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Yak-130: Un entrenador para los futuros pilotos de combate

Revista Defensa nº 490, febrero 2019

Una buena parte de las fuerzas aéreas  latinoamericanas tienen en marcha programas de modernización de sus flotas aéreas. Es evidente que para operar los aparatos de combate de nueva  generación se precisa una reconversión y recapacitación de los pilotos y para ello se requieren reactores de entrenamiento con especificaciones y prestaciones que se aproximen al máximo a los avanzados cazabombarderos multipropósito que existen en el mercado.

Entre la diversidad de los aviones de entrenamiento existentes es difícil hallar suficiente cantidad de modelos que pudieran llamarse universales y hayan sido diseñados especialmente para adiestrar a los pilotos de aeronaves de combate. En ese contexto merece atención especial el Yak-130, que fue seleccionado como el avión principal para la formación básica y avanzada de los pilotos de la Fuerza Aérea rusa y se considera un best seller en su segmento a nivel mundial.

En junio del año 2018, la revista norteamericana The national interest vaticinó a este avión un futuro brillante, calificándolo como uno de los mejores en la categoría de entrenadores operacionales en el mercado. La razón es bien sencilla: en el Yak-130 están plasmados los desarrollos y logros más novedosos de la ciencia aeronáutica rusa, al igual que las tecnologías más avanzadas. Fue diseñado por encargo de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia con el objetivo de materializar en la práctica los métodos más modernos de adiestramiento de pilotos de cara a los aviones de la cuarta y quinta generación.

foto: El Yak-130 es idóneo tanto para el entrenamiento del personal de vuelo, como para misiones de combate

Se trata de un avión poco exigente en su manejo, sencillo, fácil de asimilar y alcanzable para pilotos con el nivel de formación primaria. Es fiable, se caracteriza por una alta seguridad en el aire y está adaptado al máximo para la explotación en condiciones más complicadas orográficas y meteorológicas, siendo capaz de operar desde aeródromos no acondicionados, incluyendo el despegue y aterrizaje en pistas de suelo natural.

El hecho de disponer de dos motores con redundancia múltiple de los sistemas vitales constituye la garantía de una elevada seguridad, lo que es especialmente importante para entrenar a jóvenes pilotos y formar en ellos la confianza en la fiabilidad del material aeronáutico y su capacidad para llevar a feliz término un vuelo en las situaciones de emergencia más graves. La universalidad de este avión hace posible instruir a los pilotos en las fases básica y avanzada, lo mismo que cumplir tareas de combate de destrucción de objetivos aéreos, terrestres y navales de superficie.

Correspondiendo sus prestaciones técnicas y de vuelo a velocidades subsónicas y el interfaz de la cabina a las características de los cazas de la cuarta y quinta generación, el permite aumentar la eficacia de la formación de pilotos, disminuir la duración de asimilación de las aeronaves de combate y alargar su vida operativa. El Yak-130 implementa el concepto de cabina de cristal, lo que posibilita facilitar al alumno toda la información necesaria a fin de prepararse para el vuelo, pilotar, controlar y utilizar el sistema de armas, tomar decisiones para salir adelante en caso de fallas y seleccionar la ruta y el perfil de vuelo.

Uno avión para múltiples usos

El sistema digital de gestión integral de la aeronave también puede ser controlado remotamente y cumple las funciones de sistema de mando automático y de mantener la seguridad en aire. El modo de reprogramación previsto en este sistema ofrece la posibilidad de cambiar las características de estabilidad y controlabilidad del Yak-130 en vuelo para imitar a aviones de diferentes clases. Ningún otro fabricante de entrenadores en el mundo puede hacer gala de un conjunto tan rico de programas de simulación: sirve para capacitar y preparar a los alumnos para efectuar vuelos y librar combates aéreos con modernos cazas multifuncionales, bombarderos y transportes militares.

foto: La seguridad en vuelo en el Yak-130 está asegurada, en particular por ser bimotor.

Para que el piloto pueda practicar y desarrollar sus habilidades en el empleo en combate, en el avión pueden imitarse todas las fases de utilización del armamento, reproduciéndose de manera realista las condiciones de una misión de combate sin recurrir al uso de los medios reales. El Yak-130 posee un evolucionado sistema de modelado de los procesos de funcionamiento de los equipos y armas, a fin de elevar la eficiencia de la instrucción del personal de vuelo.

En el modo de simulación, el sistema permite en pleno vuelo instruir al piloto en el empleo del radar y de la estación de localización óptica, los sistemas de control del armamento, así como en el combate aéreo y para asestar golpes contra objetivos terrestres y navales), incluyendo cuando el enemigo aplica fuertes contramedidas electrónicas. El Yak-130 es capaz de cumplir no solo las labores relativas a la formación y el entrenamiento del personal de vuelo, sino también misiones de combate.

El avión posee un potencial bastante elevado para ser empleado en conflictos de baja intensidad. El conjunto del armamento guiado y no, cuyo peso total llega a 3 ton. y se suspende de nueve puntos de anclaje, garantiza un alto rendimiento en el cumplimiento de las tareas de combate. El Yak-130 está adaptado para lanzar cohetes (de precio relativamente bajo) y bombas de aviación clásicas, es decir, lo que es más demandado en operaciones antiterroristas y en la lucha contra las formaciones armadas ilegales.

El avión está construido con componentes y sistemas fabricados única y exclusivamente en Rusia, mientras sus competidores se cuentan habitualmente con elementos mayores y equipos, provocando al comprador una dependencia de terceros países, no sólo en la fase de compra, sino también a lo largo de toda la vida útil. En el caso del Yak-130, los usuarios no se enfrentarán a posibles dilaciones burocráticas por esos motivos.

foto: El entrenador puede llevar hasta 3.000 kg. de diversas armas situadas en 9 puntos de ajuste.

Por si fuera poco, la composición del armamento y la infraestructura del servicio de asistencia en tierra son los mismos que en el caso de los cazas polivalentes rusos, incluyendo la familia Su-30. Esta circunstancia mantiene elevada la disponibilidad operacional del avión en entrenamiento y combate, posibilitando al mismo tiempo ahorrar en gastos de explotación, debido a la reducción de insumos que serían necesarios para crear obras de infraestructura aeronáutica y adquirir medios específicos para mantener el Yak-130.

Las prestaciones del Yak-130  lo convierten en el mejor entrenador del mundo, según su fabricante, capaz de garantizar la instrucción básica y avanzada del personal de vuelo. Es esta la razón principal por la cual el Yak-130 se suministra para dotar a las unidades de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y goza de una demanda envidiable por parte de los clientes extranjeros.

Revista Defensa nº 490, febrero 2019, José Martínez García


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