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Potez 54: El ataud volante

Láminas históricas de la Revista Defensa

 

La fábrica Potez lanzó en 1933 como aventura privada, aunque después l’Armée de l’Air le compraría casi toda la producción, el Potez 54, avión con mucha cristalería y contornos angulares. Se trataba de un monoplano de ala alta, bimotor, con estructura de madera para el fuselaje, en metal para las alas y revestimiento de tela, con el tren escamoteable en las góndolas motoras.

 Sus dos motores Hispano Suiza l2Xbrs. de 690 CV le permitían transportar casi una tonelada de bombas: cuatro de 225 kg. en afustes externos bajo las aletas de unión motores-fuselaje, o diez de 56 kg. consistía en tres ametralladoras Dame de 7,5 milímetros situadas en el morro, en posición dorsal y la tercera en una torreta ventral semiescamoteable. Su tripulación era de cuatro hombres (en realidad en Francia llevó 5 y en España frecuentemente 6) con la particularidad de que los dos pilotos iban sentados en tándem. Disponía de radio, de instalación de oxígeno para volar en altitud, instrumentación para vuelo nocturno y cámaras fotográficas.
De este primer tipo, que se puede considerar como estándard y que se denominó Po-540, se construyeron unos 190 ejemplares. Una segunda serie (Po 541) de una docena de aparatos con motores radiales Gnóme-Rhóne de 860 CV y cinco plazas, fue vendida a Rumania. Y una tercera serie (Po 542) de 50 ejemplares, con motores Lorraine de 720 CV y también de cinco plazas, completó la producción de este avión.
En 1935 una patrulla de Po 540 fue presentada en Barajas (Madrid) para la posible adquisición de este bombardero por el gobierno español que en aquel entonces trataba de renovar el material aéreo. Cuando estalló la guerra, el gobierno de la República española se dirigió a Francia para comprar varias escuadrillas de bombarderos, pero Francia sólo permitió la venta oficial de seis Po 540, que situados en Toulouse fueron trasladados a Barcelona y después a Barajas el 26 de julio. Otros seis aparatos del modelo 542 (Motores Lorraine) fueron entregados en el mes de agosto. Estos 12 aviones repartidos entre las escuadrillas España, de André Malraux, y Deuxiéme Lafayette, fueron reforzados después por otros siete destinados oficialmente al Hodjaz y hasta parece que por un octavo perteneciente a la sección ministerial de Villacoublay.
El número de Po55 llegados a España es materia opinable aunque, en cualquier caso, no parece que el total excediera de treinta.
Lo que sí se conoce con bastante exactitud es la suma de derribos en el año y pico de su actuación, que todos los autores coinciden en que fue de 15, ocurriendo el primero el 18 de agosto de 1936 cuando García Morato pilotando un He 51 interceptó un Potez que bombardeaba Antequera y que cayó cerca de Santa Cruz de Mudela. Esta cifra de 15 parece alta en relación con los disponibles, pero hay que tener en cuenta que estos aparatos sostuvieron el peso del bombardeo pesado de su bando entre agosto y octubre, hasta la llegada de los Katiuska y que su empleo no parece que fue muy acertado. Por otra parte, no todos los derribados quedaron inutilizados, ya que por lo menos seis fueron reparados o reconstruidos en los talleres de la Air France, en Prat de Llobregat.

En España los Potez adquirieron una reputación de “fabricantes de viudas” y con sus compatriotas los Bloch 210 compartieron el apodo de “ataudes volantes “ Patric Laureau critica su empleo en misiones a baja altitud ya que su techo era de 10.000 m. y por encima de los 8.000 m. hubiera sido imposible interceptarlos. Y también que nunca fueron en formaciones importantes, ya que generalmente lo hicieron en parejas o individualmente y raramente en tríos, sin pasar de este número, lo que les impedía defenderse mutuamente. Si a esto se añade que las ametralladoras Lewis de 7,69 mm., de que fueron dotados en España, disparaban a una cadencia que era la mitad de las Dame y que la mezcolanza de nacionalidades de las tripulaciones dificultaba la labor de equipo, no es difícil sospechar que fueran un fácil blanco para la caza nacional.
A pesar de todo los Potez-54 se distinguieron a veces en el Sur, en Toledo y en Extremadura. El mayor éxito táctico fue la operación de la Escuadrilla España en Medellín donde lograron sorprender y dispersar a una columna nacional.
En esta primera época se hizo famoso el Po 540 “Aquí te espero” del capitán Joaquín Mellado Pascual, uno de los pilotos de la LAPE que recogió los primeros aparatos en Toulouse. Tras sus continuos servicios en agosto y septiembre efectuó un espectacular ataque contra el puerto de El Ferrol. Para la ejecución del mismo, y considerando poco efectivas las bombas disponibles, se prepararon unos proyectiles llenando de trilita botellas de oxígeno de las utilizadas en soldadura. El 23 de septiembre de 1936 el “Aquí te espero” llegó a su objetivo y soltó su carga sobre un crucero. Ese mismo día a las diez de la noche la radio gubernamental emitía un parte que decía: “A las diez de la mañana de hoy la Aviación republicana ha bombardeado El Ferrol. Uno de nuestros aparatos ha lanzado sobre la cubierta del ‘Canarias’ una bomba de 250 kg. que ha desmantelado totalmente la cubierta del navío‘. Los nacionales lo desmintieron rápidamente. El que estuvo a punto de ser alcanzado fue el Cervera, ya que una bomba cayó en el muelle, tan cerca, que hirió a un tripulante, pero lo cierto es que ambos cruceros salieron de El Ferrol el 27 de septiembre rumbo al Estrecho. Dos días después de este ataque y en misión sobre el frente de Toledo para impedir el paso a las columnas que avanzaban hacia la ciudad para liberar el Alcázar, el “Aquí te espero” fue sorprendido y atacado por el capitán Ángel Salas Larrazábal, que logró así su segundo derribo de la campaña.
Cuando se creó la Escuadra 7, los Potez supervivientes fueron la base de la 2ª escuadrilla del Grupo 72, con los Bloch, los Vultee y más tarde con el Savoia 81. Ya no operaban más que en misiones nocturnas de reconocimiento marítimo de larga distancia y para transporte. En 1938 fueron armados con ametralladoras ShKAS KM35 de 7,62 mm. y se les confiaron misiones de enlace nocturno entre las dos zonas separadas tras la llegada al Mediterráneo de los nacionales, así como vuelos de entrenamiento.
Finalizada la guerra y bajo los términos del acuerdo Bernard-Jordana se recuperaron dos Potez que no debieron tardar mucho en convertirse en chatarra.
En la ilustración, un bimotor “Potez 54” del Grupo de Bombardeo 72 en ruta para una misión de bombardeo escoltado por un rápido caza “Loire-46” .


(Texto P. GARCIA-DELEYTO,  dibujo JUAN ABELLAN)


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