(defensa.com) Japón y Turquía fabricarán motores para tanques de forma conjunta a través de una “joint venture” que integrará a la firma nipona Mitsubishi Heavy y a una empresa turca que se designará en enero de 2014. Esta nueva cooperación supone un nuevo impulso a las buenas relaciones existentes entre ambos ejecutivos, a la vez que será pionera en la historia de la industria armamentística nipona, ya que nunca antes ha habido ningún tipo de colaboración con una firma extranjera en este ámbito. En el caso de Turquía el gobierno habría estado sondeando a varios países occidentales para producir este tipo de motores. Fuentes del diario japonés Nikkei hacen referencia a que se estudiará firmar un acuerdo que impida que se exporte este tipo de armamento a países con los que no se tienen buenas relaciones, como pueda ser el caso de Japón con China.
Sin embargo, y antes de que el acuerdo se consolide y active de manera definitiva, Tokyo debe asegurarse de que en ningún momento se eluden sus normativas establecidas sobre la exportación de armamento japonés hacia otros países, ya que a través de la limitación que se impuso desde el Parlamento nipón en 1967, este país no puede vender armamento a países que estén inmersos en algún tipo de conflicto internacional o que tengan algún tipo de embargo aprobado por las Naciones Unidas.
Esta normativa ha limitado de manera notable a la industria armamentística nipona, aunque en los últimos años, el anterior ejecutivo y en el nuevo gobierno de Shinzo Abe han abierto un camino para suavizar esta política y poder intensificar la exportación de armamento.
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