¿Desea recibir notificaciones de www.defensa.com?
X
Viernes, 29 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

ROMEO "RO-37 BIS"

Láminas históricas de la Revista Defensa

En septiembre de 1936 llegó a Vigo un barco que contenía 12 biplanos Romeo Ro-37 bis, que de inmediato fueron trasladados a Sevilla, en donde los montaron. A primeros de octubre ya estaban listas dos escuadrillas, una de españoles y otra de italianos encuadrados, estos últimos, en la Aviación del Tercio como Grupo 12 de reconocimiento, bombardeo ligero y asalto. Se trataba de la escuadrilla l-G-12, mandada por el comandante Muñoz Jiménez, y la italiana 2-G-12, de la que era jefe el capitán Colacicchi. Mandaba el grupo Gerardo Fernández Pérez. 

En noviembre se le unieron 11 aviones más con los que se creó otra escuadrilla italiana y en enero de 1937 los italianos se constituyeron en el grupo autónomo de observación Linci, pasando los españoles, con nuevos aviones, a ser el Grupo 4-G-12 de reconocimiento. Estando siempre en los puestos de mayor peligro y con un valor sin límites por parte de sus hombres, sufrieron graves bajas, cayendo los primeros, en un error que se repitió varias veces en los comienzos de la guerra, los capitanes Domenech y Compan y, cuyo Romeo fue abatido por un Heinkel alemán que le confundió con un Natacha republicano. En noviembre asumió el mando del Grupo el comandante Negrón, a quien, caído en combate el 11 de enero de 1938, le sucedió Martínez de Pisón. Fue sustituido por Rodríguez Díaz, también muerto en combate, teniendo muchas bajas la unidad en las batallas de Teruel y del Ebro cuando la mandaba Vives. Al llegar la paz sólo quedaban cinco aviones en activo con base en Posadas. 
Los Romeo o Ferro da Stiro, como le llamaban los italianos, eran muy robustos, ágiles y fáciles de pilotar, aunque al contrario de los E-30, poco acrobáticos. Causaron gran impresión en España por sus excelentes cualidades militares que ya habían demostrado durante la campaña de Abisinia, volando luego en Italia hasta 1943. Aptos para operar desde campos no preparados, eran habitualmente los primeros en entrar en combate atacando en picado con sus pequeñas bombas objetivos de precisión, como los que ocupaban los antiaéreos, para facilitar la tarea de los Junkers y Savoia. Se les vio en la progresión sobre Madrid desde Extremadura, por tierras de Toledo, alternando con suministros al santuario de Santa María de la Cabeza, en la batalla de Madrid, en Arganda, en Brunete, en Belchite, en La Granja, en el Norte, como ya se ha dicho en Teruel y en el Ebro, y luego en la batalla de Cataluña. El día del desfile de la victoria siete de ellos volaron sobre Madrid, y cuando los italianos regresaron a su patria cedieron 23, completando el Grupo, una vez restaurados, 15 españoles supervivientes. Con esto el total del 4-G-12 se elevó a 38 Romeos. 
He aquí sus datos: motor, Piaggio, en estrella, de 700 caballos; envergadura, 11,08 m.; longitud, 8,56 m.; velocidad máxima, 320 km/h.; techo, 7.500 m.; alcance, 1.120 kilómetros;.250 kg. de bombas distribuidas en varios lanzabombas bajo el plano inferior; armamento, dos Breda de 12 mm. sincronizadas con la hélice y una móvil de 7,7 mm. en torre dorsal con cabina de tirador semicerrada y una amplia ventana en los laterales para observación y cámara fotográfica.. 

 (Texto y lámina Juan ABELLÁN) 


Copyright © Grupo Edefa S.A. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.