La Oficina del Programa Conjunto F-35 t Lockheed Martin entregaron en la Base de la Fuerza Aérea de Hill (Utah) el 300º ejemplar de producción de ese cazabombardero, un F-35A destinado a la USAF. En total se han suministrado 197 F-35A de despegue y aterrizaje convencional, o CTOL (Conventional Take-off and Landing), 75 F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical STOVL (Short Takeoff/Vertical Landing) y 28 F-35C de la variante de portaaviones CV (Carrier Variant). Se han formado 620 pilotos y 5.600 técnicos de mantenimiento y la flota ha acumulado más de 140.000 horas de vuelo. El fabricante se h comprometido a reducir el precio de un F-35A a 80 millones de dólares eb 2020, que es igual o menos que el de los cazas de cuarta generación.
Con la incorporación de lecciones aprendidas, eficiencias en procesos, automatización de la producción, instalaciones y modernización en herramientas, iniciativas en la cadena de suministro, etc., se han reducido significativamente los costes y mejorado la eficiencia. Por ejemplo, el precio de un F-35A se ha rebajado más de un 60 por ciento desde el primer contrato, los trabajos manuales se redujeron un 75 por ciento en los últimos cinco años y el tiempo de producción ha disminuido un 30 por ciento desde 2015. En 2017 se suministraron 66 aeronaves, un 40 por ciento más que en 2016; y para el año en curso el objetivo es de 91 aparatos. La cadencia de producción irá creciendo hasta 160 aviones en 2023. Tiene más de 1.500 proveedores en 46 estados y Puerto Rico y soporta más de 194.000 puestos de trabajo directos e indirectos en Estados Unidos. También hay una cifra superior al centenar de suministradores en el extranjero, creando miles de empleos.
Fotografía: El 300º ejemplar de producción del F-35.
