¿Desea recibir notificaciones de www.defensa.com?
X
Jueves, 28 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Al Khorasan: la red de Al Qaeda Central en Siria

Por Javier Jordán*

El pasado mes de septiembre Estados Unidos dio a conocer la existencia de Al Khorasan, un grupo desconocido yihadista hasta entonces. El anuncio coincidió con el inicio de los bombardeos norteamericanos en Siria e Irak.

Las armas norteamericanas, además de atacar posiciones del Estado Islámico (o Daesh), se dirigieron contra varios miembros del Al Khorasan, asentados en zonas controladas por el grupo yihadistas Jabhat Al Nusra. En cierto modo, el ataque norteamericano requería una explicación, pues de lo contrario los bombardeos dentro del territorio de Jabhat Al Nusra podían interpretarse como un apoyo indirecto al régimen de Al Assad. Sobre todo por parte de los rebeldes sirios, que ven en Jabhat Al Nusra un pilar de la lucha contra el régimen. Una muy mala señal de los derroteros por los que se ha adentrado la oposición armada sunní.

 

La información que se hizo pública entonces fue significativamente escueta, y poco más se ha vuelto a conocer desde entonces. Podemos resumirla en lo siguiente:

  • Al Khorasan es una red compuesta por miembros de Al Qaeda provenientes de Pakistán (su nombre hace referencia a Asia Central), que instalaron en las zonas donde operaba Jabhat Al Nusra en el año 2012. Es decir, poco después de que dicha organización declarase públicamente su existencia.
  • Pese a estar asociados con Jabhat Al Nusra la finalidad de los miembros de Al Khorasan no era simplemente combatir contra el régimen de Bahsar Al Assad, sino preparar atentados contra objetivos occidentales fuera del país. Ello no impedido sin embargo, la colaboración de ambos grupos en la lucha anti Assad. Por ejemplo, Abu Yusuf Al Turki, uno de los ‘khorasanis’ (abatido en los bombardeos), dirigía una unidad de formación de tiradores selectos de Jabhat Al Nusra en Alepo.
  • Para la preparación de atentados contra objetivos occidentales, los miembros de Al Khorasan estaban en contacto con expertos en explosivos de Al Qaeda en la Península Arábiga (en Yemen). Los técnicos de explosivos de AQPA llevan años tratando de atentar contra aviones comerciales. Dos ejemplos fallidos son el intento de atentado contra un avión de pasajeros que aterrizó en Detroit en la Navidad de 2009 y el complot con las impresoras con explosivos contra aviones civiles de carga en octubre de 2010. La colaboración entre los khorasanis y AQPA no es extraña, ya que la filial de Yemen es con diferencia la más fiel y en buena medida una extensión de Al Qaeda Central.
  • Según fuentes de inteligencia norteamericana, Al Khorasan cuenta con unos cincuenta miembros y su líder es Muhsin Al Fadhli, un veterano de importancia en Al Qaeda Central (según el Departamento de Estado norteamericano, Al Fadhli tuvo una relación muy cercana a Osama Bin Laden y supo de la existencia del complot del 11-S antes de que éste se ejecutase). En un primer momento se pensó que Al Fadhli resultó muerto en el primer día de los bombardeos norteamericanos, más tarde esta información ha sido puesta en duda.

Pues bien, poniendo en relación estos escasos datos con lo que sabemos sobre la situación actual de Al Qaeda Central, podemos extraer las siguientes conclusiones.

De entrada, que Al Khorasan, más que una filial de Al Qaeda o una organización independiente es una red de Al Qaeda Central en territorio sirio. Ahora bien, protegida y en connivencia con Jabhat Al Nusra que sí es formalmente una filial de Al Qaeda Central.

¿Qué razones ha impulsado a Al Qaeda Central a enviar a un buen número de sus preciados operativos a un escenario tan convulso?

Muy probablemente el primer motivo es que Siria, al igual que otros países afectados por las revueltas árabes, era un lugar que invitaba a ello, por su situación altamente intestable y por la presencia de grupos yihadistas operando en el país. Siria se ha convertido además en lo que los anglosajones denominan un hub, una encrucijada en la que se dan cita yihadistas de múltiples nacionalidades. En cierto modo, algo similar a lo que fue Afganistán durante la guerra contra los soviéticos y sobre todo durante el régimen talibán. Si Al Qaeda quiere seguir contando en el panorama del yihadismo global, necesariamente debe hacerse allí presente. Además, si realmente están planificando atentados contra Occidente es un buen lugar para contactar con yihadistas con pasaporte europeo (o incluso conversos radicalizados) que puedan serles de utilidad en sus planes. Como sabemos Siria es el frente armado al que han acudido más voluntarios extranjeros en la historia del yihadismo contemporáneo.

Al mismo tiempo, es de suponer que el conocimiento experto de los operativos de Al Qaeda Central también es de utilidad para la organización Jabhat Al Nusra. Lo cual refuerza el vínculo con dicha filial y le permite aconsejarle a nivel estratégico (leading from behind). La historia de Al Qaeda con sus franquicias no ha estado exenta de decepciones (empezando por Al Qaeda en Irak), y no le conviene que se repita también en Siria.

Otra razón que explica el envío de operativos de Al Qaeda Central es el carácter de refugio de Siria. No del todo seguro pero sí relativo, en comparación con la situación a la que se enfrenta Al Qaeda Central en Pakistán. En este país asiático Al Qaeda Central ha perdido un total de 61 cuadros de nivel alto e intermedio como consecuencia de la campaña de ataques con drones que protagoniza la CIA desde 2004. La relación completa de nombres puede encontrarse en estos listados de la New America Foundation y de The Long War Journal (que también incluyen los de líderes talibán no contabilizados en el número que acabamos de dar). A ello hay que añadir además la ofensiva militar de Pakistán en Waziristán Norte y Sur, un santuario tradicional de Al Qaeda. Allí el ejército paquistaní abatió hace pocos días a Adnan Shukrijumah. Según el FBI, era el actual jefe de operaciones externas de Al Qaeda Central.

Como ya hemos comentado en otros trabajos, las consecuencias de los ataques con drones van más allá de la muerte de cuadros de mando veteranos difíciles de reemplazar. Sus consecuencias son sistémicas. El temor a la presencia frecuente de drones armados en los cielos de Waziristán afecta negativamente a las comunicaciones dentro del grupo, al contacto entre los mandos y los militantes de base, al funcionamiento de los campos de entrenamiento y a la admisión de voluntarios.

En ese sentido, Siria –pese a encontrarse inmersa en una cruenta guerra civil– ofrece un entorno comparativamente más favorable a la hora de que los miembros de Al Qaeda puedan interactuar entre sí, reclutar nuevos miembros y preparar operaciones terroristas.

En paralelo a todos estos hechos, el liderazgo de Al Qaeda Central en Pakistán declaró a principios de septiembre pasado la creación de Al Qaeda en el Subcontinente Indio (AQSI). Con esta maniobra Al Qaeda trata de afianzar su relación con los grupos yihadistas que desde territorio pakistaní hostigan los intereses indios en Cachemira. Puede interpretarse como un modo de ganar enteros ante los servicios de inteligencia de pakistaníes, que no han dudado en utilizar a esos grupos en su guerra por delegación contra India. También como una amenaza frente a Islamabad (estrategia del palo y la zanahoria). Pues dichos grupos también han golpeado al propio Pakistán. AQSI lo trató de hacer en ese mismo mes de septiembre, en un asombroso complot en el que pretendía capturar una fragata pakistaní para atacar buques norteamericanos durante unas maniobras.

Pero sea cual sea el resultado de los manejos de Al Qaeda Central, lo que está claro es que la organización liderada por Ayman Al Zawahiri sigue demostrando una llamativa capacidad para tratar de adaptarse a las nuevas situaciones. De ahí que convenga estar en guardia frente a la red Al Khorasan. Es de prever que en el corto y medio plazo, el Daesh seguirá centrado en defender y consolidar el territorio capturado en Siria e Irak, y en expandirse a otras regiones (Sinaí y Libia). Es una fuente de inestabilidad enorme en esas áreas, pero no parece que vaya a dedicar ‘ancho de banda’ a preparar un complot ambicioso contra Occidente (otra cosa son las células independientes y 'lobos solitarios' inspirados por el Daesh). Al Qaeda Central, sin embargo, sí tiene intención de hacerlo, pues un atentado (por ejemplo, contra la aviación civil) le permitiría recuperar el protagonismo que le está arrebatando el Daesh. Y los khorasanis de Siria son una de sus principales bazas en ese empeño.

 

*Javier Jordán es Profesor Titular de Ciencia Política y Director del Máster on-line en Estudios Estratégicos y Seguridad Internacional de la Universidad de Granada (España).


Copyright © Grupo Edefa S.A. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.