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La Marina de Guerra soviética a principios de los ochenta

Ayer noticia

El curso de los acontecimientos posbélicos le planteó a la URSS la necesidad de continuar fortaleciendo su capacidad defensiva. La constante y siempre creciente amenaza bélica derivada de la incontenible carrera armamentista y de los intensos preparativos bélicos de los países imperialistas —en primer término de los Estados Unidos—, las numerosas guerras y conflictos armados desencadenados por ellos en diversas regiones, la prolongada “guerra fría” acompañada con amenazas de emplear el arma nuclear para “destruir” y “rechazar el comunismo” indujeron a la URSS a preocuparse permanentemente por afianzar su seguridad.

La realización de los planes destinados a cercar el territorio de la URSS y de los países socialistas con una serie de bases militares ubicadas a lo largo de sus límites, fue uno de los eslabones más importantes en esa cadena de preparativos bélicos. Con este fin, en 1949, se formó la OTAN. Además, para cerrar el cerco de los países socialistas, se crearon bloques agresivos en el Océano Indico y el Pacífico. Estados Unidos e Inglaterra, nuestros antiguos aliados, cuyas fuerzas navales eran las más poderosas del mundo y desplazaban un total de 10,5 millones de toneladas, asumían posiciones clave en las citadas alianzas. Las fuerzas de choque representadas en estas Armadas por unidades de portaaviones, primero, y, luego, por submarinos atómicos dotados de cohetes, debían obrar, en el mar, cubriendo todos los intervalos entre las bases dislocadas en territorio de los países que, junto con los EE.UU., integraban los diversos bloques agresivos.
Al trazar su estrategia militar, la administración estadounidense hizo incapié en la llamada “estrategia oceánica” como importantísimo elemento en su estrategia nacional de “intimidación realista’. Preveía continuar incrementando el poderío de la Marina, en primer término, y de las fuerzas estratégicas, lo que aumentó considerablemente, para la URSS, el peligro procedente de mares y océanos.
A partir de mediados de los años 50, a tono con la decisión del Comité Central del PCUS que determinó, acertada y oportunamente, las tendencias fundamentales en el desarrollo de la situación estratégica en el Océano Mundial, la URSS inició la puesta en marcha de una poderosa Marina oceánica cohete-nuclear. La empresa de construir una Marina de guerra capaz de prevenir o rechazar una agresión ejecutada desde el océano se veía dificultada por el hecho de que la URSS carecía, y carece hasta la fecha, de territorios y bases en ultramar en los que apoyarse para rechazar la agresión, ya que habiendo practicado siempre una política exterior de paz, jamás ha buscado tales adquisiciones.

foto: Un destructor de la clase “Krivak”, buen símbolo de la modernización sufrida por la flota soviética a partir de los años cincuenta.

Las dificultades relacionadas con la prolongada permanencia de nuestros buques lejos de sus bases se vencieron por medio de soluciones teóricas y prácticas, construyéndose buques con las características requeridas, así como modernas naves para su abastecimiento material y técnico. De esta forma se les dio la posibilidad a nuestros buques de que puedan permanecer durante períodos prolongados en zonas oceánicas alejadas sin hacer escalas en bases navales.

LA ESTRUCTURA
Desde el punto de vista de su estructura orgánica, la Marina de la URSS se compone de cuatro flotas: del Norte, del Pacífico, del Báltico y del Mar Negro, así como de la Flotilla del Caspio y la Base Naval de Leningrado.
Cada flota incluye —en proporciones determinadas de acuerdo con las misiones encomendadas— submarinos, buques clásicos (de superficie), aviación naval, tropas coheteriles y de artillería de costa, así como infantería de marina, que son las armas de las Fuerzas Navales.

LOS SUBMARINOS
Por lo que se refiere a los submarinos, ya en el curso de la II Guerra Mundial, éstos se revelaron como un arma capaz de llevar a cabo operaciones muy dinámicas en océanos y mares, cumpliendo misiones de gran importancia. Durante aquella contienda, torpedearon un mayor número de transportes y buques de guerra que los navíos de superficie y los aviones, en conjunto. Durante los años que siguieron al fin de las hostilidades, como los Estados imperialistas, contrapuestos a la Unión Soviética, disponían de enormes Marinas de guerra, así como de una poderosa industria naval, si la Unión Soviética se hubiera planteado el propósito de alcanzarlos en las clases principales de navíos de superficie que ellos producían, la competición se habría prolongado durante muchos años despilfarrándose cuantiosos recursos materiales y financieros.
La preferencia dada a las fuerzas submarinas permitió, en plazos brevísimos y con menores inversiones de medios y tiempo, multiplicar el poderío de la URSS en el mar, privando al enemigo de las ventajas que podría tener en caso de estallar la guerra. Sobre todo a partir del inicio de la era nuclear aplicada a este campo.
El elevado nivel de pertrechamiento energético de los submarinos atómicos, así como su autonomía frente al entorno aéreo, les permite permanecer sumergidos durante períodos prolongados y realizar largas travesías en el océano a grandes velocidades, manteniéndose dispuestos para asestar golpes contra el enemigo. Los submarinos atómicos son capaces de aproximarse a los buques, perseguirlos y atacarlos prolongadamente, desplegarse en otras direcciones y evitar felizmente el ataque de las fuerzas antisubmarinas. Al mismo tiempo, por estar dotados de potentes complejos hidroacústicos, poseen un considerable potencial de exploración y constituyen un elemento importante de las fuerzas antisubmarinas.

foto: Submarino soviético fotografiado desde un avión de reconocimiento norteamericano en alta mar.

En la industria mundial de submarinos se registran con nitidez dos tendencias fundamentales: la construcción de portacohetes submarinos y la de submarinos para fines múltiples. Los primeros están provistos de poderosos misiles estratégicos de gran alcance destinados a aniquilar importantes objetivos terrestres. Son los buques submarinos más grandes y constituyen el elemento básico del poderío en las Armadas de las grandes potencias, incluyendo a la Unión Soviética.
Los portacohetes submarinos son una auténtica concentración de los logros más recientes en materia de construcciones navales, misilísticas, medios informativos de la situación submarina, control automático y navegación.
Los modernos portacohetes atómicos, que forman parte de las Marinas de la URSS, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, constituyen sendas fuerzas estratégicas nucleares. A diferencia de ellos, los submarinos atómicos para fines múltiples, que portan armas tácticas, disponen de vastas posibilidades para destruir grandes navíos de superficie bien protegidos, sin entrar en la zona de eficiente defensa antisubmarina. Disponiendo de modernos complejos hidroacústicos tienen considerables posibilidades para combatir a otros submarinos.

LOS BUQUES DE SUPERFICIE
Aunque los navíos clásicos han cedido a los submarinos y a la aviación naval su papel de arma principal, no obstante, continúan formando parte orgánica de las Fuerzas Navales. Los modernos buques de superficie se distinguen sustancialmente de los que fueron construidos poco después de terminada la II Guerra Mundial, pues nuevas posibilidades permitieron imprimirles cualidades totalmente distintas. Estos buques son capaces de combinar cohetes de largo alcance para distintos fines, artillería y torpedos en sus operaciones contra agrupaciones mixtas enemigas. Además, tienen reforzada su artillería antiaérea, lo cual aumenta sus posibilidades de rechazar ataques aéreos.
El grupo más numeroso lo constituyen los buques antisubmarinos no sumergibles, que despliegan sus operaciones en el océano y en las zonas ribereñas. A la categoría de los navíos que actúan en el océano pertenecen los cruceros antisubmarinos y los grandes buques concebidos para el mismo fin. El otro grupo está formado por embarcaciones veloces de reducidas dimensiones, capaces de localizar con éxito y destruir submarinos atómicos y clásicos en las zonas marítimas cerradas, así como en las zonas costeras del océano.

foto: El interés de los marinos soviéticos por los buques rivales resulta bien conocido. He aquí un pesquero soviético siguiendo de cerca al portaaviones británico “Hermes“.

Los cruceros antisubmarinos pertrechados con helicópteros y aviones son la fuerza más poderosa y están destinados a localizar y destruir submarinos atómicos en las regiones oceánicas alejadas. El hecho de que en la localización del submarino participen helicópteros y aviones no sólo ensancha el “campo visual” del buque portador, sino que también aumenta la probabilidad de destruir el submarino localizado con medios destinados para este fin.
Las fuerzas de superficie de la Marina soviética incluyen buques y lanchas lanzacohetes veloces; embarcaciones que dieron origen a una nueva tendencia en la industria mundial de buques clásicos. Tras recorrer el camino desde los primeros buques experimentales dotados de una y luego de dos plataformas de lanzamiento para misiles crucero, hoy en día la Marina de la URSS dispone de cruceros portacohetes, buques lanzacohetes y lanchas lanzacohetes capaces de destruir navíos y transportes enemigos en las regiones oceánicas alejadas y en las zonas costeras, así como en los teatros cerrados de operaciones marítimas.
En el segundo decenio postbélico, los buques de desembarco empezaron a formar parte de la Marina soviética. Los buques de superficie constituyen la base de los medios de desembarco y de las fuerzas de apoyo.

Los buques de superficie desempeñan el papel principal para combatir las minas. Con este fin, se dispone de diversos buques capaces de cumplir misiones relacionadas con la lucha contra minas y torpedos y con la protección de las vías de comunicación, tanto independientemente como en conjunto con helicópteros barreminas.

LA AVIACION NAVAL
Antes de aparecer los cohetes, la aviación naval era la única portadora del arma nuclear. A dichas fuerzas se les encomendaban diversas misiones: destruir importantes objetivos terrestres, derrotar en el mar y en las bases agrupaciones navales de ataque que no pudieron ser destruidas por otras fuerzas y medios.

La aparición de los cohetes facilitó el envío de cargas nucleares a enormes distancias. lo que permitió concentrar los esfuerzos de la aviación en batir objetivos móviles: grandes unidades de choque formadas por buques de superficie, submarinos y transportes, incluyendo transportes con tropas y material bélico, así como otros blancos de gran maniobrabilidad y pequeñas dimensiones.
De acuerdo con las nuevas condiciones, la aviación naval soviética incluye aviones antisubmarinos, portacohetes aviones de reconocimiento, etc. Por otra parte continúa desarrollándose la aviación embarcada a la par que, con el desarrollo de los portaaviones, se concede cada vez mayor significado a la tarea de dotar nuevos buques de reducido desplazamiento con aparatos aéreos.
La acrecida capacidad combativa de las unidades aéreas, así como su capacidad de lanzar cohetes a mayores distancias que antes y batir con los mismos la defensa antiaérea de los buques, hicieron muy eficaces los ataques aéreos con cohetes dotados de ojivas nucleares contra los objetivos navales. La capacidad combativa de la aviación naval constituye hoy uno de los exponentes fundamentales del poderío de nuestra Marina de Guerra. La aviación naval se convirtió, de hecho, en aviación oceánica, llegando a ser uno de los importantísimos medios de la lucha armada en el mar.

OTROS CAPITULOS
La artillería coheteril de costa está destinada a defender las bases navales y otros objetivos costeros frente a los ataques de la Marina enemiga. Constituyen su base las unidades de costa dotadas de complejos coheteriles capaces de batir con eficacia los buques enemigos ubicados a grandes distancias de los objetivos protegidos por dichas unidades. Para defender a las unidades coheteriles de costa y proteger las zonas muertas inalcanzables para sus cohetes, se destinan unidades de artillería de costa estática y móvil.

foto: Las lanchas lanzacohetes, como estas “Osa“, son una innovación soviética de la que también han sacado partido las Marinas occidentales.

La infantería de Marina se destina, en lo fundamental, a efectuar desembarcos navales, para lo cual dispone de armamentos especiales y material de guerra anfibio. El hecho de que la Marina esté integrada por modernos buques de desembarco, infantería naval, poderosas fuerzas y medios de apoyo en los combates originados por la maniobra de desembarco, amplió considerablemente nuestras posibilidades para realizar operaciones bélicas de esta índole y cumplir importantes tareas durante acciones conjuntas con las tropas terrestres.
La doctrina naval soviética determina con nitidez la correlación entre dos misiones fundamentales de la Marina de Guerra en las condiciones actuales: sus acciones contra la Armada y contra la costa enemigas. Nuestra doctrina se caracteriza por nuevas categorías, así como por enfocar desde distintos ángulos los conceptos y principios anteriores.
El equipamiento de las Marinas con cohetes dotados de ojivas nucleares eleva el significado de las operaciones que efectúan contra la costa. Primero, los aparatos aéreos ubicados en portaaviones, y, luego, los cohetes balísticos lanzados desde submarinos, ampliaron enormemente las posibilidades de que dispone la Mañana de guerra para atacar el territorio enemigo. Estas operaciones constituyen una parte importante de la estrategia.
La moderna Marina oceánica, actuando contra los objetivos costeros, es capaz de ejercer una influencia directa en el curso y hasta en el desenlace de la contienda. Por lo tanto, las operaciones navales contra la costa predominan en la lucha armada en el mar, afectando a la técnica de la construcción de buques y al desarrollo del arte naval.
Al mismo tiempo, las nuevas posibilidades de la Marina en sus operaciones contra la costa, que engendraron un enorm e peligro desde direcciones oceánicas, determinan el carácter de losesfuerzos que acomete la Marina de la URSS para luchar contra una Armada enemiga.
Combatir contra los medios estratégicos del enemigo a fin de hacer fracasar o debilitar al máximo los ataques de éste constituye una de las misiones fundamentales que debe cumplir la Marina de guerra. Estas acciones califican como parte integrante de las operaciones navales encaminadas a socavar el potencial económico del enemigo, es decir, como parte de la misión básica de las modernas fuerzas navales en la guerra.
La Marina soviética ha empezado a participar enérgicamente en las actividades políticas que nuestro Estado desenvuelve en el exterior. Sin embargo, los fines y métodos de esta participación son esencialmente distintos de los que son propios a las Armadas de las potencias imperialistas.
Con la salida de la Marina de la URSS a las inmensidades oceánicas, la Unión Soviética ha obtenido nuevas y más amplias posibilidades para practicar su política de amistad entre los pueblos, para intensificar la cooperación económica y cultural, para fortalecer y desarrollar los polifacéticos vínculos con otros países.
En los últimos años, los buques soviéticos efectúan más a menudo visitas de amistad a los puertos de muchos Estados y hacen escalas con fines prácticos en ellos. Estas visitas permiten a los pueblos cerciorarse de que en la URSS han triunfado los principios socialistas, que los pueblos de la Unión Soviética gozan de derechos iguales y tienen un elevado nivel moral y cultural.
Las escalas con fines prácticos son para avituallarse, conceder breve descanso a la tripulación, realizar algunas reparaciones y, a veces, para brindar ayuda amistosa al país anfitrión. .

Revista Defensa nº 19, noviembre 1979, Serguéi Gorshkov, Almirante de la Armada de la URSS


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