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Dragones sobre el Caribe: los A-37B de la Fuerza Aérea de Colombia

Revista Defensa nº 499, noviembre 2019

21 de febrero 2018, 15:00 horas, Barranquilla, Colombia: El reactor General Electric J85 del Cessna A-37B matriculado FAC-2185 emite un creciente rugido. Instalado del lado derecho del “cockpit” (cabina de pilotaje) de la aeronave, ajusto mi mascarilla de oxígeno, tras retirar el broche de seguridad de mi asiento eyectable y guardarlo en el bolsillo de mi “overol”. Transcurren unos pocos minutos durante los cuales el teniente coronel S (nombre y apellido reservados por razones de seguridad) finaliza la revisión de los sistemas del avión y, finalmente, empezamos a movernos.

Giramos hacia la izquierda al salir del cobertizo en el que se encontraba resguardado el A-37B, pasamos frente al avión FAC-2188, nuestro wingman para este vuelo, y seguimos rodando hasta ubicarnos en la cabecera de la pista. El FAC-2188 se encuentra ahora a mi derecha, ligeramente atrás de nosotros, presto para un despegue en formación. Después de unos pocos segundos de espera, interrumpidos por los intercambios por radio con la torre de control, que da su visto bueno final, el teniente coronel S incrementa la potencia de los motores al máximo, suelta los frenos e iniciamos nuestra carrera sobre la pista, con el FAC-2188 justo detrás. De pronto nos alzamos en el aire, elevándonos rápidamente mientras ponemos rumbo hacia el mar abierto.

Mientras dejamos la costa atrás, el FAC-2188 nos alcanza y se sitúa a nuestra derecha. Durante la siguiente hora realizamos prácticas de vuelo en formación sobre el Mar Caribe, bajo un deslumbrante sol cuyos rayos se reflejan sobre las carlingas de ambos A-37B. Los agiles birreactores demuestran su maniobrabilidad en sucesivas vueltas cerradas, barriles y loopings, hasta 3,8 g. Finalmente, nos dirigimos de regreso a Barranquilla, aterrizando cerca de 90 minutos después de haber prendido motores, siendo recibidos por los bomberos de la base, quienes rocían con agua nuestro avión, algo tradicional cada vez que alguien (en esta ocasión yo) realiza su primer vuelo en el A-37B.

Las aeronaves que participaron en esta salida de entrenamiento pertenecen al Escuadrón de Combate 311 (ESCOM 311) Dragones de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), con base en Barranquilla, en la costa del caribe colombiano, al Norte del país. Dicha unidad es la única que opera el mítico birreactor de ataque, el cual ya ha cumplido cuarenta años de servicio en la FAC. Apodado Dragón por los colombianos, el A-37B sigue desempeñando un papel crítico en el combate contra los distintos grupos terroristas y criminales que permanecen activos en esa nación.

Los inicios

En 1977, Colombia buscaba ampliar sus capacidades de ataque e interdicción, las cuales se encontraban mermadas desde la baja de sus últimos Douglas B-26 Invader a finales de la década de los sesenta. Por lo tanto, Bogotá solicitó el suministro de 6 A-37B a Estados Unidos. En aquellos tiempos la USAF no contaba con una cantidad suficiente de estas máquinas, así que Washington propuso entregar 2 de ellos y 4 T-37B. La FAC aceptó la oferta, pensando que, al igual que los T-37C que ya operaba, los T-37B podían ser artillados y empleados en misiones de ataque, lo cual permitiría esperar hasta que ejemplares adicionales del A-37B pudiesen ser adquiridos. 

Sin embargo, los T-37B no contaban con los aditamentos necesarios para cargar armamento o tanques externos de combustible, limitándolos exclusivamente a labores de entrenamiento. Los 2 primeros A-37B (FAC-2151 y 2152) fueron recibidos en diciembre 1978. En 1980, Bogotá supo que más A-37B se encontraban disponibles en el inventario de la USAF y solicitó adquirir otros 4 a cambio de la retrocesión de los T-37B, añadiendo posteriormente 6 A-37B para incorporar 10 aeronaves, a un costo unitario de 414.084 dólares. Los nuevos fueron matriculados FAC-2153 a 2162 y se recibieron entre la segunda mitad de 1980 y el primer semestre de 1981.

Debido a la satisfacción con las capacidades de sus dragones, la FAC decidió rápidamente ampliar su flota y, en 1983, acordó la compra de otros 12 aviones estadunidenses, probablemente proce­dentes de la Air National Guard(1). Se les dio los numerales FAC-2163 a 2174 y se entregaron en diciembre de 1984. En diciembre de 1989 recibió 8 A-37 más de Estados Unidos (FAC-2175 a 2182). En 2011, 6 células fueron compradas a Chile, después de que la Fuerza Aérea retirara sus propios A-37B del servicio. De ellos, 4 (FAC-2183 a 2186) fueron recuperadas y puestas en condiciones de vuelo para sustituir a varios aviones que habían llegado al final de su vida útil, en tanto que los 2 restantes se emplearon como fuente de repuestos. Finalmente, en 2016, se adquirieron otros 2 A-37B a República Dominicana y, tras un extenso trabajo de mantenimiento y reactivación, entraron en servicio en 2017 como FAC-2187 y 2188.

foto: El teniente coronel C al mando del FAC-2185 durante un vuelo de entrenamiento en 2018. Es actualmente el piloto con mayor número de horas de vuelo en el “Dragón” de toda la FAC y, probablemente, del mundo (foto Erwan de Cherisey).

Conforme a distintas fuentes, los 2 primeros A-37B colombianos operaron inicialmente desde Cali, junto a los T-37. A principios de los 1980, con la llegada de más ejemplares, los dragones fueron transferidos a Barranquilla, al nuevo Grupo Aéreo Norte, el cual pasaría posteriormente a denominarse Comando Aéreo de Combate N°3 (CACOM 3). Este cambio de ubicación se llevó a cabo con el propósito de mejorar la cobertura aérea del Caribe colombiano e interceptar los numerosos vuelos ilícitos que transitaban por dicha área. Debido a su configuración bimotor, los A-37B son más seguros de operar sobre el mar que aeronaves de un solo propulsor.

De acuerdo con un artículo de 1983, los A-37B operaban en aquel entonces desde la base aérea de Palanquero, en tanto que otra nota de 1984 menciona la existencia de destacamentos asentados en Palanquero, Apiay y Barranquilla. La explicación más lógica para estos reportes es que, si bien la base principal era Barranquilla, varios aviones eran probablemente desplegados temporalmente en otros lugares para labores de ataque e interdicción.

En 1981, debido a los reclamos cada día más agresivos de la Nicaragua sandinista respecto a la soberanía sobre el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Colombia decidió reforzar su presencia militar en esa zona. Asimismo, se creó el Grupo Aéreo del Caribe, asentando en San Andrés, con un destacamento de A-37B destinado a actuar como medio de disuasión frente a los nicaragüenses. Dicha presencia se mantuvo hasta finales de la década del 2000, cuando fueron relevados por turbohélices Embraer A-29 Super Tucano.  En sus cuatro décadas de servicio, los A-37B han participado en la mayoría de las operaciones de combate ejecutadas por las Fuerzas Militares (FFMM) en contra de los distintos grupos guerrilleros, terroristas y criminales activos en el país, como detallamos a continuación.

El nido de los “dragones”

Asentado en Barranquilla, el CACOM 3 integra al Grupo de Combate 31, el cual esta conformado por el ESCOM 311 y sus A-37B; el ESCOM 312 Drako, que opera el A-29 Super Tucano; el Escuadrón de Combate Táctico 313, con una mezcla de helicópteros Bell 212 Rapaz, aviones Cessna 208 y Embraer C-95 Bandeirante; el Escuadrón de Defensa Aérea 314 equipado con varios Cessna SR-560 de vigilancia aérea; y el ESCOM 315, el cual es una unidad de navegación aérea que no dispone de aeronaves y está integrada por diversos especialistas tales, como controladores aéreos.

El número exacto de A-37B en servicio con el ESCOM 311 es un dato reservado. Sin embargo, es sabido que incluye a los 4 aviones procedentes de la Fuerza Aérea de Chile y a las 2 máquinas adquiridas a República Dominicana. Tiene como misión el realizar operaciones en el área de responsabilidad del CACOM 3, la cual cubre el Norte de Colombia y parte del Mar Caribe. Además, los A-37B pueden ser desplegados en cualquier punto del territorio nacional a discreción del Comando de la FAC, como suele suceder en el marco de las misiones de bombardeo contra blancos estratégicos, tales como bases de grupos terroristas o criminales.

En el 2018, los agiles birreactores del ESCOM 311 acumularon un total de 650 horas de vuelo. El Grupo Técnico 31, otro componente del CACOM 3, tiene a su cargo el mantenimiento de los aviones del Escuadrón. Las principales fases de servicio se realizan cada 150, 300 y 900 horas de vuelo. Cuenta con varios técnicos inspectores de A-37B que, como parte de su trabajo, realizan vuelos a bordo de las aeronaves para verificar sus sistemas después de las inspecciones.

Los pilotos del ESCOM 311 tienen distintos antecedentes. Si bien todos se formaron en el seno de la Escuela Militar de Aviación (EMAVI) de Cali, tras completar su entrenamiento inicial allí, algunos pasaron a realizar su curso básico en el Embraer T-27 Tucano, en tanto que otros fueron enviados a volar el T-37B. Colombia es hoy en día uno de los últimos operadores de este modelo en el mundo. El periodo de adiestramiento a bordo de este incluye unas 120 horas de vuelo, junto con aproximadamente 20 de simulador, siendo este un diseño local relativamente sencillo compuesto por una célula de T-37 y un software comercial.

Tras culminar esta fase de su preparación, los pilotos son adscritos a distintas unidades operacionales, donde llevan a cabo su entrenamiento avanzado a bordo del mismo tipo de aeronave que tripularán una vez completada su capacitación. La mayoría de las tripulaciones de combate son enviadas directamente a uno de los escuadrones de A-29 o al ESCOM 311, aunque algunos de los pilotos de A-37B causaron primero alta en una unidad de transporte aéreo o como copilotos en SATENA, la línea aérea operada por la FAC, antes de pasar a volar los dragones. Una vez adscrito al ESCOM 311, el nuevo piloto realiza unas 72 horas de vuelo de instrucción en A-37B, lo cual incluye prácticas de tiro aire-suelo y aire-aire. Cada año, los tripulantes viajan a Perú para adiestrarse en procedimientos de emergencia en un simulador de A-37B desarrollado por la Fuerza Aérea de ese país.

Características de los “dragones” colombianos

El A-37B cuenta con ocho puntos duros debajo de sus alas, cuatro de los cuales pueden ser equipados con tanques externos de combustible, para incrementar su alcance. En Colombia, estos casi siempre se encuentran instalados, ya que sin ellos la autonomía del avión se ve significativamente reducida. Los dragones también están provistos con una sonda de reabastecimiento en vuelo que les permite repostar combustible desde el único Boeing 767-2J6 ER MMTT (Multi-Mission Tanker Transport) cisterna de la FAC. Dicha capacidad ha resultado crítica en operaciones de combate donde los A-37B tuvieron que mantenerse en el aire durante horas a la espera de la confirmación de la identificación positiva del blanco por parte de fuentes de inteligencia en tierra, para poder finalmente lanzar sus bombas.

El armamento empleado por el ESCOM 311 incluye la ametralladora General Electric GAU-2B/A Minigun de 7,62 mm. instalada en el morro del avión con 1.500 tiros, lanzacohetes LAU-68 de 70 mm., bombas Mk 81 de 250 libras, Mk 82 de 500 libras y M-117 de 850. La Raytheon GBU-49 de guiado GPS/inercial también se usa, al igual que los lanzadores de bengalas SUU-25, los cuales pueden emplear modelos de iluminación estándar o infrarroja, para uso con visores nocturnos. Aunque inicialmente los A-37B de la FAC estaban destinados a tareas de interdicción aérea, ataque y apoyo cercano, con el pasar de los años fueron modernizados para adaptarlos a las evoluciones del conflicto interno colombiano.

Es de destacar que los dragones son los únicos A-37B en el mundo en poder utilizar bombas guiadas por GPS, las GBU-49. Dicha capacidad se les agregó debido a un requerimiento para realizar bombardeos con mayor precisión contra las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y a la vez reducir el riesgo de daños colaterales. El proyecto inicial contemplaba su integración en los A-29, pero debido a la complejidad del proceso, tanto en cuanto a ingeniería, como respecto a la garantía de Embraer, la FAC decidió finalmente adecuar a los A-37B para ello. Los trabajos comenzaron en 2006, con la instalación del sistema Raytheon EPAK (Enhanced Paveway Avionics Kit), el cual permite a aviones que no están equipados con la interfaz MIL-STD-1760/1553 emplear bombas de guiado por GPS/inercial.

El primer bombardeo operacional con GBU-49 tuvo lugar en 2007 y, desde entonces, la gran mayoría de las misiones de ataque ejecutadas por los A-37B han incluido su uso. Hoy en día, unos pocos dragones se encuentran aún equipados con el EPAK, mientras que el resto de los aviones están dotados del WiPAK (Wireless Paveway Avionics Kit). Este, es un dispositivo no intrusivo desa­rrollado por Raytheon, que permite integrar la Paveway sin ningún tipo de modificación al cableado del avión o a sus sistemas por medio de tecnología inalámbrica. Incluye un terminal embarcado en el cockpit del A-37, una antena montada sobre el fuselaje y una tableta de control que el piloto lleva en uno de sus muslos.

Previo a la integración de la GBU-49, los A-37B colombianos se beneficiaron de varias mejoras, incluyendo la adecuación del puesto de pilotaje para el empleo de visores nocturnos, en 1998. Una modernización más ambiciosa se llevó a cabo en 1999, con la instalación en 14 aviones de un paquete de aviónica Garmin GNS530, un sistema de referencia de actitud y rumbo AHRS (Attitude and Heading Reference System) y un sintonizador de radio Collins Aerospace RTU-4220. Los trabajos se llevaron a cabo en las instalaciones del CACOM 3 con la asistencia de la empresa norteamericana ARINC. En 2008, la FAC desarrolló un nuevo patrón de entrega de armamento no guiado para sus A-37B mediante su uso conjunto con aviones A-29.

En 2013, la FAC agregó lanzadores M-130 de bengalas y señuelos (chaff) para mejorar la autoprotección de sus A-37B. También se les han incorporado paneles en los costados del fuselaje que emiten luz infrarroja y son usados por los pilotos como referencia visual cuando vuelan de noche en formación con visores nocturnos. Las células de los distintos dragones en servicio han pasado también por un proceso de extensión de su vida útil, incrementándose esta de 7.000 a 7.860 horas de vuelo.

Hazañas en combate y ejercicios

A lo largo de sus cuatro décadas de servicio en Colombia, los A-37B han cumplido con una gran variedad de misiones de combate, desde intercepción/interdicción aérea hasta bombardeo de precisión, pasando por apoyo aéreo cercano. Los dragones destacan por su participación en casi todas las principales operaciones llevadas a cabo por las FFMM en contra de la guerrilla de las FARC, hasta el cese del fuego de 2014, y el grupo terrorista conocido como Ejército de Liberación Nacional (ELN). Estas incluyen el bombardeo al cuartel general de las FARC, conocido como Casa Verde, en diciembre de 1990, como parte de la Operación Colombia, con 9 A-37B.

En febrero 2002, varios dragones estuvieron involucrados en la Operación Todo Honor, la cual movilizó más de 20.000 tropas, con el propósito de retomar la llamada Zona de Distensión, una suerte de área reservada creada en 1998, donde se concentraron las FARC en el marco de las negociaciones de paz entre estas y el Gobierno colombiano de entonces. Tras estancarse las pláticas, este último decidió desmantelar dicho refugio mediante una acción militar. Se realizaron varios ataques aéreos en contra de distintas posiciones claves con aeronaves que operaban desde la Base Aérea de Apiay.

foto: “Cockpit” de uno de los A-37B del ESCOM 311. La terminal WiPAK está instalada en la parte superior derecha del tablero de instrumentos, mientras que la pantalla del GNS 530 se puede observar en medio del mismo (foto Erwan de Cherisey).

En septiembre 2007, los A-37B ejecutaron su primer bombardeo con las nuevas GBU-49, en el marco de la Operación Sol Naciente, llevando a cabo un ataque nocturno sobre un blanco de las FARC que resultó en la muerte de Tomás Medina Caracas, alias Negro Acacio, líder del Frente 16 de la guerrilla. También participaron 7 Super Tucano con armamento no guiado. En octubre del 2007, los A-37B las golpearon nuevamente en la Operación Alcatraz, logrando la eliminación de Gustavo Rueda Díaz, alias Martín Caballero, cabecilla del Frente 37. Nuevamente, los A-29 también estuvieron involucrados con bombas de caída libre.

En marzo 2008, los dragones fueron partícipes de la Operación Fénix, la cual culminó en la neutralización de Luis Edgar Devia Silva, alias Raúl Reyes, quien comandaba el Bloque Sur de las FARC. Reyes se encontraba oculto en territorio ecuatoriano, a menos de 2 km. de la frontera colombiana. El ataque nocturno movilizó a 3 A-37B con GBU-49 y 5 A-29 con armas no guiadas. Los aviones lanzaron sus bombas desde el espacio aéreo colombiano, empezando por los A-37B. Esta operación llevó a una crisis entre Colombia y Ecuador y Venezuela, durante la cual las Fuerzas Armadas de este último país concentraron tropas y material en la frontera, hasta que el asunto se logró resolver por vías diplomáticas.

El 4 de noviembre 2011, a las 08:00, 3 A-37B despegaron de la Base Aérea de Cali, seguidos por 5 Super Tucano, golpeando una posición de las FARC en el Departamento del Cauca, dando inicio a la Operación Odiseo. El bombardeo mató a varios guerrilleros y siguió un asalto por helicóptero. El blanco principal de esta acción, Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano, el máximo líder en esos tiempos, logró disimularse poco después del ataque aéreo. Se mantuvo en su escondite durante varias horas hasta ser avistado mientras intentaba moverse y fue abatido por un soldado a bordo de uno de los helicópteros que sobrevolaba el área.

En octubre 2015, los dragones participaron en la Operación Solemne, la cual consiguió la eliminación de Víctor Ramón Navarro, alias Megateo, figura clave dentro del microcosmo del narcotráfico colombiano, jefe de Los Pelusos, una facción disidente del grupo guerrillero Ejército Popular de Liberación (EPL). Además de estas acciones mayores, los A-37B también han protagonizado operaciones de menor notoriedad y siguen cumpliendo un papel fundamental en la confrontación contra el ELN y otras bandas delictivas. Tan solo en 2018 llevaron a cabo cuatro bombardeos de precisión contra posiciones del ELN.

A la vez, en junio del 2018, 2 aviones del ESCOM 311 brindaron apoyo aéreo cercano con cohetes de 70 mm. y Minigun a tropas del Ejército colombiano que se encontraban enfrentando a una importante fuerza de combatientes de Los Pelusos en la región del Catatumbo, en el Noreste del país. Un cañonero AC-47T y un helicóptero de ataque Sikorsky AH-60L Arpía también estuvieron involucrados, cumpliendo además funciones de control aéreo avanzado en beneficio de los dragones. El 2 de febrero 2019, 3 A-37B que habían sido desplegados en la Base Aérea de Palanquero lanzaron 2 GBU-49 sobre una posición ocupada por disidentes de las FARC, logrando eliminar al cabecilla Édgar Mesías Salgado Aragón, alias Rodrigo Cadete.

Como hemos explicado anteriormente, los dragones han tenido un activo desempeño en misiones de intercepción aérea, contra vuelos ilícitos utilizados para transportar contrabando o drogas. Hasta 2005, la legislación colombiana permitía su derribo. El primero de estos logrado por un A-37B se dio en el año 1985. Le siguieron muchos más en el transcurso de las dos décadas posteriores, hasta que cambiara el marco legal. Desde aquel entonces, los A-37B han continuado realizando funciones de policía aérea e intercepción, obligando las aeronaves a aterrizar en lugar de abatirlas. 

Los dragones han participado en numerosos ejercicios, tanto nacionales como internacionales, destacando entre estos últimos Cruzex 2013, cuando 6 A-37B y el 767 MMTT se desplegaron a Natal (Brasil) para participar en prácticas de operaciones aéreas combinadas. En 2015, Colombia organizó el ejercicio multinacional de búsqueda y rescate, incluyendo de combate, Ángel de los Andes en la Base Aérea de Rionegro. Contó con la presencia de 2 A-37B del ESCOM 311. En 2018, varios A-37B, A-29 y SR-560 realizaron maniobras de interdicción aérea en conjunto con A-29 de la Fuerza Aérea Dominicana, en el marco del ejercicio bilateral Caribe VII.

El futuro

Aunque a inicios de la década de 2000 la FAC consideró el retirar del servicio a sus A-37, los agiles birreactores han demostrado desde aquel entonces cuán indispensables son. Su costo-eficiencia, flexibilidad, robustez y maniobrabilidad los convierten en verdaderas navajas suizas, habiéndose incrementado su dimensión multirrol con la integración de la GBU-49. Si bien la sustitución de los A-37B tendrá que considerarse, este asunto es claramente complejo, debido a la escasez de aviones disponibles hoy en día en el mercado que puedan ofrecer capacidades similares a un precio comparable. Por lo tanto, los dragones deberían de seguir surcando los cielos de Colombia durante varios años más, brindando invaluables servicios a su pueblo.

 

Nota del autor: Agradecemos al Comando de la Fuerza Aérea Colombiana y al CACOM 3 su apoyo para la realización de este reportaje, así como a Dan Hagedorn por su colaboración en el aspecto histórico.

Revista Defensa nº 499, noviembre 2019, Erwan de Cherisey


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