(defensa.com) La base aérea de Amari, en Estonia, se convertirá entre este año y comienzos de 2015 en la segunda base aérea de referencia de la Alianza Atlántica en los países bálticos.
El primer ministro estonio, Taavi Roivas, confirmó la aceptación por parte de la OTAN de la propuesta del país en un acto de prensa, junto al secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen. La instalación, que se encuentra a pocos kilómetros de la capital (Tallin), será la segunda base aérea de la OTAN en la región del báltico, después de la de Siauliai, en Lituania, que fue uno de los enclaves aéreos más importantes de la Unión Soviética.
Hace dos años, la base de Amari fue sometidas a un proceso de modernización y optimización. Lauri Lepik, embajador en la OTAN de este pequeño país que comparte frontera con Rusia, alegó las necesidades que tendrá la institución militar de tener una segunda base en la zona por el posible envío de más aviones destinados a tareas de vigilancia. Con todo ello, todavía está por confirmar la fecha para la que estará lista la base, ya que su proceso de adaptación podría alargarse durante todo el presente año.
El Báltico se ha confirmado como una de las zonas de mayor contagio de la crisis ucraniana por su cercanía con las fronteras rusas, y Estados Unidos ya envió hasta seis cazabombarderos F-15C para realizar trabajos de vigilancia, junto con otros tantos F-16 que ha enviado Dinamarca a Lituania. Además, y según recogía esta semana la prensa alemana, Berlín podría enviar hasta seis aeronaves y un barco para reforzar la vigilancia en las Repúblicas bálticas. (J.Martínez)
