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Martes, 16 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La increíble peripecia del U505

Es corriente contemplar en las exposiciones dedicadas a la ciencia, miles de objetos que han cubierto etapas importantes de la vida humana, algunos realmente singulares. En los museos de las Fuerzas Armadas, se exponen armas, banderas, uniformes, condecoraciones, etc.; piezas de incalculable valor militar, político y naturalmente histórico. Lo mismo podemos decir cuando se exhiben medios de combate relativamente modernos como carros, aviones, artillería, misiles e incluso los famosos vehículos del espacio.

Pero hay otros trofeos que es casi imposible exponer, bien porque sus dimensiones hacen muy difícil su transporte, o bien por las limitaciones que imponen la capacidad de los edificios dedicados a museo.
Esto es lo que ocurre cuando se trata de un barco histórico, por ejemplo. Entonces se le exhibe normalmente, en su propio medio ambiente, en las aguas, como el crucero Belfast, en el Támesis, la carabela Santa Maria, en el puerto de Barcelona, o se recurre a las reproducciones a escala reducida, con toda clase de detalles, por ínfimos que sean. De la misma manera se suelen presentar también gigantescos aviones, modernos aeropuertos, complicadas instalaciones ferroviarias, amplias zonas deportivas, soberbios complejos petroquímicos, nucleares, espaciales, etc., en cualquier lugar del mundo.
Por eso, el que un barco de guerra, procedente de la SGM esté expuesto a centenares de kilómetros del mar, nos parece un caso de lo menos frecuente.


En el edificio diseñado por el arquitecto Augusto de Saint Gaudens, que fue sede el año 1893 de la exposición del mundo colombino en Chicago, modelo sobresaliente de la arquitectura clásica griega y que actualmente ocupa en sus más de 100 salas el maravilloso Museo de la Ciencia e Industria, se puede contemplar, adosado a su fachada este, con la proa enfilada hacia los imponentes rascacielos del centro de la ciudad, un submarino, un auténtico sumergible de la Armada del III Reich alemán.

UN POCO DE HISTORIA

Cuando en junio de 1940, se colocó en los astilleros de Hamburgo la quilla de un futuro U-Boote, a nadie se le ocurrió que en este nuevo submarino hubiese algo de particular que le distinguiera de cualquier otro ya en servicio. Se pensó solamente en construir un sumergible más; eso sí, dotado con los últimos y complejos medios para la navegación y el combate de aquella época, y por supuesto, todo encajado y funcionando con la precisión de un reloj. En estas condiciones, el nuevo barco estuvo listo para su botadura al cabo de un año, y poco después, realizaba los correspondientes viajes de pruebas.
El 26 de agosto de 1941, fue la primera fecha importante para esta unidad de guerra, seriada ya con la nomenclatura que la haría famosa: U-505. Ese día el almirante Wolf, jefe del Sector naval de Hamburgo, les dirigió el tradicional saludo a los miembros de la tripulación formados en la cubierta al mando del capitán Loewe, designado comandante de la nave. El ambiente, tanto a bordo, como en la Kriegmarine y en Alemania toda era de optimismo ya que el país se había convertido en una formidable máquina de guerra que, en menos de un año, ocupó Polonia, Holanda, Bélgica y, poco después Francia. Aquella máquina desarrollaba su batalla contra Inglaterra y atacaba son su flota de submarinos, cada día más potente, las líneas de comunicaciones vitales para el Reino Unido en el Océano Atlántico, obligándole a pagar un elevado tributo en barcos hundidos, pese a que los ingleses contaban con una potencia naval cuya superioridad no se podía poner en duda. Así, las 148.000 toneladas de cargueros que habían ido al fondo del mar en una sola semana de la primavera anterior daban fe de ese tributo, así como de la eficacia del Arma submarina germana.

foto:Vista del interior de la sala de torpedos del U-505, con los tubos, los raíles y cabrias y los coys de la tripulación.

La moral de las tripulaciones era, por todo ello, extraordinariamente elevada,  habida cuenta de los éxitos cosechados por tierra, mar y aire; y no digamos la de los hombres del U-505 que se las prometían muy felices y que quedó reflejada en las frases estampadas en el Diario de a bordo. Una de ellas, la del almirante, venía a decir: Siempre seas afortunado en tus viajes, U-505,... y victoria.

EL U-505 ENTRA EN SERVICIO

Previos los correspondientes períodos de instrucción, prácticas de tiro, ajustes, etcétera, en Danzig, Stettin y Kiel, el U-505, hizo su travesía inaugural hasta Lorient (Francia). Después se le destinó, ya en misión de guerra, a la costa del África Occidental francesa, hundiendo en tres meses un total de 26.000 toneladas de barcos ingleses; y desde el 7 de junio al 25 de agosto de 1942, otras 14.700 toneladas, para regresar al poco a su base y pasar al mando del capitán Zxchek, por enfermedad de Loewe.

foto: El submarino alemán U-505 delante del edificio del Museo de Ciencias e Industria. Esta es la primera presa lograda por la US Navy desde 1812.

De nuevo en servicio en la isla de Trinidad, parece que las cosas no marcharon tan bien como hasta entonces, porque el 7 de octubre de 1942, al poco de haber hundido un carguero de 5.500 toneladas, fue atacado por un avión enemigo que logró un impacto directo en su estructura. Regreso a casa seriamente averiado.
En febrero del año siguiente, y siempre en el Mar Caribe, fue de nuevo alcanzado por otro avión, sufriendo averías que le retuvieron varias semanas en los astilleros. Además, en las inmersiones por debajo de los 180 m., sufrió serias averías en distintas fechas. En consecuencia, a los ojos de sus tripulantes, parecía desde aquel primer ataque aéreo en Trinidad, que el barco estaba sometido a la acción de un maleficio. No daba una a derechas y el disgusto era grande.
En junio, después de atravesar el infierno de los submarinos, como llamaban al golfo de Vizcaya, cuando estaba en las costas africanas ejerciendo su misión de vigilancia a unos 60 metros de profundidad, fue detectado por un barco, posiblemente un destructor, que le lanzó varias cargas de profundidad que descontrolaron totalmente la nave, de tal forma que se presagió un inmediato y trágico final. Sin embargo, no pasó nada, pues el destructor, inexplicablemente, abandonando el ataque, se alejó del lugar. Tal vez pensase su comandante que el sumergible había sucumbido.
Tras ese serio incidente, y con un nuevo comandante a bordo, el teniente Lange, que se hizo cargo del mando en febrero de 1944, continuó patrullando las aguas africanas y más concretamente el sector de la llamada Costa de Oro, la actual Ghana.

OPERACION ABORDAJE

El Grupo de Combate 23.3 de la Marina de los Estados Unidos, conocido por su nombre de guerra cazador-matador, salió de Norfolk (Virginia), en mayo de 1944, al mando del capitán de navío Daniel V. Gallery. Lo componía el portaaviones Guadalcanal y los destructores Pillsbury, Pope, Flaherty, Chatelain y Jenks. Su destino era algún punto cerca de las Canarias.
En la misión del Grupo figuraba, principalmente, el ataque y hundimiento de submarinos alemanes con cargas de profundidad, torpedos, artillería, etc. Pero Gallery pensaba si no valdría la pena forzar a algún sumergible a salir a la superficie, abordarlo y capturarlo intacto. Esta presa sería de un valor incalculable para las flotas aliadas por la información que indudablemente podría proporcionar. Para ello, organizó varias partidas de abordaje, perfectamente instruidas y que pronto tendría la ocasión de emplear.

foto: U-505, capturado, en el lago Michigan, frente a la ciudad de Chicago.

Efectivamente, a primeros de junio, a unas 150 millas de Cabo Blanco, el sonar del Chatelain acusó contacto con un sumergible situado a menos de una milla. Se dispuso al ataque. Primero dio una pasada en falso por encontrarse casi encima del enemigo, luego otra a más distancia, atacándole con sus erizos y manteniendo el contacto sonar. Nuevo ataque a la tercera pasada. Mientras, el Guadalcanal, envió dos aviones Wildcat que, al divisar la presa bajo el agua, dispararon sus piezas para situar mejor el objetivo. Repitió el Chatelain con un conjunto de cargas preparadas para explosionar a 20 metros de profundidad. Poco tiempo hubo que esperar para que apareciesen las clásicas manchas de aceite y seis minutos después, rodeado de espuma, hacía acto de presencia en la superficie el submarino, era el U-505, que parecía estar herido, pero no muerto. Todavía podía ser un enemigo formidable.
Sin solución de continuidad, comenzó la primera fase del plan Gallery. El Chatelain, a una distancia de 550 m., abrió fuego de cañón barriendo la cubierta del barco alemán con granadas de metralla,  para abatir al personal de la tripulación que se encontraba ya en ella, evitando hacerlo con proyectiles perforantes para no acelerar el hundimiento.
Sin embargo, el comandante del barco americano vio que su enemigo viraba sospechosamente hacia su derecha, por lo que, en previsión de un ataque de este, disparó un torpedo que no llegó a alcanzar al sumergible.

foto: 26 de agosto de 1941. La tripulación el U-505 iza la bandera de combate en su torre poco después de recibir oficialmente el buque.

Mientras los destructores se dedicaban al salvamento de los náufragos alemanes, la partida encargada del abordaje arrimaba su embarcación con objeto de realizar su trabajo. En la cubierta sólo hallaron un tripulante ya cadáver: era el único muerto en la acción. Dentro, la cámara de mando estaba inundada y seguía entrando agua a través de un agujero de unos 30 centímetros de diámetro: la única válvula que los alemanes habían abierto en su precipitación por salvarse. Naturalmente, esta abertura fue taponada pero ello no impediría que el U-505 se fuese a pique dado el volumen de agua existente en sus compartimentos estancos. El Pillsbury se acercó achicando con sus potentes bombas parte de esta agua. Por su lado, los hombres del grupo de abordaje se hicieron con toda la documentación secreta, con las claves, el cifrado, y de todo aquello aprovechable informativamente hablando, con lo que se llegaría al conocimiento de las misiones y servicios de los submarinos del III Reich. Gallery, había logrado sus propósitos.
En principio se pensó llevar al U-505 a Dakar, puerto próximo y amigo, pero donde iba a ser muy difícil mantener el secreto de esta captura, de modo que el Guadalcanal recibió orden de remolcarlo hasta las Bermudas en una travesía del orden de 1.700 millas. Poco después, las tropas aliadas desembarcaban en Normandía.

EL U-505 LLEGA A CHICAGO

Oculta esta acción bajo un tupido e impenetrable velo de silencio por todo el resto de la guerra, a su término el sumergible alemán fue paseado por varias ciudades portuarias de los EE.UU., como trofeo de guerra, hasta que fue amarrado en la base naval de Portsmouth, acto previo a su posible desguace. Sin embargo, cuando se supo de esta aventura en Chicago, y de que uno de sus hijos había participado en la misma, se solicitó de la US Navy autorización para llevarlo a dicha ciudad como recuerdo de la SGM.
Y, efectivamente, allí fue a parar, debiendo reseñarse que los 250.000 dólares que costó este traslado, fueron sufragados mediante suscripciones, donativos y servicios realizados por individuos y sociedades entusiastas. Y allá se fue, remolcado durante 3.000 millas por el río San Lorenzo y los grandes lagos durante un mes, hasta anclar en Chicago esta original pieza de museo.

EL MUSEO DE CIENCIA E INDUSTRIA

Tratar de mover un submarino por tierra parece una tarea para especializadas y audaces empresas sin duda alguna. Cuando los técnicos se plantearon este problema fueron sopesados diferentes métodos, planes y proyectos para su realización, porque no era tanto una cuestión de cómo solucionarlo, sino más bien, cuál sería el procedimiento más práctico y económico para llevar el monstruo de acero desde el lago Michigan al Museo de Ciencia e Industria.

foto: Singladura del U-505 y lugar del Atlántico donde fue capturado por el “Grupo 22.3”.

Mr. Seth M. Gorder, un ingeniero jubilado que estuvo unos cuarenta años trabajando en empresas dedicadas al cambio de asentamiento de edificios enteros y de estructuras complicadas, aceptó la sugestiva idea, contando con que las 1.000 toneladas de peso, su longitud de unos 85 metros, sus 7,5 m. de diámetro por la parte más ancha y su altura equivalente a la de un edificio de tres pisos, no iba a ser, ciertamente, un tipo de casa como las que él había movido.
Primeramente, se le extrajeron al barco unas 100 toneladas de fuel remanente en sus depósitos y se eliminaron otras 60 de lastres, reduciéndose su peso hasta quedar en unas 840 toneladas. En un dique flotante fue montado un tren de rodaje de acero a base de dos vigas longitudinales perfectamente soldadas a otras 21 transversales, donde iba a descansar el submarino durante su transporte por tierra. Se construyó un atracadero especial de cerca de 20 metros. Se dragó la orilla unos 110 m. de longitud por más de 3 de profundidad para acomodar la maniobra del dique y una vez que el barco estuvo sobre su tren de rodaje, pasaron a la fase más crítica cuando, mediante potentes cabrias, comenzó el movimiento a tierra.

HISTORIA

Unas 15.000 personas contemplaban todos los días este espectáculo insólito. Por fin, el 3 de septiembre se inició el recorrido de unos 300 metros. Eran las 7 de la tarde, y lentamente, a las 4 de la madrugada del día siguiente, el U-505, había ganado su lugar de reposo. Gatos mecánicos lo elevaron después hasta colocarlo sobre tres bases de hormigón armado, todas ellas en forma de cuna, que soportan un tercio del peso total cada una. La base central rígida, y las de proa y popa, sobre rodillos, de forma que las dilataciones y contracciones del casco de acero, a causa de las diferencias de temperatura en verano e invierno, permitan un, alargamiento de hasta 2,5 pulgadas.
De esta forma, la ingeniería civil de los EE.UU. contribuyó a abrir un nuevo capítulo en la historia del transporte de grandes estructuras por tierra, mientras que, por otro lado, el extraordinario Museo de Ciencias de Chicago se enriquecía con una valiosa y auténtica pieza de guerra, no reducida a escala, que puede ser contemplada por fuera y por dentro por todo aquel estudioso interesado en materias históricas o castrenses: un submarino anclado en tierra firme. Buen ejemplo a tener en cuenta a la hora de decretar el desguace inmisericorde de aquellas unidades, verdaderas joyas, que han sido modelos irrepetibles y que dejaron una huella imperecedera en momentos importantes de la historia de un pueblo. España, no fue ajena a algún ejemplar de la Marina de Guerra digno de un final más glorioso, más sublime y más feliz para recuerdo de las generaciones venideras, que el que tuvieron en la realidad. .

CARACTERISTICAS  DEL SUBMARINO U-505

— Tripulación: 50 hombres.
---Propulsión: dos motores diesel de 2.170 CV, 9 cilindros, 4 tiempos acoplados a dos generadores.— Dos motores eléctricos de 493 CV cada uno para la navegación bajo el agua.— Baterías de acumuladores.— Dos hélices de tres palas.
— Velocidad: En superficie, máxima de 19 nudos. Sumergido, hasta 7,5 nudos. Normalmente, a 4 nudos.
— Autonomía: tiene capacidad en sus tanques de fuel para un radio de acción de 16.200 millas náuticas a 10 nudos de velocidad. Sumergido y con las baterías cargadas, puede recorrer 70 millas náuticas.
— Armamento: Cuatro tubos lanzatorpedos a proa y otros dos a popa. Puede transportar 22 torpedos. En la torre, una pieza de 105 mm. y otra bitubo de 20 mm. antiaérea.

Revista Defensa nº 55, noviembre 1982, Vicente Sánchez Pujol


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