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El despliegue español en apoyo a la lucha contra el Estado Islámico

El Gobierno español aprobaba a mediados diciembre, con la autorización del Congreso mediante, la participación española en la misión Resolute Support (Apoyo Decidido), que emanara de la Cumbre de la OTAN en Gales y que se centrará en el entrenamiento, asesoramiento y asistencia a las Fuerzas de Seguridad afganas. Un máximo de 485 efectivos españoles se mantendrán así allí durante todo este año 2015, en el marco de un apoyo que podría prorrogarse.

 

La participación española será básicamente la continuación de la misión que ya acometen  las tropas que permanecen actualmente en el país, 450 efectivos que gestionan el aeropuerto de Herat y el hospital de tipo ROLE 2 ubicado en la misma base, a lo que se suman tareas de adiestramiento de las tropas afganas, desplegando personal en los cuarteles generales de la operación, que estarán en Kabul y en Herat.

En paralelo,  en diciembre se conocía también que el Ministerio de Defensa enviará a Irak un centenar soldados del Mando de Operaciones Especiales para realizar tareas de formación en el Ejército de ese país, en el contexto de la lucha internacional contra el Estado Islámico (EI). El anuncio se enmarca en lo aprobado en el Congreso de los Diputados en octubre, que fijó la participación de tropas españolas en la coalición internacional que lucha contra el EI allí, alcanzando un número total de 300 soldados, que formarán parte de una misión de formación y adiestramiento del Ejército.

Un mes antes, en septiembre, el ministro Pedro Morenés, informaba del envío a Turquía de una batería antiaérea de Patriot, como parte del dispositivo de la OTAN para mantener la protección contra un hipotético ataque con misiles balísticos, frente a las amenazas que proceden de Irak y Siria.

El despliegue estará formado por 6 lanzadores y aproximadamente 130 militares, que cubrirán el hueco dejado por un sistema similar de Holanda, que finalizará su despliegue este mes de enero. España, que continúa prestando apoyo logístico en Mali en la lucha contra la misma lacra yihadista, no participará en misiones de bombardeo ni en despliegues terrestres en Irak, pero sí ha ofrecido la utilización de las bases militares españolas, capacidades de transporte estratégico, recursos de mando e inteligencia, asesoramiento y formación o el suministro de material letal y no letal al Gobierno iraquí.

España, como no podría ser menos, se mantiene firme en formar parte de la coalición internacional que lucha contra el Estado Islámico, un esfuerzo que a nivel interno está determinado por la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para socavar la actuación de las cédulas yihadistas en territorio patrio y que a nivel externo impone el compromiso en un teatro de operaciones que se prevé largo y dificultoso. El gasto de Defensa debe estar a la altura de esta amenaza, abordando los programas necesarios para garantizar el cumplimiento que la pandemia de este escenario exige.


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