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El mayor poderío militar de Centroamérica. Cuando Cuba disponía de hasta 200 MIG

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(Revista Defensa nº 56, diciembre 1982) Cuba cuenta, por amplio margen, con la Fuerza Militar más formidable de la Cuenca del Caribe, con la sola excepción de los Estados Unidos. En términos de magnitud, esas fuerzas superan a las de cualquier otro país centroamericano o del Caribe. En toda Iberoamérica, sólo el Brasil —país con una población 12 veces mayor que la cubana— tiene un aparato militar más numeroso. El mejoramiento cuantitativo y cualitativo de las Fuerzas Armadas y los crecientes nexos militares cubano-soviéticos, han permitido que Cuba asuma un papel mucho más influyente en el escenario mundial, de lo que su tamaño y recursos le habrían permitido en otras condiciones.

Desde 1975, la URSS ha emprendido una importante modernización de todas las ramas de la milicia cubana, transformándola, de una fuerza defensiva doméstica, en el aparato militar mejor equipado de Latinoamérica, con una capacidad ofensiva significativa. El equipo enviado a las fuerzas terrestres ha incrementado tanto su movilidad como su poder de ataque. Su Fuerza Aérea es ahora quizá la mejor equipada de Latinoamérica y posee unos 200 cazas MiG de diversos tipos. La Marina ha adquirido dos submarinos torpederos de combate y una fragata tipo Koni, todo lo cual le permitirá realizar operaciones en toda la Cuenca del Caribe y le dará a Cuba la posibilidad de hacer llegar su poder de ataque más allá de sus costas, imponiendo una amenaza a la navegación en el Caribe intimidando y amenazando a sus vecinos.
Como consecuencia de este programa de modernización y la experiencia cubana de combate en Angola y Etiopía, el régimen de Castro posee una considerable capacidad de intervención en la región. La Habana ha incrementado la magnitud de sus fuerzas entrenadas paracaidistas hasta un nivel actual de 3.000 a 4.000 soldados, y ha mejorado en forma significativa su capacidad de establecer puentes aéreos y marítimos. Aun cuando esta capacidad es modesta para las normas occidentales, resulta impresionante en el contexto centroamericano o del Caribe. Esta capacidad podría emplearse con más eficiencia para ayudar a algún aliado de la región contra una invasión externa o en la supresión de conflictos internos. Cuba no cuenta con los medios para realizar una invasión directa de otra nación de la región, salvo en los microestados del Caribe. La Habana no tiene suficientes naves anfibias de desembarco de asalto ni aviones capaces de transportar equipo pesado.
En ocasiones, Cuba ha demostrado cierta temeridad en la utilización de sus capacidades como, por ejemplo, el 10 de mayo de 1980, cuando cazas a reacción de la Fuerza Aérea cubana atacaron y hundieron una nave patrullera claramente identificada como perteneciente a las Bahamas, en aguas territoriales de éstas y a plena luz del día. En el ataque murieron cuatro miembros de la tripulación. Al día siguiente, MiG cubanos sobrevolaron a baja altura, durante largo rato, una isla poblada perteneciente a las Bahamas. Además, un helicóptero cubano con soldados de ese país aterrizó en esa misma isla en persecución de los supervivientes del barco patrullero hundido.

LA MILICIA CUBANA
Desde mediados de los años setenta, cuando Cuba intervino en gran escala en Angola, y la Unión Soviética empezó a modernizar las Fuerzas Armadas cubanas con nuevo equipo, la Milicia cubana ha cambiado, dejando de ser una fuerza nacional predominantemente defensiva para convertirse en una potencia formidable en relación con sus vecinos centroamericanos. Las remesas de equipo militar soviético que han llegado en los últimos meses son las más recientes entre la gran profusión de envíos hechos a Cuba en el curso de un año. En 1981, buques mercantes soviéticos entregaron unas 66.000 toneladas de equipo militar, mientras que el promedio anual durante los años anteriores era de 15.000 toneladas. La gran cantidad de armas entregadas en 1981 constituye el empeño soviético más significativo de proporcionar pertrechos a Cuba desde 1962, cuando le mandó la cifra sin precedente de un cuarto de millón de toneladas. Este incremento obedece a varias razones:
— El principio de un nuevo ciclo quinquenal de mejoramiento y sustitución.
— Las armas adicionales para pertrechar a la nueva Milicia Territorial cubana, que según Cuba se compone de 500.000 hombres, pero que espera incrementar hasta un millón.
— El incremento de reservas militares acumuladas, parte de las cuales son transferidas a Nicaragua.
— Una convincente demostración del ininterrumpido apoyo de Moscú al régimen de La Habana.

foto: A pesar del aspecto anticuado de sus uniformes, estos hombres forman parte de una de las unidades de élite de las FAR, la 62º Brigada Blindada.

Además de importantes sistemas de armas, fueron entregadas probablemente grandes cantidades de municiones, armas pequeñas, piezas de repuesto y equipo de apoyo. Actualmente, las Fuerzas Armadas de Cuba totalizan más de 225.000 hombres —200.000 del Ejército, 15.000 de la Fuerza Aérea y la Defensa Aérea, y 10.000 de la Marina— incluyendo tanto los que están en servicio activo, ya sea en Cuba o en otros países, como los que pertenecen a las reservas y están listos para movilizarse de inmediato. Más del 2 por 100 de la población cubana pertenece a la milicia en servicio activo y a las reservas, mientras que en otros países de la Cuenca del Caribe, este promedio es inferior al 0,4 por 100. Además, grandes organizaciones y reservas paramilitares cubanas están disponibles para prestar apoyo interno a los militares.
El mejoramiento cuantitativo y cualitativo de las Fuerzas Armadas de mediados de los años setenta y su reciente experiencia de combate en Angola y Etiopía le dan a la Milicia cubana claras ventajas sobre sus vecinos de América Latina. Desde la SGM, Cuba es el único país sudamericano que ha emprendido una campaña militar importante en el exterior, lo que le ha dado al personal de su Ejército y su Fuerza Aérea experiencia reciente de combate en el manejo de muchas de las armas que hoy figuran en su arsenal. Cerca del 70 por 100 de los soldados cubanos que han prestado servicio en África han sido reservistas que fueron llamados al servicio activo. Los reservistas cubanos suelan pasar cerca de 45 días al año en servicio activo y pueden incorporarse rápidamente a las Fuerzas Armadas. Cuba ha utilizado eficazmente sus empresas civiles, como Aerolíneas Cubanas y la Marina Mercante, para prestarles apoyos a operaciones militares. La Habana ha dedicado recursos sustanciales a modernizar y dar carácter profesional a sus Fuerzas Armadas y a mantener una reserva bien preparada. Cuba ha demostrado que, cuando recibe el apoyo logístico de la Unión Soviética, tiene la capacidad y la voluntad de desplegar gran número de soldados, y puede esperarse que así lo haga siempre que el Gobierno de Fidel Castro considere que eso redundará en provecho de Cuba.
El valor de las armas soviéticas enviadas a Cuba desde 1960 supera los 2.500 millones de dólares y todos los envíos han tenido el carácter de donativos. Las remesas de armas soviéticas, además del subsidio de 3.000 millones de dólares anuales que la URSS otorga a Cuba, guardan estrecha relación con el actual papel militar y político que Cuba desempeña en el exterior para dar apoyo a los objetivos soviéticos.
El equipo enviado al Ejército desde mediados de los años setenta, como los carros T-62, los vehículos de combate de infantería BMP-1, los vehículos blindados de reconocimiento BRDM, los cañones contracarro, las piezas remolcadas de campaña los lanzacohetes múltiples BM-21 y los cañones antiaéreos autopropulsados ZSU-234-han empezado a subsanar la deficiencia que antes acusaba la capacidad mecanizada cubana y le han proporcionado mayor poder de ataque. Además de su ventaja cualitativa, el Ejército cubano tiene una abrumadora superioridad numérica, en armas, sobre todos sus vecinos latinoamericanos.
La Fuerza Aérea cubana es una de las más grandes y probablemente la mejor equipada de toda Latinoamérica. Su inventario incluye unos 200 cazas MiG, con dos escuadrones de Flogger (el modelo exacto del segundo escuadrón recientemente enviado no se ha determinado aún). Los MiG-23 tienen la capacidad de llegar a ciertas porciones del Sureste de los Estados Unidos, a la mayor parte de Centroamérica y a casi todas las naciones del Caribe. Sin embargo, los aviones con base en Cuba sólo serían capaces de realizar ofensivas aéreas limitadas en Centroamérica en misiones de ida y vuelta. No obstante, la Aviación de combate cubana podría emplearse eficazmente en un ataque terrestre o en un papel de superioridad aérea si lograra encontrar una base en suelo centroamericano (posibilidad factible ante lo estrecho de las relaciones cubano-nicaragüenses). Podría concertarse un acuerdo similar en Granada una vez que los trabajadores cubanos concluyan la construcción de un aeropuerto en ese país que contará con una pista de aterrizaje de 2,75 kilómetros. Si los MiG-23 pudieran tener como base Nicaragua y Granada, su radio de ataque se ampliaría hasta abarcar la totalidad de Centroamérica e incluso la parte norte de Sudamérica.
Las defensas cubanas se han fortalecido con la adición de lanzamisiles móviles SA-6 y radares para ese misil de defensa aérea, otros transportes SÁ-2, nuevas estaciones de alerta temprana y radar localizador de altura, así como camiones de equipo bélico electrónico.
Con un personal de casi 10.000 hombres, la Marina cubana sigue siendo esencialmente defensiva, aunque cuando se integren totalmente a las fuerzas operativas sus dos submarinos Foxtrot y la fragata Koni recientemente adquiridos, podrá sostener operaciones en toda la Cuenca del Caribe, el Golfo de México y, en forma limitada, en el Atlántico. La Koni, por ejemplo, tiene un radio de 2.000 millas náuticas sin reaprovisionarse ni repostar. Los Foxtrot disponen de una autonomía de 9.000 millas náuticas a siete nudos por hora y puede patrullar durante 70 días ininterrumpidamente. Las naves principales encargadas de las misiones defensivas de la Marina son barcos de ataque con misiles Osa y Komar cuyo alcance puede extenderse hasta muy adentro del Caribe. Están provistos de misiles SS-N-2 Styx superficie-superficie.
Además, Cuba ha recibido barcos torpederos aerodeslizadores Turya, dragaminas costeros Yevgenya y un dragaminas Sonya. Aunque no cuenta con equipo para mantener operaciones lejos de sus bases principales, la Marina cubana podría realizar misiones limitadas de interdicción en el Caribe. Además de la Marina, Cuba tiene una organización de guardacostas compuesta de 3.000 hombres.
La capacidad de Cuba para intervenir en un ambiente hostil, empleando sus propios medios de transporte, es modesta según las normas occidentales, pero resulta formidable en el contexto centroamericano. Así como en 1975, cuando un solo batallón cubano llevado a Luanda en un momento crítico desempeñó un papel desproporcionadamente importante por su tamaño, una fuerza cubana ya probada en combate que interviniera prontamente en una situación bélica en Centroamérica podría resultar un factor decisivo. Además, desde la experiencia en Angola, La Habana ha incrementado la capacitación de fuerzas calificadas paracaidistas, las cuales totalizan ahora entre 3.000 y 4.000 soldados y están compuestas de un contingente de Tropas Especiales y una Brigada de Aterrizaje y Asalto. Además, Cuba ha incrementado también su capacidad para tender puentes aéreos y marítimos.
Cuba sigue careciendo de suficientes aerotransportes para mantener movimientos de tropas en gran escala y de largo alcance, por lo cual tendría que recurrir a los soviéticos a fin de alcanzar esa capacidad. Sin embargo, Cuba ya posee la habilidad suficiente para transportar grandes contingentes de soldados y suministros dentro de la región del Caribe, sirviéndose de Aviación militar y civil. Desde 1975, la flota aérea comercial cubana ha adquirido siete grandes aerotransportes a reacción IL-62 y algunos aviones Tu-154 para transporte de mediano a largo alcance; cada uno de ellos es capaz de transportar de 150 a 200 combatientes equipados. (Recordemos que Cuba tendió el puente aéreo a Luanda en 1975 con sólo cinco aeronaves de alcance mediano, cada una de las cuales tenía una capacidad máxima de 100 soldados.) Cuba adquirió recientemente el transporte AN-26 de corto alcance. El empleo más efectivo de estas aeronaves, a partir de bases cubanas, consistiría en transportar soldados o suministros hasta algún país amigo, pero, cargadas al máximo, serían capaces de llevar paracaidistas a Florida, Belice, Jamaica, Haití y las Bahamas, así como a la mayor parte de la República Dominicana. Sin embargo, con una base en Nicaragua, los AN-26 serían capaces de llegar a prácticamente toda Centroamérica en cualquiera de esos dos tipos de misión. Además, también podrían llevar soldados y municiones a Centroamérica los más de 30 aviones de transporte militar y civil más pequeños, incluidas las aeronaves utilizadas en el conflicto de Angola.

foto: Destructores clase “Kildin” y “Kashin” y crucero clase “Kynda”, en el puerto de La Habana en una de las frecuentes visitas de la escuadra de la URSS.

La introducción de armas soviéticas perfeccionadas, destinadas a misiones ofensivas y a incrementar la movilidad militar, ha dado a Cuba mayor capacidad para realizar operaciones de combate fuera de la isla. Específicamente, las recientes remesas militares soviéticas podrían aumentar la efectividad de las fuerzas cubanas ya en el exterior. En Angola, el sistema de misiles móviles SA-6 de superficie-aire, operado por cubanos, constituyó un valioso complemento de otros sistemas defensivos aéreos menos eficaces. Esos recursos podrían permitir también que La Habana siguiera prestándole ayuda a Nicaragua. Los cazas MiG-23 y MiG-21 serían probablemente los más efectivos para ayudar al régimen sandinista. El desplazamiento de unas cuantas docenas de MiG no reduciría seriamente las defensas de Cuba y MiG pilotados por cubanos podrían permitir que Nicaragua neutralizara prácticamente cualquier amenaza proveniente de la región.
A principios de 1982, Cuba recibió algunos helicópteros Mi-24 Hind-D. Este es el primer helicóptero de asalto propiamente dicho en el arsenal cubano, si bien es cierto que Cuba cuenta también con helicópteros Mi-8. Aunque primordialmente es un vehículo artillero, el Mi-24 tiene también la capacidad de transportar un escuadrón de ocho hombres. Está armado de un cañón de 57 mm., un mini cañón y compartimentos para cohetes. Esa unidad aumentará la capacidad de Cuba para proporcionar apoyo terrestre y para realizar operaciones ofensivas de combate.
La capacidad cubana para realizar un asalto anfibio está limitada, tanto por el reducido número de su personal de Infantería de Marina como por su escasez de naves adecuadas para el asalto. Sin embargo, si los Estados Unidos no intervinieran en forma alguna, Cuba podría transportar tropas y suministros en cantidad significativa —empleando naves de su Marina Mercante y de su Armada— hasta puertos que hubieran sido tomados por fuerzas amigas.

ORGANIZACIONES PARAMILITARES DE CUBA
El personal de las diversas organizaciones paramilitares cubanas incluye a cientos de millares de civiles en tiempo de paz que estarían disponibles para apoyar a los militares en tiempo de crisis. Aunque esos grupos tendrían una capacidad combativa mucho menor que cualquiera de los sectores de la milicia, le proporcionan al menos entrenamiento y disciplina militar rudimentaria a la población civil. La orientación fundamental de esas organizaciones paramilitares son la seguridad y la defensa local.
El grado en que la Milicia está involucrada en el sector civil se refleja también en su actividad dentro de la esfera económica. Además del personal uniformado, el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) tiene más de 30.000 empleados civiles que trabajan en fábricas e instalaciones de reparaciones, en Cuba, y en la construcción de carreteras y aeropuertos en África. Muchos de ellos son empleados del Directorio Central para la Vivienda y la Construcción del MINFAR y, además de construcciones militares, edifican viviendas y conjuntos de apartamentos para el personal militar y civil del MINFAR y del Ministerio del Interior. El Ejército Laboral de la Juventud contribuye también al desarrollo económico, dedicándose a tales proyectos agrícolas, industriales y de construcción.

LA PRESENCIA SOVIETICA
La presencia militar soviética en Cuba incluye una brigada de fuerzas terrestres, un grupo de consejeros militares y una instalación de recopilación de datos del servicio de inteligencia. En Cuba hay de 6.000 a 8.000 asesores soviéticos civiles y 2.000 consejeros militares soviéticos. Las misiones militares a Cuba consisten en visitas periódicas de aviones de reconocimiento, así como de grupos de trabajo de la Armada.
La brigada de fuerzas terrestres, localizada cerca de La Habana, tiene aproximadamente 2.600 hombres e incluye un batallón de carros y tres batallones motorizados de fusileros, además de varias unidades de apoyo en combate y de servicio. Las fuerzas terrestres soviéticas han estado presentes en Cuba desde poco antes de la crisis de los misiles en 1962.

foto: Carros T-55 mimetizados y soltando humo, hacia sus objetivos, son sobrevolados por los MiG-21 de apoyo.

Entre las misiones más probables de la brigada se incluye dar una pequeña muestra simbólica del compromiso soviético con Castro, la cual implica que están dispuestos a defender a Cuba y a su régimen; y también, tal vez, velar por la seguridad del personal soviético y las instalaciones soviéticas clave, en especial la espaciosa operación recolectora de datos del servicio de inteligencia soviético. Casi con seguridad, la brigada no podría desempeñarse como fuerza de intervención, aunque está capacitada para realizar operaciones tácticas ofensivas y defensivas en Cuba. A diferencia de unidades tales como las divisiones paracaidistas, la brigada no está constituida para un despliegue rápido, y en Cuba no están estacionados aviones de transporte capaces de trasladar sus vehículos armados y su equipo pesado.
El Grupo de Consultoría Militar Soviética en Cuba está integrado por un personal militar de 2.000 personas, cuando menos, que proporcionan asesoría técnica en apoyo de armas como los MiG, los misiles de superficie-aire y los submarinos Foxtrot; algunos de ellos están incorporados también a unidades terrestres cubanas. La instalación recolectora de datos del servicio de inteligencia soviético —la más grande en su género fuera de la URSS— vigila las comunicaciones militares y civiles de los EE.UU.
Desde 1969, cuando se inició el programa de visitas de barcos de la Armada soviética, 21 grupos de trabajo de ésta han surcado el Caribe y prácticamente todos ellos han visitado puertos cubanos. Los barcos recolectores de datos del servicio de inteligencia soviético que operan frente a la costa Este de los EE.UU. hacen regularmente una escala en Cuba durante sus rondas de patrulla, así como los barcos que recorren la región en apoyo del programa de investigación hidrográfica y del espacio. Además, la Marina soviética mantiene un barco de salvamento y rescate anclado en La Habana para operaciones de emergencia.
Desde 1975, aviones soviéticos de reconocimiento Tu-95 Bear D han llegado periódicamente a Cuba. Esas aeronaves son enviadas en parejas y permanecen varias semanas en Cuba. Los aviones utilizan aeropuertos cubanos para prestar apoyo a las misiones de reconocimiento y a las maniobras navales soviéticas en el Atlántico y para observar las correspondientes maniobras navales y ensayos marítimos de los Estados Unidos y la OTAN. Tradicionalmente, esos vuelos han guardado relación con los períodos en que la tensión internacional aumenta, como ocurrió durante las guerras en Angola y Etiopía.
Aparentemente, los soviéticos mandaron un número considerable de pilotos para incrementar la defensa aérea de Cuba durante dos períodos —a principios de 1976 y en 1978— cuando los pilotos soviéticos sustituyeron a los cubanos que habían sido asignados al extranjero, y proporcionaron a la Fuerza Aérea cubana el personal suficiente para que realizara su misión fundamental como defensa aérea de la isla.

Los nexos de la milicia cubana con la Unión Soviética, la presencia soviética en Cuba, que incluye una vasta instalación para la recopilación de datos del servicio de inteligencia soviético, y la presencia periódica de la Fuerza Aérea y la Marina de la URSS plantea considerables amenazas militares a los intereses de seguridad de los EE.UU. en el hemisferio. A causa de la proximidad de Cuba con vías marítimas de comunicación verdaderamente vitales, en tiempo de guerra, los soviéticos o los cubanos podrían tratar de paralizar el movimiento de tropas, suministros y materias primas en el Golfo de México y el Mar Caribe, y también tendrían la posibilidad de atacar instalaciones clave militares y civiles en esa región.

Revista Defensa nº 56, diciembre 1982, Equipo Capitolio


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