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Jueves, 28 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

El Ejército Mexicano revela detalles del operativo fallido contra el Cártel de Sinaloa

En una inusual conferencia de prensa, el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), el general Luis Crescencio Sandoval González, reveló detalles del operativo efectuado el pasado 17 de octubre en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, en el que Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano fracasaron en su intento por detener al presunto narcotraficante Ovidio Guzmán López, El Ratón.

En la operación, cerca de 200 sicarios le hicieron frente a unos 150 soldados de diferentes unidades (de tres batallones, un grupo de intervención, un grupo de extracción y otras unidades militares locales) en distintos puntos de la ciudad para evitar que Ovidio Guzmán fuera llevado al aeropuerto de Culiacán y de ahí a la Ciudad de México.

El problema que impidió el éxito de la operación fue que ésta habría sido precipitada por algún mando u oficial, que habría decidido actuar y entrar a la casa de Ovidio Guzmán sin la orden de cateo y aprehensión solicitada a un juzgado federal especial, orden que nunca llegó a manos de los operadores del Ejército.

Los sicarios, armados con ametralladoras Browning y Barret calibre .50 (automáticas y semiautomáticas montadas en camiones de carga), con lanzagranadas calibre 40 milímetros, con fusiles AR-15, AK-47, Galil, Bushmaster, M-4 y granadas de mano, atacaron durante varias horas a las unidades militares que intentaron en vano estrechar tres círculos de protección para garantizar la salida de los equipos de intervención y extracción que ya habían detenido a Ovidio en su casa.

Los militares enfrentaron a los sicarios en calles y avenidas céntricas de Culiacán, causándoles cinco muertos. Del lado del gobierno murió un soldado de la Guardia Nacional y otro elemento de tropa perdió la pierna izquierda al ser alcanzado por un disparo de fusil calibre .50.

Los detalles de esta batalla fueron descritos por el general Sandoval a los reporteros nacionales y extranjeros durante la conferencia que diariamente da el presidente de México Andrés Manuel López Obrador en Palacio nacional. El encuentro fue preparado para hablar públicamente de ese tema en el que hubo numerosas versiones, filtraciones e interpretaciones tratando de explicar por qué falló la operación.

Antes de que interviniera el general Sandoval, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo Montaño, habló para anunciar el final de la guerra contra el narcotráfico que gobiernos anteriores emprendieron como eje central de sus estrategias de seguridad interior. “Convencidos de que la violencia siempre pierde así gane la primera batalla, decidimos no continuar con la idea conservadora de la guerra contra el narco. Esa  estrategia belicista no solo alentó la espiral de la violencia desde el poder público si no que las propias instituciones de seguridad se convirtieron en protagonistas de esa violencia, como pudo haber sucedido en Culiacán”, dijo el secretario de seguridad.

Bajo esta estrategia, México fue convertido en un país de víctimas y no debemos olvidarlo jamás, agregó Durazo.  Luego habló el general Sandoval, apoyado por diapositivas y documentos para presentar una narrativa en la que reconstruyó una línea de tiempo de seis horas, desde el inicio del operativo (a las 13:00 en la Fiscalía General de la República, para entregar información de inteligencia que avalara la solicitud de una orden cateo y detención con fines de extradición) hasta el momento en que se decidió abortar la misión debido a la violencia desatada por los sicarios para proteger a Ovidio (19:49 horas del mismo día).

Durante la ofensiva los narcos atacaron la unidad habitacional militar de Culiacán con fusiles de asalto y lanzagranadas de 40 milímetros. Fueron aproximadamente 15 sicarios los que lograron entrar a la unidad en al que solo había una guardia pequeña, mujeres y sus hijos en 20 departamentos.  Los sicarios entraron buscando a más soldados para secuestrarlos como forma de presión para que Ovidio Guzmán fuera liberado. El general Sandoval se refrió a esta situación mientras mostraba diapositivas y videos del ataque.

“Esta agresión es la de la unidad habitacional militar. Aquí llegan -esto es a las 15:45- cuatro vehículos en donde se posicionan son los accesos de la unidad, hacen fuego sobre estos edificios, hay un edificio de cuatro departamentos que es donde hacen fuego ellos.  (…) Aquí en este punto amarillo se encontraba un elemento de tropa con unos niños, estaban jugando ahí. Cuando inician las agresiones, el sargento une a todos los niños, los reúne y los mueve del lugar para ponerlos a salvo, porque no sabía qué estaba sucediendo y nada más estaba escuchando los disparos (…) Los delincuentes que ya habían ingresado a la unidad habitacional a pie, lo alcanzan a observar y van sobre él o van sobre el grupo de personas, no sabían que eran niños tampoco. Cuando ya llegan ahí, el sargento les establece que son niños, que son puros niños, los dejan y se lo llevan a él, lo retienen a él. Aquí en estos departamentos había derechohabientes, algunos alcanzaron a salir, otros saltaron por las ventanas y se protegieron. En la otra parte, donde llegan los otros dos vehículos, también hacen fuego sobre el edificio que les mencionaba yo, que son cuatro departamentos, aquí lanzan otra granada, que tampoco explota.

Entran a los departamentos tratando de buscar, estimamos, más elementos militares para retenerlos, no encuentran a nadie. Aquí también hay personas que saltan por las ventanas y salen a protegerse, otras personas que se ocultan en el closet y nunca lo abren, entonces no las descubren. Entonces, termina aquí la operación de ellos. Y tenemos cuatro domicilios que son allanados, los de este edificio, cuatro vehículos particulares que también tienen impactos de bala, los edificios con impactos de bala y las dos granadas que no explotan. La siguiente agresión, la número seis, cuando se tiene información de que está siendo agredida la unidad habitacional o que va personal hacia la agresión a nuestra unidad habitacional, sale el comandante de la 14 CINE, de la 14 Compañía de Infantería No Encuadrada, a reforzar la unidad habitacional”.

En la relatoría fue presentado un video de escaso minuto y medio de duración en el que se ve al equipo de operadores de inserción entrar al estacionamiento de la casa de Ovidio Guzmán, ordenar a varias personas salir de la casa mientras les apuntan con fusiles de asalto y revisarlas. Uno de ellos es Ovidio, quien lleva una gorra y obedece las órdenes de los militares. Los operadores les piden calma y les aseguran que no son delincuentes, aunque nunca se identifican como elementos del Ejército Mexicano.

En las casi seis horas de enfrentamientos entre tropas del Ejército Mexicano y sicarios del Cártel de Sinaloa participaron elementos de los batallones 94, 110, 3er Batallón de Operaciones Especiales y de la 14 Compañía de Infantería No Encuadrada (14° C.I.N.E.). Desde el aire las acciones iban a ser apoyadas por 10 helicópteros: 2 MD-530, 3 Bell-206, 2 Bell-407, 2 UH-60M y un Mi-17, despachados desde tres bases de Operaciones Aéreas ubicadas en Sinaloa. De estos aparatos, uno fue alcanzado por disparos que lo obligaron a regresar a su base (un Bell-407).

Varios militares fueron secuestrados y luego liberados cuando Ovidio Guzmán fue dejado en paz en su casa y las tropas se retiraron de la zona en la que una veintena de camiones del transporte público fueron incendiados y colocados para bloquear avenidas. El saldo reportado por el general Sandoval fue de 1 civil, 1 agente de la Guardia Nacional, 1 recluso (los sicarios tomaron la prisión municipal y liberaron a 51 reos, casi todos del Cártel de Sinaloa) y 5 sicarios muertos en los enfrentamientos. Resultaron heridos 1 oficial de la Guardia Nacional, 8 agentes de la Guardia Nacional, 7 soldados, 1 Policía Estatal, 2 Policías Municipales. Nueve de tropa y 2 Oficiales fueron retenidos y luego liberados por los sicarios.

El general Sandoval dijo que hay una investigación interna en el Ejército en para conocer si hay alguna responsabilidad por parte del personal participante en la operación debido a las fugas de información y las decisiones precipitadas que habrían desembocado en el fracaso en la captura de Ovidio Guzmán. (Jorge Alejandro Medellín, México)


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