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Artillería naval, calibres de 100 a 127 mm

Ayer noticia

(Revista Defensa nº 73, mayo 1984) Con motivo del conflicto malvino, los británicos han manifestado que armarán con cañones la próxima serie de fragatas Tipo 22 alargado que tendrán 12 m. más de eslora que las del Tipo 22 original. La “Royal Navy” ha comentado la importancia que tuvo el apoyo artillero para el desembarco anfibio en las islas y cree oportuno artillar sus buques por si se repite alguna otra acción similar.

Personalmente, opino que los cañones sirvieron para muy poco en el transcurso de las operaciones puramente navales, en las Malvinas, y sí, eficazmente, durante el desembarco anfibio pero porque las tropas argentinas no pusieron demasiado interés en fortificarse y estuvieron inocentemente expuestas en campo raso. Si los argentinos hubieran estado correctamente fortificados los proyectiles de 25 kg. que disparaban los ingleses ni siquiera les habrían quitado el sueño. Recordemos que, durante la SGM, los aliados emplearon acorazados que lanzaban proyectiles en torno a los 1.000 kg. de peso, y así y todo, después de un bombardeo de varias horas, los japoneses salían muy decididos de sus fortificaciones protagonizando una seria resistencia. Si se hubieran lanzado proyectiles de 25 kg. contra las guarniciones del Pacífico, éstas hubieran sufrido algún arañazo que otro, pero nada más y, posiblemente, la guerra en aquella zona no hubiera concluido como sabemos.
Prevengo al lector sobre la campaña de las Malvinas porque fue un conflicto muy particular en unas circunstancias muy particulares. Recordemos, de paso, la batalla de Lissa, como consecuencia de la cual los acorazados llevaron espolón durante 40 años sin que lo tuvieran que utilizar nunca. También aquél fue un caso muy particular del que se sacaron conclusiones erróneas que influyeron en la táctica naval durante mucho tiempo. Posiblemente se esté cayendo en el mismo error sacando conclusiones demasiado generalizadas de un conflicto que, como el del Atlántico Sur fue, lo repito, muy atípico.
Quiero decir con esto que no veo a la artillería media actual con posibilidades de seguir mucho tiempo desempeñándose como armamento principal, y sólo piezas de mayor calibre, con proyectiles guiados, alcances en torno a los 50-75 km. y proyectiles superiores a los 100 kg. pueden coger el relevo de los cañones que existen hoy en día.
Dicho esto pasemos a la descripción de los cañones navales de calibre comprendido entre 100 y 127 mm., que suele ser la artillería principal de los barcos de guerra modernos.

FMC 127/54 Mk.42
Corresponde a la torre instalada en las Baleares españolas y en muchos buques a partir de 1953, así como en algunas unidades alemanas, australianas y japonesas.
El peso de la torreta asciende a 59 Tm. y el cañón dispara un proyectil de 32 kg. a una velocidad inicial de 810 m/s., con una elevación de 800 como máximo y una depresión de 150 mínimos. En superficie alcanza los 24 km. teóricos y en tiro AA puede pasar de los 13.000 mm. Su cadencia máxima es de 43 dpm. con una reserva de 20 proyectiles. Es atendida por 13 sirvientes para la recarga y la dirección y otros dos en el interior de la torre. Adolece de algunos fallos de funcionamiento en el sistema de alimentación que obligan a reducir la cadencia de tiro máxima a 27 dpm. reales, y pesa demasiado.

FMC 127/54 Mk.45
Es la torreta actualmente en servicio en la US Navy, no habiendo sido exportada a ningún otro país. Decididos a terminar con los fallos del modelo anterior, los estadounidenses diseñaron un cañón muy ligero y extraordinariamente seguro que sustituye sin problemas a los 127/38 de la SGM.
Con sólo 22,4 Tm. dispara un proyectil de 32 kg. a velocidad y distancia similares al anterior, pero la seguridad y la ligereza tiene también su contrapartida: la cadencia máxima es sólo de 20 dpm. y la elevación no pasa de 650, siendo poco apta para el tiro AA. Se está experimentando un proyectil teledirigido que puede ser operacional rápidamente, que armará las unidades más modernas de la US Navy como son los cruceros AEGIS y los de propulsión nuclear. Es muy caro.

OTO-MELARÁ 127/54
Es el modelo grande de la famosa empresa italiana. Aparte de en Italia está en servicio en Argentina, Perú, Venezuela y otros. España pretende construirlo bajo licencia. Fue pensado para sustituir los 127/38 en torreta doble de la SGM. Dispara un proyectil de 32 kg. a distancias de 18 km. en superficie y 12 en AA. Posee tres tambores de 22 tiros cada uno que pueden ser cargados con proyectiles de diversos tipos, lo que le da una amplia flexibilidad. Con 85° de elevación y 150 en depresión es el más móvil, de todos los cañones que se fabrican actualmente. Todo un éxito de exportación.

BOFORS 120/50 DOBLE
Es el primero de todos los cañones modernos construidos después de la SGM. Armó a los destructores colombianos construidos en Suecia y a los destructores holandeses que, posteriormente, fueron vendidos a Perú. Los cañones de los modernos destructores Tromp corresponden al veterano Gelderland, que cedió sus piezas a estos buques en el momento del desguace. A pesar de los años transcurridos sigue siendo perfectamente actual, tanto por sus prestaciones como  por su seguridad. Sin embargo, la torreta es excesivamente pesada y requiere un equipo bastante numeroso de personal.  Dispara un proyectil de 23,5 kg. a una velocidad inicial de 850 m/s. con una cadencia teórica de 80 dpm. El alcance  de 20 km. y 12,8 sólo es superado por las piezas estadounidenses, que también son de mayor calibre y tienen una cadencia menor.

BOFORS 120/46 SINGLE
Este es, posiblemente, el mejor cañón en servicio. Aunque no figura en ningún buque iberoamericano fue escogido en principio para las fragatas brasileñas Niterol. Posteriormente se montaría la pieza de 114/55 Mk.8 que se describe a continuación, posiblemente a causa del costo. No tuvo éxitos brillantes en la exportación, quizá a causa del precio, y sólo ha sido comprada por Finlandia e Indonesia en cantidad muy pequeña. Otra razón pudiera ser el calibre de 120 mm., que fue muy popular antes de la SGM, pero que fue sustituido por otros calibres, aunque no se sabe bien cuál es la razón de este cambio. No obstante, es casi seguro que se vendería mejor si su calibre fuera de 127 mm. y pudiera disparar municiones estadounidenses.
El peso de proyectiles puestos en el aire por unidad de tiempo es superior a cualquier otro cañón de los estudiados
aquí su precisión es excelente y la fiabilidad óptima. Necesita tres hombres en el interior de la torre y dispara un proyectil de 21 kg. a una distancia de 18,5 kilómetros en superficie y 11,8 en AA. con una cadencia de 80 dpm. y una amplitud que oscila entre +800 y —15°.

VICKERS 114/55 Mk.8
Es la pieza actualmente en servicio en la Royal Navy y proviene del cañón autopropulsado Abbot de 105 mm. que está en servicio en el Ejército británico. Figura como artillería principal en las fragatas brasileñas Niteroi y en los dos destructores argentinos clase Hércules. Es un cañón muy seguro y preciso, pero sus prestaciones no son ninguna maravilla y los ingleses pretenden sustituirlo por alguna otra pieza más atractiva. Sus 530 de elevación máxima hacen bastante problemático el tiro AA. El proyectil tiene un peso de 25,4 kg. con una V0 de 868 metros/segundo y una cadencia teórica de 25 dpm. Su alcance de 22 km. en tiro de superficie es el más largo de todas las piezas reseñadas aquí con la excepción de los dos modelos estadounidenses, pero su alcance AA es el menor de todos debido a su elevación insuficiente.

foto: Uno de los más extraordinarios cañones navales de los últimos años es el italiano OTO-Melara 12 7/54 mm., empleado por numerosas unidades. Todo un éxito para OTO-Melera gracias a sus excelentes prestaciones.

VICKERS 114/50 DOBLE Mk.6
Entró en servicio en 1946, habiendo sido desarrollado en los últimos años de la SGM. Esta torre doble, bastante pesada y semiautomática, figuró en casi todos los buques ingleses entre 1946 y 1971 y puede ser considerada la mejor torreta de su tiempo. Figura en los buques chilenos y peruanos de procedencia británica. Lanza un proyectil de V0 de 850 m/s. e igual peso que el de la Mk.8. Necesita una dotación bastante numerosa dada su condición de semiautomática y posee una cadencia superior a los 30 dpm. entre las dos cañas. Con excepción de la elevación de 800 tiene características similares a las del Mk.8.

VICKERS 102/60
Este cañón es un caso singular. Fue desarrollado por Vickers como aventura privada a principios de la década de los 50 y montado en los dos destructores tipo Almirante que la misma Vickers construyó para el Gobierno chileno. Posteriormente no hubo encargos adicionales para estas piezas y los destructores chilenos son los únicos de todo el mundo en llevarlas.
Disparan un proyectil de 15,9 kg. a una Vo de 900 m/s., teniendo una energía en la boca casi idéntica a la del 127/38 de la SGM. El alcance es de 18.500 m. en superficie y 12 km. en AA, con una cadencia de 40 dpm. y una reserva inmediata de 20 disparos. Desconocemos su fiabilidad pero, sobre el papel, tiene unos números excelentes, muy superiores a las piezas disponibles en aquella época. El que no se haya vendido no quiere decir nada, pues en el principio de los 50 todo el mundo se dedicaba a comprar unidades de segunda mano procedentes de los excedentes de guerra y nadie quería construir unidades nuevas que resultaban mucho más caras. Teniendo en cuenta que los Almirante ya llevan más de 25 años en la mar, no será extraño que vayan al desguace en años próximos. Parece que esas piezas, repasadas, se podrían aprovechar para armar alguna de las nuevas series que deberán sustituir a los actuales buques chilenos.

CREUSOT-LOIRE 100/55 MOD. 68
Corresponde al proyecto francés que preveía dos calibres únicos para artillar todos los barcos de la Marine Nationale: los de 100 y 30 mm. El de 100 mm. ya está normalizado en toda la Flota, pero el de 30 mm. sigue coexistiendo con los de 57, 40 y 20 mm. y seguramente ya no los sustituirá desde el momento que hemos visto a los nuevos patrulleros salir de astillero con cañones de 40 mm.
El cañón 100/5 5 mod. 68 es casi idéntico al 100/55 Mod. 53, pero con las leves modificaciones en sus dispositivos que eran necesarias para adaptar la pieza a una dirección de tiro digital. El proyectil pesa 13,5 kg. y alcanza los 17 km. en superficie y los 10km. en AA, pesando 24 Tm. el conjunto de la torreta. Está en servicio en numerosos países, entre ellos Portugal y Argentina.

CREUSOT-LOIRE 100/55
MOD. 78 COMPACT

Nueva versión del modelo anterior en el que se ha rebajado el peso hasta 15,5 toneladas solamente todo el conjunto de la torreta y se ha incrementado la cadencia hasta 90 dpm., siendo también 90 disparos el número de proyectiles de reserva, lo que permite disparar un minuto seguido sin recargar los tambores.
Dado el poco tiempo que se declaró operativo todavía no figura sobre ninguna unidad de combate, ni francesa ni extranjera, en el momento en el que escribo estas líneas.

CONCLUSIÓN

En la introducción a este trabajo queda patente el excepticismo que me invade respecto a la futura utilidad de estas piezas, al menos en su forma actual.
Hay que señalar la proliferación de calibres medianos entre las Armadas de Sudamérica, sobre todo si contamos los 127/38 procedentes de los EE.UU. Así vemos que Argentina tiene cañones de 127, 114 y 100 mm.; Perú arma sus barcos con los calibres 127, l20 y 114 mm., mientras Chile utiliza los 127, 114 y 102 mm. Brasil emplea los 127 y 114, estando un poco más normalizado en este aspecto. Los restantes países compran mucho a OTO-Melara, que ha proporcionado sus famosas piezas de 127 y 76 mm. a casi todos ellos con muy pocas excepciones. Ya en la Península Ibérica, constatamos que Portugal escogió el 100 milímetros francés y España se decidió por el 127 estadounidense, que está considerado como el más potente de todos, aunque es posible que no sea el mejor. De todas formas, esta pieza será la primera en disponer de proyectiles con cabeza guiada y propulsión adicional para el incremento en el alcance. A ello ayuda mucho la masa de 32 kg. de este proyectil, que pesa un 30 por 100 más que el que le sigue, lo que supone mayor facilidad en la posibilidad de nuevos desarrollos, que serán el camino por donde deberá discurrir la artillería embarcada si quiere seguir siendo una de las armas más importantes de los buques de guerra..

Revista Defensa nº 73, mayo 1984, Ricardo F. Álvarez Beran


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