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HISPANO SUIZA E-30

Láminas históricas de la Revista Defensa

El 2 de diciembre de 1932 la Aeronáutica Naval española dispuso 1a compra de los primeros cinco aviones de este tipo que en enero del año siguiente, luciendo el anda de la Marina en el timón de cola, fueron destinados a la base de San Javier, formándose con ellos, y con otras cinco unidades recepcionadas luego, la Escuadrilla de Adiestramiento.

Fue el primer avión de escuela totalmente nacional y se hallaba provisto de cuanto precisaba para llevar a cabo sin problemas su misión, contando con verdaderos detalles de refinamiento, para la época, entre los que cabe enumerar los siguientes: pedales de dirección reglables, instrumentos para el vuelo sin visibilidad, equipo de radio, visión de bombardeo, cámara fotográfica, dispositivo para instalar una ametralladora móvil de defensa dorsal y lanzabombas desmontable para cuatro artefactos ligeros. El tren de aterrizaje, con amortiguadores elásticos y amplia vía, garantizaban buenas tomas. Disponía además de equipo de oxígeno, siendo la rueda de cola orientable. 
La bancada del motor admitía cualquier modelo propulsor que no excediese los 200 CV., llevando el prototipo un Hispano 8AB de 180 CV en V y todos los demás un Wright 90D en estrella, que, bajo licencia, se fabricaba en Barcelona. El avión, cuya hélice era bipala de pala, salía de las instalaciones de Guadalajara, siendo su construcción fácil y económica debido al reducido número de piezas intercambiables, siempre de manufactura nacional. Era, en resumen, un avión de enseñanza, biplaza, monoplano parasol, todo metálico excepto las alas, que tenían estructura de madera e iban recubiertas de tela. En la parte central de éstas, que eran plegables, se encontraba el depósito de gasolina. 
Al estallar la guerra civil, el 18 de julio de 1936, quedaron todos al servicio de la República, siendo muy poco lo que sobre su actuación se sabe, hasta el punto de que numerosos autores republicanos le mencionan, por falta de información, como una avioneta de la Armada, pudiéndose afirmar que su verdadera historia está por escribirse. Dentro de ella diremos que combatieron en frentes tan lejanos de su base como los de Aragón y Andalucía, ya que la demanda de aviones era grande. Cuando llegaron los nuevos aviones rusos se les retiró de su tarea de bombarderos y observadores de ataque dedicándose, en Cartagena y Los Alcázares, al servicio de enseñanza, para el que resultaban inmejorables. Al cesar las hostilidades quedaban nueve en vuelo que el Ejército vencedor asignó al Grupo 30 y que prestaron misiones hasta 1950. 
Lucieron obviamente la banda roja que uniformaba a todos los aviones republicanos, aunque el perfil aquí representado es el de un ejemplar de antes del choque bélico, el número 12. La E corresponde a España, la A a Aeronáutica Naval, la H a Hispano, la siguiente A al número 1 y la B al número 2. El anillo del motor no lo llevaban casi nunca, a pesar de que lo embellece mucho. Hay fotos en la que se le ve con hélices metálicas e incluso con otro tipo de motor, no faltándole las ametralladoras fijas sobre el plano. Ya en época de paz ensayó en sus alas las ranuras Handley Page de borde de ataque. 
Estos eran sus datos: envergadura, 12 m.; longitud, 17,95 m.; altura, 3,53 m.; peso cargado, 1.350 kg.; velocidad máxima, 225 km/h.; de crucero, 190 km/h.; techo, 6.500 m. 

 (Texto y lámina Juan ABELLÁN) 


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