dólares y posibles conductas fraudulentas en la compra de municiones a las empresas Cramick y Pinor, en las próximas 72 horas. (Javier Bonilla)