La reducción supone un recorte del 23% en el total previstos por la Ley Presupuestaria Anual (LOA). "El referido recorte afectó a todas las unidades gestoras, pero en menor proporción las áreas de enseñanza y operaciones, consideradas prioritarias para el Ejército", explicó el Ejército brasileño en un comunicado. La Fuerza afirma que la "adecuación ya era esperada, teniendo en vista la actual situación económica del país" y que el Gobierno Federal puede restablecer esos valores en el futuro.
En octubre se reveló la reducción en el número de oficiales generales, de 154 a 147, generando una economía de sólo 700.000 dólares al año. También hubo cortes en los ingresos en las escuelas de formación, cayendo de 500 a 440 alumnos en la de preparación de oficiales y de 1.400 a 1.100 en la de sargentos y subalternos. A corto plazo, la caída total del efectivo del ejército será del 10%.
En medio de la discusión del cambio de la meta fiscal y de recorte de gastos, las Fuerzas Armadas brasileñas presionan por la recomposición en el Presupuesto, que en los últimos cinco años sufrió una reducción del 44,5%. Desde 2012, los llamados recursos discrecionales cayeron de 5.300 millones de dólares a 3.100 millones. Los valores no incluyen gastos obligatorios, como alimentación, salarios y salud de los militares.
Según el comando de las Fuerzas, este año se recortaron un 40% de rubros y la disponibilidad estaba prevista apenas para cubrir los gastos hasta setiembre. Si no hay liberación de más recursos, el plan es reducir (aún más) horarios administrativos y anticipar la baja de los reclutas. Actualmente, hay una sustitución del cuadro de efectivos por temporales para ralentizar el alto costo previsional. (Javier Bonilla)