(defensa.com) El Estado adquirió el 20,1 por ciento del capital de Indra que estaba en manos de la entidad financiera Bankia por 337 millones de euros. La operación supone un paso atrás en la privatización de esta compañía, ya que la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) -dependiente del Ministerio de Hacienda- vendió su participación total del 63 por ciento en el año 1999. La operación se cerró con un descuento del 2,4 por ciento sobre su cotización.
De esta forma, Bankia avanza en su política forzosa de desinversión en participaciones industriales no estratégicas que firmó con Bruselas a cambio de su rescate y obtiene una plusvalía de 43 millones con respecto al valor contable al que había ajustado la participación en 2012. Se trata de su segunda gran venta, tras desprenderse en junio de un 12,1 por ciento en IAG (el “holding” formado por Iberia y British Airways), con unas plusvalías de 167 millones de euros. Por otro lado, la operación garantiza al Estado el control de Indra, una compañía estratégica por su vinculación al negocio de la seguridad y la defensa.
El Gobierno ha decidido ejercer una especie de derecho de tanteo invisible, tras comunicarle Bankia la venta del paquete, evitando la entrada de otros accionistas en el capital. La SEPI informó que la operación pretende preservar la estabilidad accionarial en una compañía que constituye uno de los pilares de la base tecnológica y la presencia internacional del país y un puso fecha de permanencia en el capital, insistiendo en que no altera la estrategia de desinversiones en activos no estratégicos. SEPI pública afronta la operación con fondos propios y sin necesidad de aumentar su deuda. Casi simultáneamente vendió un 0,36 por ciento en EADS por 125 millones.
