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Heinkel He-51

Láminas históricas de la Revista Defensa

Pocos días después de producirse el Alzamiento, el 25 de julio de 1936, viajó a Berlín el capitán español Arranz, enviado por el general Franco con la misión de conseguir aviones militares. Tras árduas negociaciones, logró el envío de veinte Junker Ju-52 y seis cazas Heinkel He-51, que aterrizaron en España el 6 de agosto. Este avión, que era el símbolo del resurgimiento del Arma Aérea del Reich fue también el último biplano de caza fabricado en Alemania. Voló por primera vez, como prototipo de pruebas, en el verano de 1933 y después de las evaluaciones pertinentes fue destinado a equipar las formaciones de caza de la nueva Luftwaffe, entrando en servicio el modelo de serie He-51A-1 en abril de 1935 con la II Escuadra de Caza de von Richthofen.

El He-51 era un biplano de alas desiguales, de construcción mixta de tubos de acero soldados y estructura de madera, recubierto de tela y planchas de aluminio desmontables. El ala superior montaba los alerones y la inferior los flaps.  Su motor fue el mangífico BMW VI de 12 cilindros en V refrigerado por líquido, que desarrollaba 750 CV y movía una hélice bipala de madera, permitiéndole lograr una velocidad máxima de 330 km/h. con autonomía de 570 y techo operativo de 7.000 metros. Era un avión grande, pues medía 10,99 metros de envergadura, 8,43 de longitud y 3,20 de altura con un peso al despegue de 1.990 kg.
Estaba armado con dos ametralladoras MG-l 7 de 7,7 milímetros en el capó, dotadas con 1.000 disparos, disponiendo también de lanzabombas en los planos con una carga total de 6 bombas de 10. kg.
Los seis primeros Heinkel, pintados con el gris perla original, fueron utilizados agotadoramente en todos los extensos y comprometidos frentes de los primeros meses, alternándose a sus mandos los pilotos alemanes y españoles. Se enfrentaron a los numerosos Nieuport-52 españoles y al variado material francés pilotado magníficamente por españoles, así como por mercenarios ingleses, franceses, norteamericanos y mexicanos.
Si bien el Heinkel He-51 era un avión muy acrobático, se reveló incapaz de combatir en igualdad de condiciones con muchos de los aparatos contrarios y cuando llegó el material soviético se hizo mucho más patente su inferioridad. Joaquín García Morato, que fue el primero en lograr una victoria con un He-5l al derribar el 28 de agosto de 1936 a un Potez-54, da cuenta en sus “Memorias” lo mucho que le costó zafarse del ataque por la cola de un Loire en el frente de Badajoz, quedando muy decepcionado, pues piensa que el He-51 no superaba en casi nada al Nieuport-52, fabricado más de diez años antes.
A pesar de esta inferioridad, siguieron combatiendo y cuando llegó la Legión Cóndor alemana, el He-51 integraba cuatro escuadrillas de caza en el Grupo 88, aunque a finales de marzo de 1937 empezaron a ser sustituidos por los monoplanos Messerschmitt Bf 109, pasando a las unidades españolas de cadenas, modalidad de combate contra las tropas de tierra ideada en España y de una eficacia demoledora.
El número total de Heinkel He-51 que volaron en los cielos hispanos fue de 135 unidades.
(Texto y dibulos de Juan ABELLÁN)

 


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