Se ha aprobado un crédito parcial para la modernización de los aviones AMX de la Fuerza Aérea de Brasil, que podrá recibir 28 millones de dólares para continuar actualizando esta flota. La Comisión Mixta de Presupuesto del Congreso aprobó una serie de proyectos que pueden abrir créditos adicionales del orden de casi 2.000 millones de dólares para diversos organismos públicos. Uno de ellos destina 49 millones a los Ministerios de Justicia y de Defensa Nacional, de los que 28 millones serán para el Comando de Aeronáutica para la modernización del cazabombardero AMX (A-1 en la FAB) y la compra de material conexo.
El nuevo presupuesto, que aún depende de la aprobación total del Congreso, puede resucitar el programa de modernización de AMX, enfrentado a una serie de retrasos debido a la falta de recursos financieros. A principios de este año, el gobierno anterior ya había vetado una transferencia de 31 millones que apuntaban a la modernización de la aeronave y que fue desviada a la compra de combustible y la revisión de los aviones existentes.
En 2003 se propuso el programa de modernización y el primer prototipo, modernizado por Embraer (que tiene como primer subcontratista a AEL Sistemas), voló en 2007. En ese momento el programa estimaba un valor global de 400 millones de dólares y preveía la modernización de 43 aviones en un período de cinco años. Después de una serie de reveses con la renegociación de los contratos, el primer avión, denominado "A-1M", fue entregado a la Fuerza Aérea en 2013.
La Fuerza Aérea de Italia, usuaria del AMX (desarrollado por Embraer en colaboración con los fabricantes italianos), llevó a cabo una modernización casi igual que la propuesta para el modelo brasileño de 52 aviones en su flota. La Aeronáutica Militare Italiana actualizó sus aviones entre 2006 y 2012 y el programa costó 350 millones de dólares.
En servicio activo en la Fuerza Aérea desde 1989, el A-1 es un avión militar versátil, pudiendo actuar en una variedad de misiones, desde cazabombardero a operaciones de reconocimiento. En la versión modernizada, el A-1M es un avión de combate mejor preparado para las amenazas modernas. El concepto AMX es el mismo, pero su interior contiene algunos exponentes de la tecnología militar más avanzada en su segmento. Los datos de vuelo se distribuyen en pantallas digitales y un nuevo sistema de generación de oxígeno a la cabina permite renovar el aire para volar a grandes altitudes durante lapsos más largos. El A-1M también tiene un sistema de alerta avanzada y de contramedidas anti misil.
La tecnología clave de los cambios en estos aviones son los nuevos sensores infrarrojos de búsqueda (y un radar "multimodo") que pueden actuar en busca de aviones enemigos o actualizar la cartografía del terreno que sobrevuela. Estos dispositivos permiten al A-1M "ver" hasta 80 km por delante y disparar sus armas con mayor precisión. Durante el proceso de instalación de nuevos equipos, la estructura y las alas de la aeronave se revitalizaron completamente, lo que aumenta la vida útil de preajuste de la aeronave. El A-1M FAB es capaz de seguir volando hasta mediados de 2032. El programa prevé, entre otros recursos:
Sustitución del radar por el Scipio SCP-01, fabricado por Mectron, Sao José dos Campos
Nuevo sistema de generación de oxígeno (OBOGS)
Nuevas pantallas multifuncionales
Iluminación compatible con el uso de gafas de visión nocturna.
Display HUD Targo montado en el casco.
Nuevo RWR.
Nuevos lanzadores de Chaff & Flare
Nuevos ADI y HSI
Nuevos sistemas de comunicación V / UHF
Unidad de Detección Magnética MDU
Nuevo transformador de corriente CTA
Nueva EPCU Unidad de Control de Energía Externa
Documentación técnica, bancos de pruebas, entrenamiento y stock de recambio
Posibilidad de utilizar los kits de guiado de bombas de Elbit Lizzard.
De los 43 aviones planificados, sólo tres o cuatro fueron entregados hasta hoy a la FAB (Javier Bonilla)