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2016: año del cambio en América Latina

El panorama de la región a finales de 2016 será muy diferente del que hemos conocido en los últimos años, marcado por el populismo liderado por Venezuela y que en distintos modelos se extendió a casi toda la región. Entre finales de 2015 y la primera mitad del año que viene, la segunda vuelta en Argentina y Venezuela, y las elecciones presidenciales en Perú, más la esperada firma del acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC y la continuación del proceso de apertura de Cuba, producirán, según avanzan los sondeos y las expectativas, un vuelco espectacular en la situación de la región.

Sin duda el elemento definidor será Venezuela. Que la oposición a Maduro ganará las elecciones es un hecho que solo podría evitarse con un fraude masivo de votos. Parece que el régimen chavista y su pretensión totalitaria en la zona llega a su fin. Sin embargo, el clima de violencia que puede promoverse ante una eventual caída del régimen podría suponer el mayor riesgo a la seguridad en la región. Si el chavismo y las fuerzas militares afines no aceptan el resultado de las urnas e inician una huida hacia delante, podría llegarse a un clima de violencia civil y, sobre todo, a la búsqueda de un chivo expiatorio fuera, seguramente Colombia.

Pareciera que el ritmo de las negociaciones entre el Gobierno de Colombia y la FARC en La Habana estuviera aguardando al resultado de las elecciones venezolanas.  A mi juicio la caída del chavismo provocará una rápida firma del acuerdo de paz entre la Administración de Santos y la guerrilla. Si Maduro decidiera aferrarse al poder por la fuerza, necesitaría de las FARC para mantener viva la llama de un conflicto, que justificaría una involución en Venezuela.

La caída del Kirchnerismo y la posible victoria de Macri o de Scioli marcan el final de un régimen populista que ha gobernado el país desde comienzos de siglo. Cualquiera de los dos candidatos cambiará absolutamente su política exterior, buscando incrementar las relaciones con Europa y con Estados Unidos. La economía argentina necesita salir de la situación de caos y ello sólo es posible con una agenda internacional potente que se olvide de los populismos que le han costado mucho dinero a los argentinos y casi ningún beneficio. Si fuera Macri el elegido, se trataría del cambio político más importante de Argentina en su historia reciente.

El tercer escenario es Perú, que elegirá en mayo a su nuevo presidente. Aunque allí la volatilidad de las encuestas es muy alta, hasta ahora todos los sondeos sin excepción coinciden en dar a Keiko Fujimori una cómoda mayoría, aunque insuficiente para ir a una sola vuelta. Pero incluso en una eventual segunda vuelta contra PPK o Acuña, Keiko seguiría siendo elegida presidenta. Se trataría sin duda de otro gran cambio en Perú, una de las economías más dinámicas de America del Sur. Supondría el final del régimen cuasi populista de Humala y el retorno a políticas más liberales y con un mayor énfasis en la seguridad.

La conclusión de las interminables conversaciones de La Habana, pudiera producirse en 2016; salvo que siga existiendo interés por ambas partes en prolongar la estancia de los guerrilleros en las cálidas aguas de Cuba. Pero el presidente Santos no puede demorar por mucho más tiempo la firma del acuerdo. Para la región, Colombia ha sido y todavía es el mayor conflicto militar en todo el Continente, que ha impedido el crecimiento económico del país andino. La pacificación supondría un gran dinamismo para su economía, que se ha estimado en un crecimiento económico 4 puntos porcentuales anuales para los próximos diez años, es decir casi un 50 por cieno de crecimiento económico. Colombia podría transformarse en el líder económico de América Latina, soportada con el notable apoyo de Estados Unidos.

En los demás procesos electorales no deben esperarse grandes cambios. Todo augura que Ortega seguirá siendo presidente de Nicaragua, aunque, si el régimen de Maduro cae, su soledad en la región será extrema. En República Dominicana, los ex presidentes Leonel e Hipólito se jugarán la presidencia a una segunda vuelta, aunque a mi juicio Leonel estaría en las mejores condiciones para acceder a un nuevo mandato.

Con todos estos cambios llegaremos a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, donde todavía está todo por decidir. Si los republicanos optan por Carson o Rubio, podrían tener opciones, aunque todo parece indicar que Hillary Clinton será la próxima presidenta. En cualquier caso, el fin de las políticas de Obama es un hecho, y sea republicano o Hillary, veremos a Estados Unidos adoptando un papel más protagonista en política exterior y de seguridad.

En definitiva, un año critico en un entorno económico y social de grandes cambios y con la crisis política y financiera de Brasil afectando a la región, que podría dinamitar cualquier predicción de estabilidad.

Enrique Navarro

Fotografía:
·MI-17 Ejercito Colombia.


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