El pasado 10 de octubre un juzgado de Uruguay dictaba una sentencia que ha levantado ampollas en las Fuerzas Armadas. El juez, cuyo nombre no ha trascendido, dictaminó como pena el ingreso en el Ejército Nacional de Uruguay, en el plazo de 30 días, de un sujeto sorprendido en un intento de robo a mano armada y acusado y condenado por el delito de "rapiña muy especialmente agravada".
La posibilidad no escrita en ninguna norma jurídica ni debatida legislativamente, defendida desde ciertos sectores de la izquierda política, de que ladrones, aún quienes actúen a mano armada, carteristas y autores de delitos varios, puedan no cumplir la pena que les correspondería, sustituyendo los tribunales ésta por el ingreso como soldado en las Fuerzas Armadas, ha sido rechazada firmemente por la Institución. Fuentes castrenses nos confirman que no van a aceptar, bajo ningún aspecto o circunstancia, esta posibilidad, aún con una sentencia en firme ya por medio.
El dato curioso es que cuando meses atrás, alarmado ante la violencia creciente en el país, el comandante en jefe del Ejército, Gral. Guido Manini , propuso enrolar a jóvenes sin trabajo o estudios carentes de antecedentes policiales para minimizar su situación de vulnerabilidad social, desde distintos grupos y la propia izquierda radical se exigió su destitución bajo todo tipo de acusaciones. (Javier Bonilla)
