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El presupuesto de Defensa español cruza la “línea roja": La Armada puede perder el arma aérea embarcada y el Ejército del Aire a punto de perder la capacidad de repostaje aéreo

(defensa.com) En 2014 las Fuerzas Armadas españolas dispondrán solo de los recursos necesarios para mantener las capacidades operativas mínimas e imprescindibles. Esta es la triste conclusión que se extrae del análisis de los próximos presupuestos del Ministerio de Defensa español para 2014.Desde 2008 los presupuestos de Defensa no han parado de sufrir recortes, de hecho comenzaron antes que ningún organismo público e incluso antes de que la crisis fuera percibida por la población. En esa fecha se dispuso de 8.494 millones de euros, lo que supone que en cinco años ha caído más de una tercera parte. Se han eliminado programas de adquisición de equipos, se han reducido plantillas y se ha escatimado en formación de unidades y mantenimiento de sistemas. Se trata no ya de problemas coyunturales, sino que se ha llegado al mínimo que se puede mantener con la aportación presupuestaria actual.

El presupuesto para este ejercicio será de 5.745,7 millones, un 3,2 % inferior al de 2.013 pero lo realmente importante es que supone un ínfimo porcentaje del PIB (0,57 %) en comparación con los países de nuestro entorno y muy inferior al recomendado por la OTAN (2 %). Recordemos que hace tiempo el gobierno estadounidense trasladó al español su preocupación sobre la capacidad española para contribuir a los compromisos internacionales con semejante aportación.

Como es sabido, este presupuesto se reparte grosso modo en personal y material, pues bien, más de tres cuartas partes (76,9 %) son destinadas a gastos de personal y eso a pesar de que el número de efectivos de tropa y marinería vuelve a reducirse por cuarto año seguido hasta los 79.000 efectivos, perdiendo nada menos que 7.000 desde 2010. El capítulo de inversiones reales es el que más se ha visto mermado y continua reduciéndose este año con un 8,4 % menos (443,8 millones).

Recordemos que en 2012 se dio a conocer el plan Vision 2025 que contemplaba la reducción de otros 20.000 efectivos, sin embargo dicho programa no ha llegado al Parlamento, con lo que el modelo de Fuerzas Armadas que España necesita, o más bien que puede permitirse, sigue en el alero. El Ministro Pedro Morenés ha anunciado que quiere dejar la plantilla en torno a 110.000.

Los gastos corrientes y servicios también se han vuelto a reducir, igual que el presupuesto para modernización de los tres ejércitos. Los llamados Programas Especiales de Armamento reciben 6,8 millones para los helicópteros de combate Tigre, el avión de transporte A400M y sobre todo el avión de combate Typhoon. Recordemos que los créditos extraordinarios que consiguió el Ministerio en 2.012 y 2.013 fueron íntegramente a las empresas adjudicatarias de los contratos de los Programas Especiales con los que se acumulaban impagos.

La partida para las misiones en el exterior se mantendrá en torno a los 784 de 2.013 según el secretario de Defensa pero estas se han financiado mediante fondos extraordinarios no procedentes del Ministerio de Defensa, que han permitido la adquisición de equipos adaptados a las necesidades sobre todo en Afganistán y Líbano. Sin embargo estas misiones internacionales están próximas a finalizar.

Como medida para aprovechar estos pobres recursos, el Estado Mayor de la Defensa ha decidido priorizar las adquisiciones de la Fuerza de Acción Conjunta, sin embargo este grupo de unidades supone sólo 10.000 militares, en torno a un 8 % de los 123.000 que hay en la actualidad. El Ministro de Defensa Pedro Morenés ha argumentado en relación a esta medida que “más vale tener un 10% al 100% que un 100% al 10%”, una afirmación que abre más interrogantes que de los que parece solucionar. Sin embargo no se aclara por cuánto tiempo sería capaz de operar de forma continuada esta Fuerza.

Esta medida se basa en el empleo de una fuerza configurable en función de las necesidades de la misión y será formada por elementos diferentes, al estilo del concepto CJTF o (Combined Joint Task Forces), pero forzado por las restricciones, no por la idoneidad de cada unidad elegida para la misión.

Los recortes se hacen patentes especialmente en la Armada, que ha visto como desde que comenzó este calvario en 2008 ha tenido que dar de baja 25 buques, con protagonismo del portaaviones Príncipe de Asturias cuando aún disponía de vida útil por delante. Solo ha podido incorporar 7 buques y aún no se sabe qué pasará con importantes programas como los BAM, las nuevas fragatas por no hablar de los nuevos submarinos. La última noticia ha sido la baja de cuatro de los dieciséis aviones de despegue vertical Harrier, un 25 % de la flota, ya que no hay dinero para mantenerlos ni modernizarlos al estándar AV-8B Harrier II Plus como el resto.

Se corre el riesgo de que la Armada pierda el arma aérea embarcada una vez que la vida útil de estos llega hasta el 2.020 y el único sustituto (el F-35B Joint Strike Fighter) es inasumible en términos presupuestarios para España (además de que nos incorporaríamos en desventaja y con muchos años de retraso al resto de socios del programa).

El Ejército del Aire está a punto de quedarse sin capacidad de repostaje aéreo de largo alcance ya que solo dispone de un Boeing 707 en servicio que debería causar baja dentro de dos años por su edad. Resulta especialmente cruel cuando el sustituto natural de estos aviones, el Airbus MRTT se fabrica en España y se exporta con gran éxito, pero los 200 millones que cuesta cada avión son inasumibles por ahora.


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