Según explica el ministro de Defensa de Holanda, Jeanine Hennis-Plasschaert, en un documento emitido por el Gobierno, con la elección de esta aeronave las Fuerzas Armadas holandesas contarán con “el mejor avión disponible para hacer frente a los desafíos del presente y del futuro”. Por su parte, Lockheed Martin explicó (como contratista principal del proyecto) a través de un comunicado, que se sentían “orgullosos” de ser la firma que reemplazaría a los F-16, además de que los nuevos cazas “proporcionarán las mejores capacidades posibles para la seguridad nacional de Holanda”. El país ya cuenta con dos unidades de prueba del F-35 y ha comenzado con la formación en la Base Aérea de Eglin.
Holanda es uno de los países que forma parte del programa del F-35 “Joint Strike Fighter”, proyecto del avión militar más caro de la historia. Turquía, EEUU, Japón, Gran Bretaña, Australia, Dinamarca, Canadá e Italia también son socios de este programa que ya alcanza un coste que podría llegar ya casi a los 400.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros), muy lejos de los 233.000 millones de dólares (173.000 millones de euros) que se presupuestaron inicialmente en 2001, y con el que se pensaban poner en marcha más de 2.000 aeronaves.