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Jueves, 28 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Blindados improvisados en América Latina: ingenio a falta de presupuesto

En un momento u otro, varios países latinoamericanos llegaron a considerar, diseñar y a operar vehículos blindados improvisados de seguridad (BIS), o sea tractores o medios de carga y transporte común dotados de placas protectoras para su uso como medios de patrulla y combate. Se implementaron sobre todo en países donde los militares disputaban las líneas logísticas con rebeldes, carteles, traficantes y pandillas. Han sido instrumentos adecuados y costo-efectivos en lugares donde el presupuesto no alcanza para dotarse de medios más idóneos o en las cantidades deseadas. Su importancia y operación se mantiene en lugares en los que aún se lucha o se impone el control de las vías y urbes.

Es así como, a mediados de la década de 2010, encontramos que la violencia en Colombia afectaba a las líneas de comunicación terrestres, provocando una crisis interior. Para resolver la situación, el Gobierno implementó un plan de vigilancia y control de carreteras, conocido como Meteoro. Consistiría en el patrullaje agresivo por parte de blindados improvisados y modificados para repeler emboscadas o retenes.  Los automotores consistían en su mayoría en camiones de carga, que serían modificados y reforzados con planchas protectoras para su conversión en BIS. Sería la colombiana ISBI-Blindajes la que suministró los primeros M-35A2 Reo modificados como blindados improvisados de seguridad de convoyes, dotados de planchas de acero MilSpec de 3/8 de pulgada en 2004. ISBI entregó más de 35 M-35A2, Kodiak 157 y 241 modificados apropiadamente. 

Evidencia de la importancia de estos medios es que la Infantería de Marina (IMFAMAR) había comenzado con procesos de revisión y reparación de 5 camiones blindados IMDICOL CXT, que se usan en Bogotá y Barranquilla. Esta empresa suministró los primeros 7 International CXT y Arrow 7300 convertidos a BIS con recursos donados por el Instituto Nacional de Vías en 2006. De esos ejemplares, 3 servirían con el Ejercito en el Sur del país y 4 con IMFAMAR (2 en la región de Montes de María y 2 en el Departamento del Valle del Cauca). IMDICOL produciría dos variantes, conocidas como Halcón Negro y Gladiador, en general similares, diferenciándose sólo en detalles.

Foto; BLINDEN-RM del Ejército dominicano (foto ERD).

La configuración de los camiones ISBI-Meteoro M-35A2 fue, básicamente, similar a la solución emprendida por el Servicio de Material de Guerra de Guatemala durante el conflicto interno de la década de los ochenta, en lo que se denominó camión Comando. Eran M-35A2 empleados como tractores de artillería, a los que se les montaron planchas laterales para proporcionar protección a la tripulación en caso de emboscadas. Ese mismo concepto fue implementado en camiones Ural en ese país centroamericano y allí también se han modificado pick-up Toyota Tacoma y Hi-Lux, convirtiéndolos en transportes portapersonal con protección ligera, al montarles placas cerámicas laterales. En México se ha comenzado a hacer lo mismo con pick-up de Ford, Dodge y Chevy, que son los preferidos automotores de patrulla en ese país.

Caribeños

A mediados de 2017, el general retirado Ramiro Matos González expresaba su satisfacción con la reconstrucción de varios de los vehículos de su concepción en la República Dominicana. La Brigada de Apoyo de Servicio había restaurado 3 vehículos semioruga y dos RM79. Matos fue en su día ministro de las Fuerzas Armadas y quien, junto con técnicos de los Talleres de Transportación del ERD (Ejército de la República Dominicana), ideó un prototipo automotor semiblindado. Se denominaba BLINDEN RM, (Blindado del Ejército Nacional Ramiro Matos) y los primeros fueron presentados durante las celebraciones del Día de las Fuerzas Armadas del 25 de febrero de 1977 y de ahí su denominación completa de BLINDEN-RM-77. Entraron en producción y se distribuyeron entre los componentes de las FFAA (Fuerzas Armadas) y la Policía Nacional. 

El RM77 parece, por sus líneas, estar inspirado en el Volvo Pansarvärnspjästerrängbil (Pvpjgb) 9031, usando su chasis de ½ ton. como base, al que se le montaba una batea de soldadura especial de acero ligeramente blindado y abierta en el techo (semiblindado). Mantenían el motor diesel Volvo B18A V4 del Pvpjgb 9031 y pesaban unas 3 ton. Medían 1,78 m. de largo y 1,57 de ancho, contando con una radio PRC-77. El RM-77-I tenía una tripulación de 4 hombres y montaba un arma antitanque (AT) sin retroceso (SR) Bofors de 105 mm., adquirida en Suecia durante los tiempos del presidente Trujillo. La versión RM77-II llevaba una tripulación de 5 personas y remplazó el armamento con dos ametralladoras pesadas M-2HB. La mención del AT-SR de Bofors parece referirse en realidad al cañón SR PV-1110 de 90 mm., un arma antitanque sueca de una longitud de 4.100 mm. y un peso de 260 kg., con capacidad para disparar efectivamente un proyectil de 3,1 kg. contra un blanco a 900 m.

Foto: Interesante modificación de un Toyota por Jankel presentada en Expodefensa (foto J. Montes).

Precisamente, el Pvpjgb 9031 era una plataforma común al PV-1110. El RM77-I portaba en su interior 90 proyectiles para el CSR. Dos años más tarde, en 1979, evolucionaron al RM79, esta vez usando un chasis reforzado del Dodge M-37B de ¾ ton., con dimensiones más grandes que el modelo anterior: longitud de 1,78 m., ancho de 1,57 y altura de 3. Mantenían el motor Dodge T-245 de 78 CV y la transmisión manual New Process M88950. Su peso se mantenía en 3,2 ton. Se dice que los RM formaron todo un Escuadrón Blindado, lo que sugiere una producción de no menos de 8 ejemplares. Al parecer se realizó también la versión RM81, pero solo en prototipo. Lo cierto es que, a mediados de la década de los noventa, los RM pasaron a la Marina de Guerra, para después encuadrarse en el Parque de Reserva, donde hoy se les trata de recuperar.

Híbridos

Pero los RM no han sido los únicos blindados puestos a punto en la Republica Dominicana. El MAC-LR AA, si bien no necesariamente es un vehículo de combate plenamente improvisado, sí sería de interés, más bien desde el punto de vista técnico, pues se trataba de un hibrido. La idea de este carro de combate la adelantaron el mayor general Manuel Antonio Cuervo Gómez y el ingeniero Lázaro Rosado Santana y tendría una vida efímera, pues quedó fuera de combate durante la revuelta de abril de 1965. Consistía en un chasis de AMX-13 al que se acopló un sistema triple Hispano Suiza HS804 DCA, también identificado como afuste HS630, que aparentemente llegó desde España. 

Foto: Camión Magirus-Deutz “Júpiter” 178 D15A de 7 ton. convertido a BIS con un CSR M40 de 106 mm.  Montaba un motor F8L714A V8 de 178 CV (foto J. Montes).

Al otro lado del Caribe, en El Salvador, el entonces capitán (hoy coronel retirado) Oswaldo Marenco Carballo construiría otro hibrido, que cabía más dentro de la idea de improvisado, pues colocaba una pieza M55A2 (el mismo HS804 DCA, pero hecho en la entonces Yugoslavia), sobre el chasis de un tractor a oruga. Hacia 1977 llegaron a ese país 23 Woodmaster, que no eran otros que vehículos blindados de reconocimiento M114, desmilitarizados, pues su caja de blindaje se había quitado y se redujo al tren motor y chasis. Ingeniosamente, se utilizó una batea reconstruida de techo abierto para colocar dentro de ella el mismo trípode del M55A2 sin modificaciones en el montaje de la pieza antiaérea, usando el mismo afuste y sistemas manuales para proveer traversa, elevación y depresión, sin la necesidad de inventar, ni desarrollar, o producir, un sistema nuevo. 

El montaje completo de la pieza se mantenía íntegro, aprovechando el mismo trailer para remplazar las llantas por planchas de protección y las dos laterales complementadas por un techo y dos compuertas traseras.  El sistema M55A2 era, y lo es aún, una pieza antiaérea manual de último recurso y eficiencia limitada, de hecho obsoleta, contra blancos aéreos, pero aun hoy muy útil y temible contra blancos terrestres. Se construyeron 4 ejemplares, destinados a la Guardia Nacional, al Batallón de Seguridad de la Base Aérea de Ilopango, a la Brigada de Artillería y uno más al Oriente, sin detallar dónde.

El ZU-23-2 es de manera similar un sistema antiaéreo de baja cota poderoso y popular, instalable en plataformas de alta movilidad. Se le ha visto montado en pick-up de Toyota y Nissan durante varias campañas contra la insurgencia en diversas partes del mundo. En Cuba y Nicaragua se habilitaron sobre blindados BTR-60 excedentes. No hay detalles de esas modificaciones, pero el sistema Sedad, desarrollado por Irán, representa ciertos puntos comunes. Al igual que los modelos cubano-nicaragüenses, el Sedad usa una batea BTR-60PB estándar, y se coloca el ZU-23-2 íntegro como torreta. Consiste en dos cañones automáticos 2A14 de 23 mm., que tienen un alcance de 2,5 km. contra blancos aéreos y 2 frente a vehículos blindados y objetivos terrestres.  Normalmente, los cañones se montan sobre un pequeño remolque y se emplazan y disparan manualmente. 

Llevan una mira óptica calculadora ZAP-23, en la cual se introducen los datos manualmente para proporcionar puntería automática limitada, junto con una telescópica para su empleo contra blancos terrestres. Sin embargo, este sistema carece de la protección frontal que ofrecen otros, como el TCM-20, el M55, el Rheinmetall Zwillingsflak Mk-20 Rh202 o el similar M55B4. Al Sedad se le ha dotado de una mira CCD y sistemas de puntería y disparo a control remoto, proveyéndole de traversa y elevación electromecánica, permitiendo su completa operación desde el interior del vehículo.

Foto: Un ZU-23-2 sobre BTR-60PB cubano.

Los sistemas híbridos ZU-23-2/BTR-60 de Cuba y Nicaragua, por otro lado, mantienen sus elementos de puntería y disparo originales (manuales), por lo que el artillero es vulnerable y se les acomoda una coraza semiblindada que protege las partes traseras y laterales. Tanto Cuba como Nicaragua han recibido ZU-23-2M que llevan puntería de telemetro laser, cámara de video, mira telescópica, termógrafo y mira nocturna, además de tener un mecanismo de rotación electromecánico en lugar del manual. Sin embargo, aquellos montados sobre los BTR-60 son de las versiones más antiguas, pero dotadas de un sistema de rotación y elevación electromecánica.

El mismo US Army utilizó camiones M-35 REO convertidos a BIS y dotados de sistemas M-55 para su uso en Vietnam. Las torres M-55 y TCM-20 son básicamente las mismas, sólo que la primera usa cuatro ametralladoras M2HB de 12,7 mm. La TCM-20 fue producida por Ramta Structures and Systems en 1969, partiendo de la M-55, actualizada con un nuevo sistema de energía eléctrica y con un generador o unidad auxiliar de potencia propia, además de colocarle dos cañones HS-404 de accionar por retroceso, es decir que su cañón es fijo y usa un cierre pesado que nunca está bloqueado contra la recámara. 

Tanto la M-55 como la TCM-20 han formado parte de los inventarios de la mayoría de países, desde México hasta Argentina. Su ventaja principal, en ambas, es que las armas se montan a cada lado de una torreta operada electromecánicamente y el artillero apunta sus miras y las dirige electromecánicamente, mientras se sienta y dispara detrás de la protección de una coraza frontal semiblindada. Como tal, ambas fueron sistemas favoritos en la conversión de híbridos y BIS. Así, en 1984, la colombiana IMDICOL remotorizó unos 16 blindados M-8 con motores Detroit diesel H1 y caja automática de Allison, convirtiéndolos en híbridos al montarles las torretas M-55, asignándolos al Plan Meteoro en sus inicios. Desde entonces han sido remotorizados nuevamente con Caterpillar turbodiesel V8. 

México podría hacer lo propio con sus torretas M-55, montándolas en los nuevos pick-up M-1152 o en las mismas bateas del M-8; y si lo hizo instalando cañones Bofors L60 de 40 mm. sobre camiones de carga. En Chile, la TCM-20, modificada con coraza trasera para proteger al artillero y sistema de ronza y elevación electromecánica, se colocó sobre la batea del Piraña 6x6 para crear el hibrido Mowag 6x6 Ramta, fabricado entre 1982 y 1987, que engrosarían los regimientos Vencedores y Libertadores en 1991.

Viejos combatientes

Volviendo a concepciones más rústicas, en El Salvador el Cashuat sigue funcionando como medio de patrulla vial y en apoyo a las autoridades civiles contra las pandillas callejeras. Se trata de un diseño semiblindado, pues su cama es abierta. Entre 1978 y 1982, la Maestranza había construido hasta 14 blindados improvisados usando camiones Magirus-Deutz Júpiter 178 D15A de 7 ton. Tan populares fueron, que, después, ya agotado el parque de Júpiter, se utilizaron camiones Ford y GM comerciales y al menos un Unimog como base.

También se hizo la conversión de, al menos, un MAN 630 L-2AE de 5 ton. Todos los vehículos improvisados sobre chasis de camión pesado llevaron el sobrenombre de Mazinger. Otros 20 ejemplares se ensamblarían sobre chasis de pick-up Ford F-250 y a estos se les llamó Astroboy. Sin embargo, todo esto dejó exhausto el parque de camiones medios y pesados, mientras que el Regimiento de Caballería, única unidad táctica motorizada, se limitaba a 1 Astroboy, 4 UR-416 y 10 AML-H90.

Estados Unidos puso a disposición 3 millones de dólares en 1982 exclusivamente para el equipamiento del Regimiento y pretendía suministrar 44 vehículos de asalto rápidos FAV (Fast Assault Vehicle), pues se buscaba implantar una nueva táctica de reconocimiento y combate, basada en rapidez, agilidad y poder de fuego. Oficiales salvadoreños viajaron a Fort Lewis (Estado de Washington) para revisar y evaluar los FAV Chenowth de la 9ª División Ligera, pero en realidad buscaban un vehículo para tareas más tradicionales de reconocimiento armado, patrulla vial, transporte de personal y apoyo. Por una parte, demandaban el X1 Carcará, básicamente un carro de combate modernizado y alargado M-3A1 desarrollado por la Bernardini SA Industria e Comercio de Brasil; y, por otro, los V150 en tres variantes: apoyo de fuego con cañón de 90 mm., pieza de 20 y transporte. 

Foto: ZU-23-2 en BTR-60PB nicaragüense (foto Enrique Urroz).

Sin embargo, el presupuesto no alcanzaba para el número deseado. Se llegaría al compromiso del Vehículo de Asalto Ligero (VAL), usando como punto de partida la tesis de graduación del entonces teniente Oswaldo Marenco, quien estudió en escuelas militares de Chile y México, obteniendo de paso una licenciatura en ingeniería. Basó su diseño sobre un Dodge M37B de ¾ de ton., racionalizando que, en 1982-83, El Salvador había adquirido 103 de ellos a través del Programa de Asistencia Militar estadounidense, o MAP (Military Assistance Program), y, por lo tanto, contando con un fuerte tren logístico para ensamblar un buen número de blindados improvisados. Curiosamente, el Cashuat tiene cierta similitud con el Carancho chileno.

Se ensambló el primer prototipo del VAL localmente, que mostró tener una protección inadecuada. Fue evaluado por el TACOM (Tank-automotive and Armaments Command) del US Army, con un segundo prototipo ensamblado en Detroit. Entre otras cosas, se reubicó el depósito de combustible, se afinó la estructura balística e incorporó un motor V4 diesel de 8.000 cc y 102 CV. También se preparó el molde de blindaje de acero modular de alta resistencia reforzado con Kevlar y se prepararon los elementos a ser ensamblados en El Salvador; se actualizaron los planos del diseño y adiestró el personal que lo ensamblaría. La falta de techo se debió a que no había presupuesto para un sistema de aire acondicionado y, con el calor tropical, era considerado más peligroso, pues estar cerrado fatigaría a sus tripulantes, algo ya comprobado en los Astroboy. 

Se construirían 66 Cashuat, de los cuales 64 serían para equipar tres batallones de Infantería Mecanizada y dos para reforzar los blindados del Destacamento Militar Nº 4 en San Francisco Gotera (Morazán). Fabricaron dos versiones, una como VBTP (Vehículo Blindado de Transporte de Personal), con espacio para una tripulación de 10 efectivos; y de apoyo (VBA), similar en concepto al ACAV de la Guerra de Vietnam, con una torreta monoplaza sencilla, con ronza electromecánica y armada con una ametralladora M-2HB de puntería y accionamiento manual; y dos laterales M-60. Con ellos El Salvador lanzó el Plan Caminante, un concepto similar al que usaría Colombia más adelante con el Meteoro, con tácticas agresivas que provocaron que un tercio de los Cashuat fueran destruidos o dañados entre 1985 y 1992.  

Entre 1994 y 1995, Estranfa (antes Maestranza y hoy CALFA) desarrolló el Cashuat mejorado, partiendo de 2 ejemplares, a los que se les acomodaron los ejes traseros de llanta doble del camión M-35 REO, repotenciándoles el motor y con otros cambios. Tres años más tarde se realizaba la misma modificación en los talleres del Regimiento de Caballería, dejando con ello 4 unidades así modificadas.

Foto: Tractor M114 “Woodmaster” y M-55A2 de El Salvador (foto Museo de la FAES).

Uno de ellos sería equipado con un cañón HS404 para ensayos. En el 2011, el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico (CIDET), que forma parte del CALFA, concluía la modificación de algunos, adaptándoles partes automotrices de Toyota. Sobreviven unos 24 Cashuat, que pudiesen convertirse en plataformas de armas de bajo costo, pues su diseño es ideal para colocarles en su cama un CSR M40 de 106 mm. o un TCM-20. Precisamente, en 2017 se presentó un prototipo portamortero, con uno de 81 mm. en su cama.

El Carancho chileno es un jeep blindado similar al israelí RBY-Mk1, pero con el motor al frente en lugar de en el compartimiento trasero. Fue presentado en 1983, como un BIS de bajo coste, y se cree que sólo unas 4 unidades fueron construidas para la Fuerza Aérea (FACh). Se trata de un semiblindado ligero 4x4 de reconocimiento, con un casco monobloque de acero endurecido especial inclinado y cama abierta, con el suelo en forma V y contando con barras de apoyo a lo largo de todo el costado. Su tren motor se dijo que se basaba en el chasis del Chevy S-10, pero con motor Chrysler V8-90 de 180 CV acoplado a una caja de cambios Load-Flite A-727 con tres velocidades delanteras y una trasera y transmisión NPG-205. La suspensión era de ejes flotantes con muelles helicoidales.

Antiaéreos: repelentes de moscas y hormigas

La adaptación de un sistema de cañón antiaéreo sobre una plataforma motriz es bastante común en ejércitos y turbas poco sofisticadas, pues provee una capacidad de fuego terrible contra blancos terrestres, mientras se mantiene una capacidad antiaérea de último recurso, reteniéndose movilidad y capacidad de repliegue inmediata. Para el uso un poco más eficiente del cañón en tiro antiaéreo se requiere de estabilización a la pieza en la cama del vehículo. En Uruguay se colocó una TCM-20 sobre un camión pesado Ural del Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea Nº 1 y se le instalaron dos equilibradores hidráulicos para que el camión se mantenga inmóvil durante el tiro. 

Si al Ural se le agregan planchas laterales de protección se consigue un medio BIS. Pensamos que esa misma adaptación podría hacerse en modelos de alta movilidad más ligeros. Se ha observado como en Venezuela torretas TCM-20 modificadas por la División de Ingeniería y Desarrollo Aeroespacial (DIDA), bajo el programa Mapanare (adaptación del cañón M39 con cajas de 125 tiros de munición por tubo), se montaron sobre el Tiuna 4x4. 

Un BIS ideal podría partir del chasis M-998 Humvee, adquirido a precio simbólico y reconstruido al estándar TTP/M1152 con un módulo de mejora de GM, o al estándar Búfalo con un módulo SCTVC de la Textron y con modificaciones apropiadas para montarle una torreta M-55 o TCM-20, o podría ser un HS-820/M55A2 modernizado o un ZU-23-2 y asociados a un par de misiles antiaéreos portátiles (MANPADS) para proveer un sistema antiaéreo básico, adecuado para las necesidades de la mayoría de países. Es un concepto similar, pero más económico, que un AN/TWQ-1 Avenger, además de proveer un poderoso vehículo contra emboscadas y de combate en ámbitos urbanos.


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